Desde el concejo de Bogotá, la concejal del Partido Alianza Verde, María Fernanda Rojas, advirtió que el proyecto Regiotram Norte avanza a paso tortuga y que, incluso, su contratación durante las actuales administraciones está en riesgo si no se le pone acelerador a la estructuración.
La cabildante señala que a pesar de la gran expectativa por el Regiotram, los habitantes de la Sabana de Bogotá se encuentran frustrados porque las obras no arrancan en el occidente y la licitación de construcción se ve aún lejos en el norte.
Para Rojas, lo sucedido hasta ahora con el Regiotram del Norte no es alentador. Advierte que a pesar que la estructuración técnica legal y financiera firmó contrato en abril de 2020, con un plazo inicial de 15 meses que terminaban en agosto del año pasado, a la fecha la estructuración se encuentra en un estado inicial y Findeter, cabeza del convenio, ha dado el primer semestre de 2023 como fecha para terminar la estructuración, lo cual pone en riesgo su contratación en este periodo de gobierno.
La anterior presidenta del concejo de Bogotá indicó: “Es llamativo que ni siquiera se hayan definido aún las condiciones técnicas básicas del proyecto, luego de casi dos años de firmado el contrato y que se requiera aún, más de un año para tener la estructuración integral lista. Para dar una comparación: la estructuración de la línea dos del metro de Bogotá inicio en marzo de 2020 y espera terminar en junio de este año, un proyecto con mucha más complejidad que el Regiotram”.
La cabildante cuestiona que no hay claridades del porqué del lentísimo avance de la estructuración del proyecto, por lo que indicó que es necesario que las entidades implicadas le pongan el acelerador a estas consultorías, “pues este proyecto sería una solución realmente integral a los problemas de movilidad de la sabana norte de la ciudad”.
Ahora, en cuanto al Regiotram de Occidente, el proyecto fue licitado a finales de 2019 por 1.8 billones de pesos, con 40 km. De acuerdo con la concejal, casi dos años y medio después no solo no han iniciado las obras, sino que los diseños de ingeniería de detalle definitivos aún no están listos.
Puntualizó que el proyecto ha tenido problemas, como el hecho de que la pandemia complicó la llegada del personal de Asia que lideraría el proyecto y el segundo un litigio entre el concesionario y Cundinamarca por temas prediales.
Rojas recordó que el concesionario insistía que la parte contratante debía asegurarle un corredor libre de entre 25 a 30 metros en todo el recorrido, lo cual no solo era muy complejo sino innecesario, pues los metros ligeros pueden funcionar perfectamente en 8 metros de espacio.
A pesar de estos inconvenientes, Rojas señala que los problemas se superaron en febrero de este año y se espera que en los próximos meses empiece la construcción de los dos patios talleres, uno en cercanía de la Av. 68 y otro en el Corzo cerca a Facatativá. Del mismo modo se espera que se avance en completar los diseños de detalle necesarios para arrancar el resto de las obras.
El proyecto ha sufrido algunas mejoras como la ampliación de los trenes que ahora tendrán una capacidad de 964 pasajeros desde los 884 iniciales, las estaciones tendrán alrededor de 150 m metros de largo, similar a estaciones de Transmilenio como Flores o la Av. 68 en la calle 80.
El cronograma también sufrió cambios. Ya no entrará a operar en 2024 como se había anunciado inicialmente sino en abril del año 2026, la etapa de construcción se espera que inicie completamente en 2023. Hay que decir que la concesión durará hasta el año 2048.