Casi 13 años después de la trágica muerte de 17 personas en lo que se llegó a llamar la masacre de Santo Domingo (Arauca), en 1998, se conoce una importante decisión judicial.   En una sentencia (de segunda instancia), proferida por el Tribunal Superior de Bogotá, se condenó a los miembros de la Fuerza Aérea César Romero Padilla (piloto) y Johan Jimenez Valencia (copiloto) a 360 meses de prisión por el homicidio de 17 personas y lesiones dolosas de otras 21 (varias mujeres y niños).   La tragedia   El 13 de diciembre de 1998, hombres de la unidad de combate número 1 de la Fuerza Aérea, también conocida como Palanquero, se encontraban en un operativo contra una columna de las Farc que hostigaba el oleoducto Caño Limón Coveñas, muy cerca de Santo Domingo (Arauca). Los guerrilleros, en su retirada, habrían ingresado al poblado tratando de camuflarse entre los civiles.  Posteriormente, una gran explosión sacudió al pueblo y dejó 17 muertos, entre ellos algunos niños. El entonces comandante de la FAC, Héctor Fabio Velasco, dijo inicialmente que había sido una bomba detonada por las Farc la causante de los destrozos. Sin embargo, desde un comienzo la versión generó dudas, pues testigos aseguraron que la explosión fue causada por ataques desde un helicóptero.  Luego el FBI determinó que el artefacto lanzado desde el helicóptero fue una bomba tipo cluster o racimo. Desde entonces la versión comenzó a evolucionar y el tema se convirtió en uno de los hechos más controvertidos y difíciles de explicar para las autoridades colombianas. Luego de más de tres años del hecho, el gobierno estadounidense aseguró que tenía grabaciones entre los pilotos, que habían sido eliminadas del expediente, que podían demostrar la culpabilidad de la FAC. El general Velasco renunció a su carrera militar y fue absuelto de cualquier responsabilidad.