Un asomo de crisis empieza a impactar al Nuevo Liberalismo. Los motivos evidencian las grietas en el movimiento de cara a las elecciones del 2022, y se dan semanas después de que la Corte Constitucional le devolvió la personería jurídica a la colectividad con la que Luis Carlos Galán y Rodrigo Lara, entre otras figuras, hicieron historia en la política colombiana en la década de los 80.
Este martes se conoció una carta firmada por Iván Marulanda, César Pardo, Carlos Arcesio Paz, Arturo Sarabia y Alfonso Valdivieso, líderes naturales del Nuevo Liberalismo, quienes decidieron renunciar al Consejo Nacional del partido.
¿La razón? Diferencias de fondo con las nuevas directivas del movimiento, designadas por la Corte en su fallo. Se trata de Fernando Galindo, director nacional, y Andrés Talero, secretario general.
“Infortunadamente las bases sobre las que comienza el Nuevo Liberalismo su nueva etapa de vida no crearon las condiciones requeridas para prolongar de manera fiel la identidad y el legado que vienen del pasado (...) La Corte Constitucional decidió en la sentencia que devuelve la personería jurídica al Partido, nombrar un sucesor de Luis Carlos Galán en la Dirección Nacional del Partido. Una decisión con la que no estamos de acuerdo porque resulta ajena a nuestra tradición democrática y contraria a los propios estatutos del Partido que la Corte reivindicó en la misma providencia y que asignan esa función exclusivamente al Congreso del Partido”, dice la comunicación.
“Por esta razón y por las consecuencias que se desprenden de ella, quienes suscribimos esta carta decidimos no reasumir las funciones de miembros del Consejo Nacional del Nuevo Liberalismo. Decidimos obrar así en el ánimo de sobresaltar el espíritu democrático que caracterizó al Partido desde sus comienzos y que se debiera conservar si se quiere prolongar con fidelidad su historia. De hecho, son principios que caracterizan a las instituciones políticas en las que está fundada la nación, ajenas a la interferencia de los poderes públicos en la libre conformación de las fuerzas políticas creadas en las corrientes de opinión ciudadana para gobernarse en democracia”, agrega la carta.
“La conformación del Nuevo Liberalismo fue plural, democrática, nunca estuvo cerrada a grupos estrechos ni regida por dogmas. En su seno se discutieron y decidieron los rumbos de acción de igual a igual entre los dirigentes y la militancia. Nos rigieron reglas que se construyeron en forma democrática, sin intromisiones, sin favoritismos, fundadas en el libre examen y en el bien común. No nos constituimos para escalar puestos ni honores, sino para conquistar espacios de responsabilidad política que nos permitieran servirle a la sociedad, desde el estudio, el trabajo y el compromiso”, señala la comunicación.
“Deseamos el mejor devenir para nuestro Partido y esperamos que las decisiones de la militancia permitan retomar los causes de su espíritu democrático y liberal”, dice la carta.