El miércoles de la semana pasada uno de los crímenes más mediáticos de los últimos años en Colombia tuvo un nuevo e inesperado capítulo. Se trata del caso por la muerte del estudiante de Los Andes Luis Andrés Colmenares, que el próximo 31 de octubre completará cuatro años. El Tribunal Superior de Cundinamarca dejó en firme la absolución que en junio de este año había proferido un juez a favor de Carlos Cárdenas, señalado al comienzo de la investigación como principal sospechoso de haber asesinado a Colmenares. En el fallo el magistrado Joaquín Burbano libró por duda razonable de cualquier responsabilidad a Cárdenas pero aclaró que la muerte del estudiante sí fue producto de un asesinato y no de un accidente. En el fallo de 38 hojas el magistrado sostiene que contra Colmenares se ejerció violencia física en distintos momentos y de forma sucesiva. “Fue agredido de forma violenta y brutal por terceros”, dice uno de los apartes. También afirma que los victimarios aprovecharon que estaba en un alto grado de alicoramiento y no pudo defenderse. Para el Tribunal resulta “poco creíble” la versión según la cual Colmenares corrió o saltó hacia el caño del sector de El Virrey en el norte de Bogotá en donde perdió la vida. De hecho el fallo plantea serios y graves interrogantes sobre Laura Moreno, la amiga del estudiante que estaba con él esa noche, y Jessy Quintero, la otra involucrada en el caso. Según el fallo, Moreno inicialmente le dijo a uno de los policías que atendió el caso que estaba sentada con Jessy cuando Colmenares saltó al caño. Por el análisis de las llamadas y versiones de testigos el Tribunal afirma que Jessy estaba sentada en un carro lejos del lugar y que su amiga Laura la llamó a decirle que Colmenares se había lanzado al caño. “Existe una multiplicidad de inconsistencias en las explicaciones que Laura Moreno les dio a otras personas en relación con lo que le había sucedido a Luis Andrés”, afirma uno de los apartes del documento. Sostiene además que, inclusive, ella simuló desmayarse cuando fue encontrado el cuerpo de Colmenares. Para el Tribunal tampoco hay dudas de que el cuerpo de Colmenares fue ubicado estratégicamente y de forma deliberada. Según las pruebas no era posible que el caudal del caño de esa noche del 31 de octubre, que era de 17 centímetros, arrastrara 120 metros un cuerpo que pesaba 77 kilos desde el sitio en que Moreno dijo que había caído hasta el lugar en donde fue encontrado. El magistrado cuestiona en su fallo seriamente al cuerpo de bomberos que acudió al lugar ya que no habrían realizado minuciosamente la búsqueda. Pero es especialmente duro en señalar graves fallas en la investigación que adelantó la Fiscalía General. Entre las críticas afirma que los fiscales y funcionarios del CTI adelantaron el caso sin un plan o diseño metodológico, ni contemplaron las diferentes alternativas para adelantar con seriedad las pesquisas y las hipótesis. Finalmente también recrimina al ente investigador por el manejo que le ha dado al caso al afirmar que “no es un espectáculo televisivo cuyas incidencias se determinan según los niveles de audiencia”. Lo cierto del caso es que cuando se acerca el cuarto aniversario de la muerte del joven universitario la investigación sigue sin arrojar resultados concretos. Si bien el fallo pone de nuevo los reflectores sobre Laura Moreno, el magistrado no se aventura a especular quién pudo haber asesinado a Colmenares.