Este martes no fue un día cualquiera para la familia Angulo Castañea. La Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas, el Equipo Colombiano Interdisciplinario de Trabajo Forense y Asistencia Psicosocial, EQUITAS, y la Comisión Colombiana de Juristas, CCJ, recuperaron un cuerpo en zona rural de San Juanito, Meta, que podría pertenecer a uno de los esposos Angulo Castañeda, una pareja que fue secuestrada hace 21 años, exactamente, el 19 de abril del 2000, en el municipio de La Calera, Cundinamarca, por la entonces guerrilla de las Farc.

Era un miércoles Santo y, mientras la familia se disponía para celebrar las fiestas tradiciones las de la Semana Mayor, tres hombres armados le salieron al paso al vehículo en el que se movilizaban, justamente frente a la entrada de su casa, les apuntaron y se los llevaron.

Los hijos de Gerardo Angulo y Carmenza Castañeda, conocieron la información sobre la ubicación del lugar donde podrían encontrarse los cuerpos de la pareja y la entregaron a la Unidad de Búsqueda. La colaboración de la Comisión de Búsqueda de Frac fue determinante para el estudio y la exploración de la zona.

Durante al menos dos semanas, tanto Helmuth como Nicolás Angulo, hijo y nieto de los esposos Angulo; Equitas, la CCJ y miembros de la comunidad de San Juanito trabajaron junto con el equipo interdisciplinario de la Unidad de Búsqueda en 22 cuadrantes que conformaban un área aproximada de 9.200 metros cuadrados. No era un trabajo fácil, era el rastreo de dos cuerpos en una hectárea, haciendo un barrido palmo a palmo.

Y es que en el rostro de sus familias, pese al dolor, se abre una luz de esperanza para saber la verdad de lo ocurrido. Sus padres, Gerardo y Carmenza tenían, cada uno, 68 años. En el momento del secuestro, iban a celebrar su aniversario 50.

“El hallazgo del cuerpo se logró en una zona boscosa bastante compleja, sobre los 2.000 metros, con un clima de lluvia y neblina permanente por lo que el apoyo de la comunidad fue muy importante para el traslado de los equipos técnicos y humanos, el despeje de la vegetación de la zona y la apertura de alrededor de 1.300 pozos de sondeo en la tierra”, afirmó Luz Marina Monzón Cifuentes, directora de la Unidad de Búsqueda.

Para Daniel Vargas, abogado de la CCJ, organización de la sociedad civil que ha apoyado el proceso de la familia Angulo, “este acompañamiento ha generado que la familia revitalice sus fuerzas después de 21 años para continuar con la búsqueda y entender que en el marco de un proceso de paz las entidades nacientes tienen un rol importante”.

“El desarrollo de la misión humanitaria en San Juanito nos permitió acceder a nuevas fuentes de información. Seguiremos trabajando mancomunadamente con la familia y organizaciones como Equitas, la CCJ, la Comisión de Búsqueda de las Farc y la comunidad hasta conocer, no solo el paradero del segundo cuerpo que estamos buscando y que podría pertenecer a uno de los esposos Angulo, sino también para saber qué pasó y dónde están miles de personas desaparecidas que dejó el conflicto armado en Colombia. Esta es una obligación del Estado y la Unidad de Búsqueda una institución que garantiza el derecho a la verdad”, puntualizó la directora de la Unidad de Búsqueda.