El aseguramiento en salud en Colombia, hace más de tres décadas, era poco menos que una barbarie. Si en la actualidad la cobertura es del 70 %, en aquel entonces el acceso a estos servicios vitales solo lo recibían unos privilegiados.
De ahí parten las grandes preocupaciones de los ciudadanos que han opinado, desde distintas trincheras, sobre el proyecto de ley que hace curso en el Congreso de la República, y que alista motores para su tercer debate, esta vez, en la comisión séptima del Senado, pues ya pasó en Cámara.
En todo este tiempo, previo a la entrada en la agenda de la ponencia que se someterá a estudio y votación, se han realizado diversas audiencias y en una de las más recientes, la presidenta de la Cámara de Comercio Colombo Americana, María Claudia Lacouture, salió en defensa de los usuarios del servicio de salud.
La reforma a la salud también ha tenido un calendario de mesas técnicas, las cuales se extenderán hasta el 6 de marzo, luego de lo cual podría ser abordada en cualquier momento en el Legislativo.
Oídos abiertos
La expectativa es que los oídos de quienes van a elaborar el documento que será sometido a votación haya estado con los oídos abiertos, pues los clamores y argumentos han provenido de todos lados.
Lacouture, por ejemplo, abogó para que se mantengan los avances que se forjaron en los últimos 30 años que lleva el sistema de salud, desde que fue creado en la Ley 100 de 1993. “Hay que mejorar, hay que fortalecer, pero eso se tiene que hacer sobre lo construido, no podemos dejar que lo que se ha mejorado, lo que se ha avanzado hoy en día no tenga unos cimientos para mejorarse, no hay que hacer borrón y cuenta nueva”.
Una de las ganancias que tienen los colombianos con la salud es el costo, pues se trata de un sistema de aseguramiento que incluye un Plan Obligatorio (POS), a través del cual se cubre casi todo lo que necesita el ciudadano en materia de atención.
De igual manera, también aplican los cobros de cuotas moderadoras y copagos, los cuales se introdujeron, principalmente, para racionalizar el uso del servicio, pero que, sin duda, constituyen una palanca económica para el sistema.
Con poco gasto
Lo cierto es que los colombianos, principalmente los más vulnerables, no tienen que meterse la mano al bolsillo para sacar muchos recursos para su atención.
Ese fue el punto sobre el cual abogó Lacouture. “La experiencia de 30 años ha mostrado que hay un sistema que si bien no cuenta con los recursos completos, sí ha dado respuesta a muchas de las necesidades a los colombianos. Dentro de los aspectos que hay que mejorar en el sistema de salud está el acceso, pues hoy lo tiene el 70 % de la población; pero se debe preservar el mínimo gasto de bolsillo que tienen los colombianos a la hora de recibir servicios y/o tratamientos médicos”.
Pero y las quejas...
Claro está. No implica que no existan temas por corregir, que han sido mencionados en debates anteriores. Es el caso de las hondas diferencias que hay en el acceso a la salud en un territorio apartado de la capital del país y la atención y servicio en Bogotá, alrededor de lo cual, algunos líderes de opinión han señalado que en algunos lugares el usuario parece estar en Dinamarca y en otros, en las zonas más abandonadas de África.
También es clave que los ojos de quienes construirán la ponencia se centren en problemas que llevan a los colombianos a quejas frecuentes. No obstante, Lacouture puso sobre el tapete que ha habido reducción en fallas en la atención, las cuales, pasaron de 42,3 % en 2003 a 7,5 % en 2021.
Con claridad
Propuestas que plantean cambios en la ruta de atención al paciente también llamaron la atención de Lacouture, quien sostiene que “generarían confusiones a futuro”.
“Tenemos que hacer la reflexión sobre si nosotros tenemos hoy una entidad de salud a la cual vamos, nos dirigimos y nos recibe y nos presta el servicio, en el momento de tener una transformación sobre algo que funciona vamos a pasar a 15 entidades sobre las cuales no vamos a tener la claridad de la ruta del paciente para lograr prestar ese servicio”, dijo.
Pero eso sí, los puntos más álgidos de la reforma, más allá de la atención a los ciudadanos, sigue siendo la del manejo de los recursos, lo que se concentraría en una sola entidad: la Adres. A la larga, de que la plata se maneje adecuadamente depende de que el usuario sea atendido oportuna y eficazmente.