La empresa Smurfit Kappa denunció que un grupo de ciudadanos entró de manera violenta a los predios que tiene en el departamento del Cauca. En la queja se advierte sobre supuestas retenciones, intimidaciones con armas y porte de artefactos explosivos.
El incidente ocurrió este domingo 18 de febrero en las veredas La Unión y La Venta del municipio de Cajibío. Hasta allí llegaron comunidades indígenas y campesinos con el presunto objetivo de generar estragos en la propiedad privada de la reconocida multinacional.
Así lo narró la firma en un comunicado dirigido a la opinión pública en la mañana de este lunes, tras superar el episodio: “Este grupo ingresó a estos predios, provocando incendios y destruyendo más de 55 hectáreas de plantaciones forestales comerciales de la compañía”.
En el texto también se contó que, al parecer, estos sujetos realizaron retenes ilegales en las inmediaciones de la zona y habrían frenado el recorrido de los ciudadanos que transitaban por el sector para examinar sus celulares. De inmediato, la Policía Nacional acudió al llamado de los afectados.
En imágenes registradas en las redes sociales quedaron en evidencia las diferentes conflagraciones que habrían provocado los desconocidos: grandes focos se levantaron durante el día en la zona y el fuego devoró parte de la vegetación que es usada por la multinacional.
El antiguo Esmad, hoy conocido como la Unidad de Diálogo y Mantenimiento del Orden, pudo contener la alteración del orden público: recuperó los predios el mismo domingo, aseguró el terreno y brindó garantías de protección a los trabajadores de la empresa.
Smurfit Kappa aprovechó la coyuntura para mandar un mensaje a las autoridades y a las instituciones competentes sobre las condiciones que hoy el municipio de Cajibío: “Alerta con preocupación la presencia de nuevos grupos armados e ilegales, lo cual requiere una atención inmediata”.
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Valiente perrita de las Fuerzas Militares fue asesinada por las disidencias de las Farc: enfrentó a criminales y salvó vidas
El Estado Mayor Central de las disidencias de las Farc protagonizó otro hecho violento en el departamento del Cauca: sus integrantes se fueron de frente contra las tropas de las Fuerzas Militares que adelantaban operaciones de control.
Los disparos les causaron heridas a un uniformado y a una civil, quienes son atendidos en centros médicos de la región, y acabaron con la vida de una canina que estaba enfilada en la institución, conocida como Urca.
La perrita, de raza pastor belga, se especializó en los últimos dos años en la detección de explosivos en el norte de la región. Justamente, en ese momento estaba rastreando artefactos en zona rural del municipio de Buenos Aires.
Su misión era clara: identificar cualquier amenaza sobre el suelo que pudiera afectar a los uniformados y a la población civil. Allí hay abundantes municiones enterradas bajo tierra que, al pisarlas, podrían desencadenar una tragedia.
Ella se enfrentaba diariamente a las minas antipersona improvisadas y cilindros repletos de dinamita. En su mayoría, los creadores y financiadores principales de estos elementos serían los miembros de las disidencias de las Farc.
Su guía canino era el soldado que resultó lesionado, quien fue atendido de manera inmediata por enfermeros de combate y evacuado vía aérea de la zona hacia la clínica Valle de Lili, en la ciudad de Cali, donde permanece internado.
La Tercera División del Ejército Nacional culpó a la sub estructura Jaime Martínez de esta alteración del orden público y anticipó denuncias por la violación al cese al fuego que pactó el Gobierno nacional con ese grupo insurgente.
“Este comando rechaza estos actos terroristas, que también afectan a la población civil, e instaurará las denuncias respectivas en el marco del cese al fuego establecido y la violación a los derechos humanos y DIH”, reportó la institución.