Este lunes, el expresidente Álvaro Uribe se encontró con el presidente de la Comisión de la Verdad, el padre Francisco de Roux, en un diálogo que había sido concertado hace unas semanas, en el que se tratarán temas relacionados con el conflicto armado colombiano.
Y pese a que estos diálogos se han realizado con otros protagonistas del conflicto armado, en el marco de la Comisión de la Verdad, esta vez fue en la casa del exmandatario en Rionegro. Uribe aclaró al comenzar la intervención que él no cree la legitimidad de la Comisión pues es una institución creada por los acuerdos de la Habana y que estos no fueron refrendados por el pueblo colombiano que votó No al plebiscito. Pero aclaró que respeta al padre De Roux, pues lo considera un hombre con valores.
El expresidente dedicó uno de los puntos de su charla a hablar de un personaje clave en su gobierno: Luis Carlos Restrepo. Aseguró que quería hacerle “un homenaje” a su alto comisionado para la Paz, pues lo considera “un mártir, en un exilio injusto”.
“Él tuvo la posibilidad de desmovilizar 44,000 personas. Él es un hombre de unos profundos valores democráticos, de una ética a toda prueba, y algo que me entristece siempre, es que él ha tenido desde hace muchos años que padecer el exilio por unas acusaciones totalmente injustas”, destacó Uribe Vélez.
También se refirió al número de desmovilizaciones que se registraron durante su mandato: “Desde un principio siempre le damos prioridad a las desmovilizaciones, está lo que dije como candidato a la Presidencia y está presente en el manifiesto democrático. Efectivamente, las cifras del Ministerio de Defensa mostraron 53.000 desmovilizaciones, frente a 9.000 capturas y 13.000 bajas”.
“En esas desmovilizaciones hubo 35.000 paramilitares, 18.000 guerrilleros, desmovilizaciones individuales que sumaron más que las colectivas en los últimos años, y hubo algo muy importante, si bien hubo penas alternativas, los responsables de delitos atroces tuvieron que estar privados de la libertad un tiempo y muchas personas fueron extraditadas, porque si bien, habíamos suspendido la orden de envío de personas cuya extradición había sido autorizada para contribuir a la desmovilización, hubo un momento en que el gobierno estimó que se estaba incumpliendo, que teníamos una gran preocupación por la situación carcelaria colombiana y entonces se aplicó la norma del envío”, sostuvo.
Y se defendió de acusaciones en su contra como las que dicen que “extraditó para extraditar la verdad”, y explicó que “se hizo un acuerdo público con los Estados Unidos y el embajador salió a refrendar en el sentido de que los EE. UU. respetarían el acceso de todas las instituciones de Colombia a sus cárceles”.
El documento del expresidente Uribe
En el marco de este encuentro, Álvaro Uribe dio a conocer este domingo un documento con 61 puntos que expondrá en esa charla. En dicho cuestionario se establecen puntos como la política de Seguridad Democrática (implementada durante las dos administraciones de Uribe) las ejecuciones extrajudiciales (llamadas falsos positivos), el tratamiento diferenciado que hubo en su gobierno en la lucha contra las guerrillas y los paramilitares, así como el perdón y las Convivir, entre otros.
“Como gobernador y presidente hablé mucho con integrantes de las Fuerzas. Ninguno recibió mal ejemplo de mi parte, ni de palabra ni de obra”, dice Uribe en el documento que expondrá ante el padre De Roux, quien intervendrá las veces que sea necesario y podrá contra preguntarle.
“Para mí era muy difícil creer que había falsos positivos, pero siempre procuramos actuar a tiempo”, señala el expresidente.
El documento está dividido en capítulos: seguridad democrática; delitos presuntos de fuerza pública; Gobernación de Antioquia; seguridad democrática; falsos positivos; tratamiento diferente a guerrillas y paramilitares; perdón; y Comisión de la Verdad.
Uribe sustentará que hubo “toda la generosidad con la reinserción de miembros pertenecientes a grupos ilegales”. Para ello mostrará que, en su gobierno, hubo 53.000 desmovilizaciones y 39.000 capturas. Uribe explicará por qué Luis Carlos Restrepo, su excomisionado de paz, es a su juicio “un mártir”.
Hablará de la gestión de sus ministros de Defensa y de la directiva 300-28, del 2007, donde se retiró la “prevalencia de las desmovilizaciones”.
En el capítulo de delitos presuntos de la fuerza pública, Uribe será muy explícito en hablar de los hechos ocurridos en Guaitarilla (Nariño), donde su orden fue hacer público “todo”. En ese municipio siete policías murieron masacrados en medio de un confuso enfrentamiento con el Ejército.
Sobre la masacre de Jamundí, donde el Ejército atacó a un cuerpo élite de la Dijín, recordará que pidió que esa investigación la desarrollara la justicia ordinaria y no la penal militar.
Los falsos positivos de Soacha han conmovido al país. En su conversación con el padre De Roux, Uribe va a aceptar que cometió un error al decir que “no estarían cogiendo café”, al referirse a las víctimas que en ese momento fueron presentadas como bajas en combate. Explicará que lo hizo al ser mal informado.
También expondrá la purga de 27 altos oficiales del Ejército, en el 2008, como una prueba clara de su compromiso contra ese tipo de prácticas macabras en las filas. “Procedí de inmediato. Difícil creerlo, pero siempre actué de inmediato. Una decisión muy dura para alguien que como mi persona tiene afecto por las Fuerzas Armadas de Colombia”, le dirá Uribe al padre De Roux.
Sobre su presión a la fuerza pública, el expresidente dirá: “Uribe exigía resultados. En todo y con transparencia”.
Así mismo recordará que, en las zonas especiales, mantuvo la exigencia de que fiscales acompañaran las operaciones militares y que “todo cuerpo de alguien dado de baja solamente lo podía mover el CTI de la Fiscalía”.
Uribe será tajante en que la llamada doctrina Vietnam, de conteo de cadáveres, “nunca se aplicó, ni se mencionó”, como lo llegó a sugerir el expresidente Juan Manuel Santos en su comparecencia ante la Comisión de la Verdad.