SEMANA: Ese 28 de mayo unas fotografías lo muestran a usted con un arma disparando, pero, ¿cuéntenos qué estaba pasando en ese momento en Ciudad Jardín?
ANDRÉS ESCOBAR: Ese día se presentó una situación bastante complicada. Ese día se estaba celebrando un mes del paro nacional y había marchas convocadas que iban a terminar en la entrada de Ciudad Jardín. Empezaron a avanzar los manifestantes. Efectivamente hicieron un bloqueo y se empezaron a acumular varios de ellos. Quiero marcar una diferencia entre manifestantes y vándalos porque no todo manifestante es un vándalo. No hay que hacer esos señalamientos como tal porque hay gente que está ejerciendo su derecho a la protesta. El problema está en las personas que sí vienen con esos objetivos y efectivamente estaban generando muchos daños.
SEMANA: ¿Por qué toma la decisión de sacar su arma y disparar?
A.E.: Yo me encontraba en mi oficina, cerca del lugar de los hechos, donde queda mi hogar, mi empresa, y empecé a ver detonaciones, los videos en redes sociales de los daños en torres vecinas, las cadenas de Whatsapp. Y cuando empiezas a ver esas detonaciones da una sensación de pánico, peligro y decido salir a ver qué es lo que está pasando. Cuando llegó al puente de la carrera 102, donde está el CAI de Policía, encontramos que había muy pocos efectivos y eran demasiados los que venían de la zona de los manifestantes. Estaban avanzando y había un policía ondeando una bandera blanca en símbolo de paz para tratar de alivianar los ánimos, pero no sirvió, ellos siguieron adelantando y empezaron a lanzar muchas piedras, bombas molotov, pólvora, y la fuerza pública empezó a retroceder. Y ya efectivamente estaban cayendo bombas molotov al CAI, de eso hay videos, y cuando vemos que la fuerza pública está dando el espacio para que ellos siguieran avanzando se sintió pánico y peligro extremo que es cuando tomo la decisión de hacer unos disparos de disuasión al aire con mi arma traumática, no letal.
SEMANA: ¿Eran personas que estaban cometiendo actos vandálicos y no manifestando?
A.E.: Sí, efectivamente, eran actos delincuenciales. Fue un momento de pánico, de mucho peligro. Si hubieran tomado el CAI se habría generado un empoderamiento que ya de ahí para allá hubieran ido por toda la zona comercial donde había muchos locales vulnerables.
SEMANA: Mucha gente no diferencia entre armas letales y no letales, ¿qué es un arma traumática?
A.E.: Las balas de un arma traumática no tienen un efecto letal, igual depende de la zona, pero igualmente no se disparó hacia los manifestantes como tal, fueron tiros al aire. El efecto es neutralizar, pero neutralizar de una forma no letal.
SEMANA: ¿Esa arma es suya?
A.E.: Sí, es mía. Yo anteriormente, de forma deportiva he practicado polígono con este tipo de armas. Lo he hecho en un par de oportunidades y la tenía conmigo porque digamos que se ha generado una situación de inseguridad sin precedentes en Colombia y en especial en Cali, que ha sido el epicentro de toda esta problemática. Es de cierta para salvaguardar mi integridad física y la de mi familia.
SEMANA: A una semana de los hechos, ¿es consciente de que se equivocó?
A.E.: Sí, yo quiero pedir una disculpa pública a Colombia, a mi ciudad. Yo amo Cali y lo último que quiero es crear una división, un discurso de odio, promover que se arme la gente como en el paramilitarismo. No tengo esa visión hacia las personas. Se me ha acusado de un montón de cosas que yo no he hecho. Me dicen asesino y yo nunca lo he hecho, no tengo ni siquiera un antecedente judicial. Pido una disculpa porque esto pudo ser tomado como una incitación al odio, una incitación a que se arme la gente contra el pueblo. Pero no es así, nunca fue mi intención, nada lo justifica.
SEMANA: Le pregunto abiertamente lo que se dice en redes sociales, ¿usted es paramilitar?
A.E.: No, para nada. No tengo relación con ningún grupo paramilitar. No sé ni siquiera cómo funcionan estos grupos.
SEMANA: Después de todo lo que le pasó, ¿qué ha significado todo esto?
A.E.: Han sido días bastante difíciles, de mucho aprendizaje. Ha sido difícil digerir esto, asimilarlo. Esto me ha causado muchísimas amenazas en mi contra, hacia mis allegados, amigos, familia. Cualquier persona que tenga una foto conmigo ha sido señalada como paramilitar, de asesino, pero eso es absurdo, eso no tiene sentido. Primero, porque yo no lo soy, y ellos no tienen que ver con nada de eso. Yo cometí unos actos equivocadamente en un momento de mucha tensión y mucho pánico.
SEMANA: ¿Qué amenazas ha recibido?
A.E.: Las amenazas vienen de una forma muy amarillista, en todas las formas. Dicen cosas horribles. Dicen que me van a picar, desaparecer, que van a hacer un festival conmigo cuando me encuentren, que me esconda. Piden por todos lados mi cabeza de una forma terrorífica.
SEMANA: ¿Teme por su vida?
A.E.: Si, claro que sí, y estoy tomando las debidas medidas para salvaguardar mi vida. Evidentemente esto me obliga a mantenerse, durante lo que dure esta problemática, con un bajo perfil. Es mucho el odio que se generó mediáticamente hacia mí.
SEMANA: ¿Su familia que le dice?
A.E.: Ellos han estado conmigo. Hemos estado unidos. Evidentemente también tienen miedo y han tomado todas las medidas de precaución posible. De verdad hay miedo e incertidumbre por lo que pueda suceder en cualquier momento.
SEMANA: Sabemos que la Fiscalía abrió un proceso de investigación por ese suceso, ¿qué ha pasado con eso?
A.E.: Ya la Fiscalía está adelantando todos los procesos. Realmente eso es algo reservado entre mi abogado y la entidad.
SEMANA: ¿Usted tomará alguna acción contra la persona que difundió las fotos?
A.E.: Sí, esta persona va a tener unas denuncias en su contra. Mi abogada se está encargando de eso y tarde o temprano va a tener que salir a la luz. No sé cuánto tarde un proceso así pero sí espero que pueda pagar económicamente los daños y perjuicios que se hayan generado en mi contra y espero que pueda retractarse públicamente.
SEMANA: ¿Eso que usted hizo es la muestra de que la gente está aburrida del vandalismo?
A.E.: Sí, lamentablemente Cali dejó de ser la ciudad que era. A un ritmo acelerado se ha destruido completamente de sur a norte y hay unas cifras muy alarmantes acerca de una gran cantidad de empresas cerrando sus operaciones, gran porcentaje de las operaciones están detenidas, están reduciendo las nóminas y a la final uno se asusta de llegar a un punto sin retorno. Si seguimos así el daño va a hacer muchísimo más que cualquier cosa, incluso que del virus.
SEMANA: ¿Volvería a portar su arma traumática?
A.E.: No, para nada. Dejarla guardada, quizás un recuerdo, una experiencia en mi vida que la voy a recordar hasta el último día.
SEMANA: Andrés, ¿quién es usted?,¿A qué se dedica?
A.E.: Yo soy empresario en el área del marketing y publicidad, en el tema de manejo de influencers, en campañas de influencers marketing, en ecommerce para crear activos digitales. Creo ecosistemas de venta en línea para empresas. Salieron unas fotos con varios influencers conocidos en la experiencia de mi empresa, hemos trabajado con muchos en Colombia. Yo no soy influencer como tal, ni me he interesado en serlo, siempre he estado detrás de ellos. He asesorado, he manejado cuentas de ellos y los he vinculado a campañas comerciales de las marcas con las que trabajo.
SEMANA: ¿Con esto que ha pasado no ha tenido problemas en su trabajo?
A.E.: Claro que sí, hay varios clientes que por miedo a cualquier represalia que pudiera tomar con ellos han cancelado los contratos. Otros han estado conmigo brindándome su apoyo porque sabe qué tipo de persona soy, porque soy su amigo. Cuando yo hago negocios con una personas no es una relación netamente cliente-proveedor, sino que trato de llevar más allá, entablar una relación de amistad. Saben que se ha usado mi imagen como un chivo expiatorio mediático para arruinarla.
SEMANA: Nos cuenta usted que se mueve en el mundo de las redes y todo, pero que no es influencer o youtuber. Entonces, ¿cuál es su trabajo en redes?
A.E.: Yo he estado en todo. Yo desde que monté mis empresas he hecho como toda la escuela de hacer de todo. En algún momento fuí el que publicada, el que me inventaba las estrategias. Digamos que que hacía lo que hoy en día hago con un grupo de trabajo con más de 25 personas en temas de producción, fotógrafos, editores, realizadores audiovisuales, diseñadores gráficos, el área comercial. Ahorita, más que todo, me dedico a hacer la parte comercial, a tener las relaciones con los clientes y, en algunos proyectos en específico, me gusta vincularse desde el área creativa, digámoslo que de forma empírica y autodidacta he sido un muy buen productor.
SEMANA: ¿Quiere enviarle un mensaje a la gente que tal vez, como usted, en algún momento piense hacer uso de su arma?
A.E.: Yo no pienso que la solución sea esa bajo ninguna circunstancia porque eso se podría convertir en una guerra civil y pienso que detrás de los objetivos oscuros de todo eso, se espera esto. Ya es momento de parar. Mi mensaje va más para las personas que están generando este caos y están generando toda esta destrucción. Están trayendo unos efectos colaterales peores que cualquiera cosa. Marchemos, pero marchemos pacíficamente, si los marchantes pacíficos son tantos, entonces no deberían permitir este tipo de hechos. Y para las personas que no están haciendo parte de las marchas, que quizás tengan una posición diferente, tampoco el camino es salir a dispararle a civiles, tiene que ser una situación muy extrema.
Ha pasado un fenómeno y es que como yo no soy influencer, ni nada, han creado demasiadas cuentas en Twitter, en Instagram, Facebook como si fueran mías y están promoviendo discursos de odio a través de esas cuentas. A mí me gustaría que las personas quisieran ver algo de mí, que vean la parte real de quién es Andrés Escobar, a través de mis verdaderas redes sociales.