Luego de que se hiciera efectiva la extradición de Dairo Antonio Úsuga, jefe del Clan del Golfo, dos de los “segundos” al mando fueron designados por la organización criminal como sucesores de Otoniel: alias Siopas y alias Chiquito Malo.
Este último, por quien el Gobierno ofrece una recompensa de hasta 5.000 millones de pesos, se llama en realidad Jobanis de Jesús Ávila Villadiego y tiene 43 años de edad.
Nacido en San Pedro de Urabá, tiene un largo historial de delincuencia. Desmovilizado del Bloque Bananero de las extintas Autodefensas, Ávila no se acogió al proceso, sino que reinició su actividad criminal con el hoy denominado Grupo Armado Organizado Clan del Golfo, donde por su experiencia delincuencial y conocimiento de la zona fue designado para manejar temas relacionados con el narcotráfico.
Poco después, y tras la muerte de alias Marihuano en Riosucio, Chocó, fue nombrado como uno de los cabecillas de la subestructura Central Urabá Turbo, donde hizo presencia en la zona rural del municipio coordinando las acciones contra la Fuerza Pública.
Para 2017, y luego de la muerte de alias Gavilán, Chiquito Malo asumió la cabeza del narcotráfico del Clan del Golfo, sin descuidar la subestructura Central Urabá Turbo, y se vinculó de manera directa con las fases de cultivo, producción, acopio y tráfico internacional de estupefacientes, en asocio con familiares y colaboradores de Otoniel”.
El Ejército colombiano ha estado cerca de atraparlo en varias oportunidades, la primera de ellas en 2015, cuando en medio de un operativo de asalto e infiltración de comandos especiales se logró rodear la vivienda donde se escondía. Sin embargo, este se enfrentó a las autoridades con los hombres de su anillo de seguridad.
“El 21 de octubre de 2015 se realizó una operación por parte de la Fuerza Pública, en la vereda Manuel Cuello, municipio de Turbo (Antioquia), donde se logró la neutralización de tres sujetos del primer anillo de seguridad de Jobanis de Jesús Ávila Villadiego, alias Chiquito Malo, entre los cuales se encontraba la persona conocida como Mello, segundo al mando de la subestructura Central Urabá. Así mismo, fueron capturados cuatro integrantes más, a quienes les fueron incautadas nueve armas de fuego entre fusiles, ametralladoras y pistolas, un lanzagranadas, proveedores de diferentes cartuchos, granadas y equipos de comunicación”, explicó el Ejército.
En la operación contra Chiquito Malo fueron incautadas nueve armas de fuego, entre fusiles, ametralladoras y pistolas, un lanzagranadas, proveedores de diferentes cartuchos, granadas y equipos de comunicación.
Ahora, en medio del paro armado surgido en retaliación por la extradición de alias Otoniel, el ministro de Defensa, Diego Molano, aseguró que les dio un ultimátum a alias Siopas y alias Chiquito Malo con millonarias recompensas.
El jefe de cartera insistió en que el Gobierno nacional no permitiría más “el juego” de los criminales, ya que este sería el segundo paro armado que ha sufrido el país en el año.
“Con el bloque de búsqueda para capturar o neutralizar a alias Siopas y alias Chiquito Malo, cabecillas del Clan del Golfo, vamos a acabar con estos delincuentes. No nos vamos a prestar para el juego de estos criminales. O se someten o terminarán como Otoniel”, sentenció Molano, afirmando que si lograban capturar a estos dos cabecillas, también serían extraditados a Estados Unidos, al igual que sucedió con el máximo jefe de la organización criminal.
Nada más en Antioquia, la Fuerza Pública logró la captura de 25 personas que estarían enfiladas en el Clan del Golfo. “Algunos por proselitismo, con letreros alusivos a este grupo terrorista, y otros con armamento, pero todos relacionados con la quema de vehículos o con esta oleada terrorista que están haciendo los bandidos del Clan del Golfo”, detalló el comandante de la Séptima División del Ejército Nacional, general Juvenal Días Mateus.