La huelga de mes y medio de los maestros agrupados en Fecode fue una huelga "blanda". Diferente a esas huelgas "duras" que hacen los obreros petroleros o los portuarios, diferente a los anteriores paros magisteriales, donde los educadores eran tachados de "comunistas" y "subversivos". Lo primero que sorprende es el apoyo que le dio la prensa al movimiento. Inclusive los grandes diarios editorializaron reconociendo las "justas peticiones de los maestros". La propia ministra del ramo, Doris Eder de Zambrano reconoció a SEMANA que "me abstuve muy cuidadosamente de jamás echarles tierra, jamás dije que la huelga era estúpida o injusta".Otros funcionarios gubernamentales, como el alcalde de Bogotá reconocieron la justeza del paro y la Comisión Política Central del Liberalismo emitió una declaración de apoyo.En el seno de la Fecode, donde se mueven, como pez en el agua, todas las tendencias de la izquierda criolla, con sus respectivas siglas de sopa de letras, también hubo otro hecho sorprendente: se pusieron de acuerdo los sectores mayoritarios, que comprenden desde comunistas línea Moscú (P.C.), hasta ex guerrilleros amnistiados (Movimiento Camilo Torres), pasando por trotskistas de una de las líneas (P.S.R.), con los minoritarios donde predominan las tendencias prochinas (Moir, U.D.R., C.l.S.).En esta forma, el sindicato de los maestros se presentó a negociar como un sólo bloque, mostrando además una madurez, que la misma ministra Doris Eder reconoció. Y la ministra, que sabía con quién trataba, delegó gran parte del proceso de negociacion en su secretario privado, Luis Enrique Orozco, un intelectual, ex decano de filosofía de la Universidad de los Andes y experto en filosofía marxista. La habilidad del funcionario logró conjurar los deseos de una "línea dura" conservadora alvarista, que, dentro del ministerio, se oponía al acuerdo.El acuerdo de la noche del 26 de junio, que dio término al paro, contiene quince puntos en los que aparentemente se le concedió a los maestros todo lo que pedían, con excepción de la nacionalización de la educación, que ellos mismos consideraron como tarea de largo plazo, según aclaró a SEMANA Arnulfo Bayona, segundo vicepresidente de Fecode. No obstante, el documento está construido en buena parte sobre cimientos financieros cuya consolidación determinará si los términos del acuerdo se quedan sólo en promesas o se hacen realidad.El acuerdo, que en su parte economica cubre apenas una tercera parte de las deudas que los maestros reclaman, le cuesta al ministerio de Educación 20 mil millónes de pesos. ¿De dónde saldrán estos recursos, en momentos en que esta carrera acusa un déficit presupuestal, como consecuencia del problema fiscal del país? "Esta pregunta tendrá que hacérsela a los magos de la plata",--respondió la ministra a SEMANA-"El dinero lo recauda y lo reparte Hacienda, nosotros no tenemos recaudos propios. Yo le expliqué esto a Fecode y ellos entendieron muy bien". -