Cuando Gustavo Petro dejó la Alcaldía de Bogotá en diciembre de 2015, su imagen negativa era cercana al 60 por ciento. Las críticas que le hacían entidades como la Veeduría Distrital, las asociaciones de vecinos y sectores ciudadanos tenían que ver con su capacidad gerencial, sus prioridades presupuestales y, en general, con el caos de la ciudad.Sin embargo, más de dos años después, el exalcalde encabeza la intención de voto para las elecciones presidenciales y es el único candidato cuya imagen positiva ha mejorado sustancialmente en los últimos meses. Así, según la última encuesta de Invamer para SEMANA, Blu, y Caracol Televisión, mientras en noviembre tenía 36,7 por ciento de favorabilidad, hoy tiene 41,4 por ciento.Reviva el análisis de los resultados de la Gran Encuesta a través de Facebook Live:
Los electores de Gustavo Petro se encuentran fundamentalmente en Bogotá. Eso implica que con el tiempo distintos sectores de la población capitalina han comenzado a valorar su gestión sobre distintos temas, o que –acudiendo a un lugar común sobre Petro—consideran que su potencial está en el desarrollo de los temas nacionales.En contexto: Petro se trepa al primer lugar en intención de voto en la Gran EncuestaEn términos políticos, que los fans de Petro estén mayoritariamente en Bogotá le da una ventaja sobre el resto de candidatos. En los últimos años se ha consolidado la tesis de que nadie puede ser elegido presidente si no cuenta con el apoyo mayoritario en la capital. A eso se suma que según la misma encuesta, el porcentaje de abstención en la ciudad podría ser menor que en otros lugares del país. Mientras en Bogotá el 45 por ciento de la gente asegura que va a votar, en la zona suroccidental y cafetera, por ejemplo, esta cifra oscila alrededor del 35 por ciento.Uno de cada tres votos por Petro está en Bogotá. En la ciudad tiene el 36,4 por ciento de intención de voto. Esta cifra también es alta en la costa Atlántica, donde compite con Germán Vargas, y tiene el 35.5 por ciento de esta intención. La otra tercera parte de su votación está repartida por todo el país. Rodrigo Pardo, director editorial de SEMANA, analiza los aspectos más importantes de la encuesta:
En la capital, su electorado mayoritario está en los estratos 1 y 2, donde puso el foco de sus políticas públicas. Más allá de la discusión de si estas fueron populistas o irresponsables fiscalmente, los subsidios o las iniciativas para lograr la a cobertura total en educación, llegaron a las poblaciones más necesitadas. Incluso en mediciones objetivas, como la que busca determinar los avances en la reducción de pobreza multidimensional, se considera que la administración de Petro dio un paso importante. Según el proyecto independiente Bogotá Cómo Vamos, por ejemplo, en la administración Petro la infraestrctura y la movilidad fueron dos grandes talones de Aquiles, en contraste con las políticas de disminiución de pobreza. En los últimos años esta cifra se mantuvo en 8,7 por ciento y fue extraordinaria, pues en la historia reciente de la ciudad no había logrado bajar de dos dígitos.A lo anterior se suma el hecho de que Petro ha sido el jefe de la campaña de oposición a Enrique Peñalosa, quien tiene gravísimos problemas de imagen. Eso ha llevado a reivindicar la gestión anterior y a que muchas personas conviertan su fastidio a Peñalosa en favoritismo por Petro. Le recomendamos: Abrumadora ventaja de Petro sobre CaicedoOtro aspecto que llama la atención es que al exalcalde de Bogotá le vaya tan bien entre los jóvenes. La mayor intención de voto por él está en el segmento poblacional que oscila entre 18 y 25 años (36 por ciento de sus votos), franja en la que a ningún otro candidato le va tan bien. Eso tiene que ver con el hecho de que su campaña está orientada a temas que no se relacionan con grandes relatos, sino que se deben a causas contemporáneas: los animales, el agua, las minorías, el cambio climático, entre otros.En cuanto al tipo de votantes, la mayor fuerza política de Petro está entre los electores del Polo Democrático (38 por ciento), seguido de los ‘sin-partido’ (30 por ciento) y los Verdes (24 por ciento). Esas cifras se explican, por un lado, porque durante más de siete años y en su paso por el Congreso, Petro llevó en sus hombros las banderas del Polo. Pero también le habla a los indignados que no quieren tener una filiación partidista y a los Verdes, con quienes trató de integrar su movimiento Progresistas.Lo que demuestran las cifras anteriores es que más allá de la historia política de un candidato, lo que importa es su estrategia. Esta debe hablarle a audiencias definidas, con mensajes claros y segmentados y con contenidos dirigidos. Eso sin duda es lo que parece estar haciendo Gustavo Petro.