A rey muerto, rey puesto. Eso es lo que comúnmente ocurre y más en los grupos delincuenciales, donde siempre habrá quien reemplace a un cabecilla que haya sido dado de baja o capturado.
En la llamada Segunda Marquetalia todo está listo para reemplazar a Iván Márquez, quien fue el cerebro y cabeza visible de esa disidencia que participó en el acuerdo de paz y decidió volver a la delincuencia.
Según información conocida por SEMANA, el llamado a ocupar el lugar de Márquez será José Vicente Lesmes, alias Walter Mendoza, quien integró el Bloque Occidental de las Farc-EP, fue negociador de la guerrilla en La Habana, Cuba, y decidió volver a la clandestinidad cuando Márquez, El Paisa, Jesús Santrich y Romaña se rearmaron.
Aunque Walter Mendoza siempre tuvo un perfil bajo, es uno de los exintegrantes de las Farc-EP más antiguos, ya que ingresó a sus filas en los años sesenta y allí inició su carrera delincuencial, donde fue avanzando rápidamente.
Por su trabajo en las extintas Farc, fue nombrado como jefe de la columna móvil Libardo García, que operaba en el departamento del Valle del Cauca. Posteriormente, fue comandante del Bloque Arturo Ruíz, reconocido por reclutar el mayor número de menores de edad.
En 2022, participó en el secuestro de los 12 diputados del Valle del Cauca y desde ahí su alias salió a la luz pública.
Cuando llegó a la mesa de negociación de La Habana, Cuba, se conoció que su prontuario criminal incluía secuestros, homicidios, atentados y manejo de explosivos.
Sin embargo, después de la firma de los acuerdos de paz y de estar en las zonas de reincorporación de Cauca, Mendoza decidió irse a la clandestinidad y reapareció en 2019, en el video donde Márquez anunciaba la creación de la Segunda Marquetalia.
Por esa razón, la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) lo expulsó y perdió todos los beneficios que otorgaba la negociación de paz.
Quienes lo conocen aseguran que Mendoza es “un hombre elemental, predecible, poco inteligente, pero con un poder militar que le permite estar al frente de una disidencia”.
Además, indican que sus conocimientos bélicos y operacionales lo ponen por encima de otros integrantes de esa disidencia de las Farc que ha sido golpeada por la muerte de Márquez, El Paisa, Jesús Santrich y Romaña.
El Gobierno colombiano ofrece una recompensa de hasta $ 3.000 millones por información que permita dar con su paradero.
Iván Márquez vivía en Venezuela
La historia de Iván Márquez en Venezuela es de muchos años. Cómo olvidar, por ejemplo, la fotografía de Piedad Córdoba con Márquez, Santrich y Granda en el Palacio de Miraflores, todos con boina de las Farc, incluida ella. El escándalo explotó en 2007 en medio de las liberaciones de los secuestrados. Trascendió que ese día estaban en una cita con el entonces presidente Hugo Chávez. Se sabe que Márquez permanecía en Venezuela y de hecho, cuando empezaron las negociaciones del Gobierno Santos con el grupo criminal, fue desde ese país que salió el avión del entonces jefe negociador de las Farc hacia La Habana. Por eso, Iván Márquez no dudó en esconderse cruzando la frontera cuando regresó al narcotráfico con las disidencias, aun después de haber firmado la paz.
En ese país, Márquez gozaba de protección y ayuda económica que, incluso, le permitió rearmarse en 2019, cuando anunció al lado de Santrich, El Paisa y Romaña que su organización narcotraficante estaba de regreso. De hecho, con alias Jhon Mechas intentaron asesinar al presidente Iván Duque en Cúcuta. Todo se planeó desde Venezuela y fue cruzando la frontera que se escondieron, tras cometer el atentado el 25 de junio de 2021.
Iván Márquez traicionó a los colombianos y traicionó el acuerdo de paz de tal manera que cayó en su propia ley, la del narcotráfico. Mientras tanto, Nicolás Maduro y el Cartel de los Soles se quedarán sin una de sus fichas clave para el negocio de la cocaína.
El indictmen de una corte de EE. UU. contra Maduro incluye no solo a generales corruptos venezolanos, sino a Santrich y a Márquez, ya muertos. Se trata de un potente entramado de narcotráfico. De hecho, Marlon Marín, extraditado a ese país, contó todo sobre las andanzas de su tío Iván Márquez, quien siguió con el “negocio” de la cocaína después de firmar la paz con Juan Manuel Santos en La Habana.
Maduro perdió, con la muerte de Iván Márquez, un gran aliado en sus fechorías; Colombia, en cambio, se libra de uno de los peores criminales de la historia del país, a quien congresistas ya le estaban ambientando el regreso al proceso de paz sin importar su accionar criminal. Le querían dar “una segunda oportunidad”. Una bofetada a los colombianos inermes.