Que una guerrillera logre ser cabecilla de un frente es una tarea titánica. Hay mujeres que combaten hombro a hombro con los hombres y que son encargadas de labores de logística e inteligencia. Pero son más las que se dedican a labores de cocina, limpieza y hasta de complacer sexualmente a los jefes. Rara vez logran un puesto de mando, y esto fue lo que logró Ana Milena García Leyton, dentro de la rígida estructura del ELN. Ella, conocida como ‘Sonia’ o la 'Mona', se convirtió en el objetivo del grupo élite del Gaula de la Policía Nacional, que desde hace más de un año estaba detrás de ella.   Finalmente, el Gaula logró capturarla el martes en Ipiales (Nariño). Un duro golpe a sus estructuras, pues era considerada una especie de ‘Karina’, la desmovilizada que alcanzó a ser jefe de un frente guerrillero en las FARC. A sus 18 años, ‘Sonia’ ingresó a las filas guerrilleras del frente urbano José María Becerra, que operaba en el barrio Belén de Cali (Valle). Desde su entrada, llegó marcando territorio. Se involucró con Juan Carlos Orozco, ‘Juaco’, cabecilla principal del frente 'Camilo Cienfuegos' en Cauca, con quien tuvo una hija. Desde cuando llegó, el ELN sabía que era distinta. Tanto que decidieron prepararla en armas y doctrina guerrillera. Su compromiso, inteligencia y estrategia la llevaron a que en tan solo dos años de militancia –en el 2000- se convirtiera en la cabecilla de una escuadra. La misma que participó en el ataque a la estación de Policía en el municipio de la Cruz (Nariño), en donde fueron asesinados nueve policías. Ahí, ‘Sonia’ probó hasta dónde podía llegar. Razón por la que en el 2001 ascendió y empezó a comandar el frente ‘Omaira Montoya Henao’ en Cali, donde inició una relación con Ovidio Antonio Parra Cortés, ‘Julián’ o el 'Tío’, actual cabecilla del frente de guerra suroccidental y con quien tuvo otro hijo. Así la mujer se involucró con dos grandes comandantes de esa guerrilla, lo que no hizo más que incrementar su poder. Valle, su lugar de accionar ‘Sonia’ fue verdugo de los vallecaucanos. Ella fue una de las autoras intelectuales de los peores crímenes de la región. Como el secuestro colectivo en la iglesia La María en Cali, en donde el 30 de mayo de 1999 los guerrilleros interrumpieron una misa y sacaron del templo a más de un centenar de feligreses. Fue el primer secuestro masivo en la historia del país. Un año después, ‘Sonia’ participó en otro de los hechos que marcaron la historia de este departamento: el secuestro masivo en el kilómetro 18 de la vía Cali-Buenaventura. Hombres armados y vestidos de camuflado militar invadieron dos restaurantes y una hacienda y secuestraron cerca de 70 personas. Después de tantos episodios, en el 2003 la Sijin la capturó por estar sindicada de fabricar explosivos y de reclutamiento de menores. Fue condenada a tres años de prisión por el delito de rebelión, de los que solo pagó uno. La cárcel no fue suficiente para ella. Al salir continuó como cabecilla del frente ‘Omaira Montoya Henao’. Secuestró a cuatro miembros de una familia en el Valle del Cauca, a quienes extorsionó por 150 millones de pesos para dejar en libertad, caso por el que ahora deberá pagar 40 años de cárcel. Su ambición por escalar en ese mundo era lo único que importaba. En el 2005 asumió el liderazgo del frente ‘Manuel Vásquez’, que opera en Cauca y Nariño, el que comandaba hasta antes de su captura. 'Sonia', la internacional A Ana Milena se le puede negar cualquier cosa menos la astucia. Esta mujer decidió cruzar fronteras y se fue para Ecuador. Allá no era más 'Sonia', era Zaida Michelle López Fernández, una joven ecuatoriana con múltiples negocios. Su capacidad de engaño es tanta que logró pedir prestados alrededor de 20.000 dólares a bancos de ese país para montar salones de belleza y poder prestar dinero con altos intereses. Obviamente ella nunca pagó, pues Zaida no existe. Por ahora no se conoce ninguna orden de captura contra Ana Milena en el país vecino. Sin embargo, no sería extraño que se le sindique por estafa. Le llegó la hora Después de un año de estar tras ella con labores de inteligencia, el Gaula Élite de la Policía Nacional logró capturarla. La tarea no fue fácil, pero lo lograron. Cuando ‘Sonia’ estaba reclamando un giro en Ipiales (Nariño), un dinero que pensaba utilizar para financiar las labores de inteligencia en contra de la fuerza pública y población civil en diferentes lugares del país, llegó la Policía y la atrapó. Ahora está condenada a 40 años de prisión en la cárcel de máxima seguridad de Jamundí (Valle). Un tiempo que está dispuesta a pagar por amor a sus hijos y por resarcir todo el daño que ha hecho.