La noticia de la muerte de Luis Enrique Pérez Mogollón ('el pulpo') fue registrada como una más en buena parte del país, sin embargo para los habitantes de Norte de Santander se podría tratar de un hecho que marca su historia. No solo por la forma como fue asesinado: dos hombres esperaron a que se ubicara en una mesa de un restaurante del centro de Cúcuta, se acercaron y le disparon (la pistola tenía silenciador). Se aseguraron de que estuviera muerto y corrieron. Nadie los alcanzó. La noticia también causa conmoción en ese departamento por la la historia de ese hombre, quien siempre estuvo bajo la sombra de sus presuntos vínculos con los negocios turbios. Pérez Mogollón era el más popular de una familia que llaman 'los pulpos', porque su abuelo tenía un negocio de abarrotes conocido como La Pulpería. Con el tiempo, el apodo familiar cambió de significado. A Luis Enrique, lo empezaron a llamar 'el Pulpo' porque estaba metido en todo. Inició su carrera de comerciante en la venta de carros aprovechando las ventajas que da la frontera. Pasaron unos años en que poco se supo de él, pues se fue a explorar suerte en el vecino país. Regresó y montó diferentes empresas. Sin dejar su negocio inicial, fue distribuidor exclusivo para el departamento de una conocida marca de lubricantes, tenía una flotilla de buses y taxis, inversiones en finca raíz, y otros negocios entre los que se destacan un lavadero de autos, una discoteca y una cadena de almacenes de ropa. También tenía intereses en el negocio del espectáculo. Pero de repente algo pasó con la historia de 'el pulpo'. Su trayectoria como comerciante hábil y exitoso en vez de ocupar las páginas económicas de los medios locales, empezó a despertar recelo entre algunos dirigentes de la región. En el 2007 SEMANA consultó al entonces alcalde de la capital de Norte de Santander, Ramiro Suárez, sobre Luis Enrique Pérez , airado respondió : "He escuchado el nombre... No es cercano a mí... a mí no me pregunte por paramilitares o por mafiosos. Merezco respeto". Para ese año, las autoridades ya lo tenían en la mira, aunque según fuentes consultadas por SEMANA.COM: "siempre lograba salirse con la suya". La Fiscalía archivó una investigación por enriquecimiento ilícito que lo involucraba. Tiempo después, por nuevas pesquisas en un proceso diferente también por presunto enriquecimiento ilícito, fue retenido en el aeropuerto El Dorado. Rindió indagatoria y luego quedó libre. En registros de la Policía había información sobre una investigación por participar, supuestamente, en el tráfico de droga hacia Europa vía Venezuela. Tres años antes, en el 2004, en la plenaria de la Cámara de Representantes, Gustavo Petro dijo que en Cúcuta "los paramilitares actúan de la mano del narcotraficante conocido como 'el Pulpo'". Sin embargo, las autoridades no encontraron mérito para una apertura formal de investigación en su contra, y nadie ha entregado pruebas contundentes de acusaciones tan graves. Su defensa decía entonces que los rumores sobre sus vínculos con el negocios oscuros nació porque Pérez le alquiló sus vehículos a la campaña de Ramiro Suárez a la alcaldía (actualmente en La Picota). La familia de 'el Pulpo' tampoco estuvo exenta de problemas. Su padre fue secuestrado por los paramilitares y por eso tras su liberación se radicó en Venezuela. Su hermano, Víctor Manuel, ha tenido problemas con la justicia en ese país. El miedo que infundía en la región no era poco. En una edición de la revista CAMBIO un periodista que pidió reserva de su nombre así lo confirmó "Acá todo el mundo le tiene miedo", dijo. Aunque el coronel Óscar López, comandante (e) de la Policía Metropolitana de Cúcuta, asegura que se desconocen los móviles y los autores del asesinato, desde hace algunos meses se venía rumorando en la zona que tenía disputas con Diego Pérez (cabecilla de Rastrojos) por temas del control de algunos negocios en la región.