Nicacio Martínez Espinel ha estado en el centro de las advertencias sobre las directivas que podrían incentivar, de nuevo los falsos positivos. Es él quien habria reconocido haber emitido esas directricies y exigir que los oficiales establezcan objetivos concretos para matar, capturar o forzar la rendición de los grupos criminales y rebeldes. Sin embargo, en una decisión que seguramente causará polémica, podría ser ascendido hoy a general de tres soles por la Plenaria del Senado.  Su ascenso estaría mediado por el hecho de que, en caso de no suceder, no podría seguir al frente del Ejército pues varios de sus subalternos ya alcanzan su mismo rango. La ponencia para ascenderlo está a cargo del liberal Jaime Durán, quien es de los pocos miembros de ese partido reconocidos por su cercanía al gobierno, es  favorable.  Sin embargo, por las acusaciones en contra de Martínez, congresistas de la Alianza Verde y otros partidos de oposición, pedirán que su evential ascenso se vote de manera separada al de otros 12 miembros de la fuerza pública que también están pendientes del reconocimiento.  Martínez Espinel se graduó como subteniente en la Escuela Militar de Cadetes General José María Córdova en 1981 y se graduó como profesional en Ciencias Militares de la misma Escuela en 1989.

Esta no es la primera vez que el comandante Martínez está en el ojo del huracán. Nicacio Martínez Espinel fue el segundo comandante de la Décima Brigada Blindada (2004-2006) a la cual la Fiscalía le abrió una investigación por 23 ejecuciones extrajudiciales perpetradas por los soldados que la integraban mientras él estaba a su cargo. Según un documento de Human Rights Watch, con fecha del 23 de marzo de 2005, el entonces coronel Martínez habría pagado “1.000.000 de pesos colombianos (USD 400) a un informante que habría proporcionado información que supuestamente permitió lograr ‘excelentes resultados’ en dos operaciones militares”, en las que dieron de baja a un hombre y una mujer, que después se supo eran indígenas. Recientemente y como consecuencia de las denuncias de Human Rights Watch, varios senadores democrátas de Estados Unidos enviaron una carta al presidente Iván Duque pidiéndole reconsiderar varios ascensos militares por su relación con falsos positivos. Además de Nicacio Martínez mencionaron a Jorge Navarrete, jefe de la Jefatura de Estado Mayor; Raúl Antonio Rodríguez Arévalo, jefe de la Jefatura de Estado Mayor de Planeación y Políticas; Adolfo León Hernández Martínez, comandante del Comando de Transformación del Ejército del Futuro; Diego Luis Villegas Muñoz, comandante de la Fuerza de Tarea Vulcano; Edgar Alberto Rodríguez Sánchez, comandante de la Fuerza de Tarea Aquiles; Raúl Hernando Flórez Cuervo, comandante del Centro Nacional de Entrenamiento; Miguel Eduardo David Bastidas, comandante de la Décima Brigada Blindada; y Marcos Evangelista Pinto Lizarazo, comandante Décima Tercera Brigada.  En contexto: Falsos positivos: los casos de 9 generales involucrados, según Human Rights Watch No obstante, por estas conductas se le pidió a la Fiscalía que investigara “la posible conducta por omisión de controles en que hayan podido incurrir los superiores”, en donde se encontraba este coronel, pero esto no impidió que avanzara en su carrera militar hasta ser designado por el presidente Duque como comandante del Ejército, el 14 de diciembre de 2018.

Una vez se destapó el escándalo publicado por el ‘NY Times‘, Martínez publicó un trino en el que privilegiaba la lealtad sobre la inteligencia. Como las redes sociales interpretaron que estaba felicitando a militares por guardar silencio, el militar lo borró de su cuenta. Por solicitud del ministro Guillermo Botero también publicó el cuestionario completo que le respondió a los periodistas del ‘New York Times‘, cuando estos estaban preparando el reportaje. Después de la denuncia del periódico, personalidades de la vida política le han pedido al comandante del Ejército que renuncie.