La tensión a las afueras de las instalaciones de la cárcel de Tuluá se intensifica cada vez más, luego de conocerse sobre la evacuación de los internos que salieron ilesos después del trágico incendio que ocasionó la muerte de 51 personas que estaban dentro del centro carcelario.
En las últimas horas, Arley Fernández, director de la cárcel de Tuluá, precisó que el traslado sí se realizará, pero además confirmó que será a diferentes prisiones del Valle del Cauca. Esta no fue la única información relevante que dio Fernández, sino que también aseveró quién asumirá el pago del sepelio de los reclusos que fallecieron en el intento de motín.
“Vamos a esperar primero que Medicina Legal nos dé el diagnóstico. Después empezamos con el apoyo de la Gobernación del departamento, las alcaldías y una ONG, el proceso para la realización de los traslados y sepelios”, aseguró Arley.
Grave denuncia en Tuluá: aseguran que mientras presos se consumían en el incendio de la cárcel, guardianes estarían de rumba
Mientras se le escucha decir a una señora de avanzada edad, en medio de gritos y llantos: “¿Por qué? Ellos estaban aguantando hambre, antes les dejaban entrar una agua de panela, pero en las últimas semanas nada, ni siquiera me dejaban ingresar”, SEMANA hablaba con el padre de una de las víctimas mortales del incendio provocado en la cárcel de Tuluá.
El joven identificado como Esteban Llanos Marulanda no habría alcanzado a ser trasladado a un centro asistencial, pues las llamas lo consumieron, aseguró su padre.
“Logré contactar a un amigo de mi hijo, le dije: ‘parcero, dígame una cosa, ¿mi hijo cómo se encuentra? Él me pregunta cómo le dicen, a lo que le respondo ‘La Hormiga’. Entonces me comenta que tiene malas noticias, me dijo: ‘la Hormiguita está quemado, no alcanzó a bajar del segundo piso, yo estuve ayudando a bajarlos’”, relató el hombre.
El padre acongojado también se atrevió a asegurar que desde adentro de la cárcel de Tuluá le dijeron que el intento de motín y respectivo incendio inició a las 12:30 a. m.; sin embargo, los guardias habrían llegado una hora y media después, supuestamente porque estaban disfrutando del concierto de cierre en el marco de la 65 Feria de Tuluá.
“Me dijeron que no había guardianes del Inpec, que llegaron a las 2:00 a. m. del concierto, a esa hora habrían dejado entrar a los bomberos”, contó.
Asimismo, recordó que la última vez que habló con su hijo fue el lunes festivo, 27 de junio. “Hablamos por celular, me dijo que estaba bien, pero en la madrugada pasó eso y pues ya mi hijo no está”, manifestó.
De otro lado, un ciudadano, quien quiso omitir su nombre, dijo que a las 10:00 p. m. del 27 de junio su suegra recibió una lamentable llamada. “Le dijeron que habían apuñalado a mi cuñado, eso quiere decir que la situación empezó más temprano”, afirmó el hombre.
SEMANA también logró hablar con dos mujeres que en la mañana se enfrentaron al Esmad para obtener respuesta de su familiar.
“Fuimos a averiguar, pero el Esmad nos sacó, le pegó a mi hija, me pegó a mí y a otras personas nos sacó. Y en el listado que están dando, supuestamente a una señora le dijeron que aparecía el hijo y al rato le dijeron que estaba muerto; entonces, ¿en qué creemos? En nada”, aseguró la mujer, quien pidió reservar su identidad.
La ciudadana también detalló que la última vez que habló con su hijo, este se encontraba hospitalizado por una fractura de rodilla.
“Me dijeron que dentro de 15 días lo volvían a llevar, no sé nada, no sé si estaba en la celda o estaba retirado. Va a cumplir seis meses recluido; hasta ahora, en 28 años de edad que tiene, nunca había tenido problemas con nadie, es que es primera vez que está acá, él nunca había estado preso; eso es una injusticia que están haciendo”, aseguró.
La mujer además afirmó que en los seis meses que su hijo lleva recluido en la cárcel de Tuluá, pocas veces ha podido comunicarse con él. “Lo de la rodilla fue porque lo golpearon, pero no me dijo las razones, porque ellos no pueden hablar nada, sino que adentro los golpean o les hacen otras cosas peores”, atestiguó la madre.
Este medio también habló con una mujer que asegura ser la tía de uno de los presos identificados como Steven Becerra. Según ella, él se encuentra vivo y está dentro de la prisión.
“Fuimos por la parte de atrás de la cárcel porque escuchamos gritos de auxilio por parte de algunos reclusos, decían que los ayudaran, que los estaban golpeando mucho. No sé cuál es la causa, pero los estaban aporreando como si los quisieran acabar de rematar”, declaró la mujer.