La Casa Blanca confirmó hoy que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, mantuvo una "breve conversación" este fin de semana con los expresidentes colombianos Álvaro Uribe y Andrés Pastrana en el club privado del mandatario estadounidense, llamado Mar-a-Lago, en West Palm Beach (Florida)."Los dos expresidentes eran los invitados de un miembro de Mar-a-Lago este fin de semana, y hubo una breve conversación y un apretón de manos (con Trump)", dijo a Efe una funcionaria de la Casa Blanca, que pidió el anonimato.La fuente no quiso hablar sobre el contenido de la conversación, al ser preguntada sobre si Trump conversó con los exmandatarios sobre la implementación del acuerdo de paz entre el Gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).La versión de la Casa Blanca confirma el carácter informal del encuentro, que ha incomodado al Gobierno de Colombia por producirse antes de que Trump se reúna con el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, una cita sobre la que hay rumores de que podría producirse en mayo.Este lunes, cuando CNN en español publicó que el presidente de Estados Unidos Donald Trump no se había reunido con Álvaro Uribe y Andrés Pastrana, contrario a lo que habían publicado los medios en Colombia, quedó en el aire la sensación de estar en un episodio similar al del falso embajador de la India.En las redes sociales, donde hay poco espacio para el análisis detallado, se volvió tendencia de inmediato el hashtag #MientoComoUribeYPastrana, seguido de una avalancha de memes.Sin embargo, el asunto de la supuesta reunión tiene un fondo político en el contexto interno que vale la pena analizar. El artículo de CNN, que citaba a una sola fuente anónima, decía que Pastrana había estado en el restaurante del club Mar-a-Lago, de Palm Beach, comiendo con un grupo de amigos cuando, en uno de los pasillos saludó al presidente Trump.Consulte: Las ‘cartas‘ de Uribe frente a Donald TrumpSegún esa fuente consultada por CNN el encuentro habría sido muy breve. “Apenas el saludo en el pasillo, ni si quiera hay certeza de que Uribe hubiese estado ahí, Mar-a-Lago es un club social en el que Trump tiene una residencia privada, y que ha convertido en su segundo despacho. Es un lugar frecuentado por los socios del club y sus invitados”, decía el despacho noticioso.Desde el primer momento en el que se mencionó que había existido una reunión entre los líderes de la oposición en Colombia con el presidente de los Estados Unidos, se desató una puja entre el Gobierno de Juan Manuel Santos y la oposición uribista y pastranista.Los primeros trataron de minimizar el hecho, de restarle importancia. De hecho, el secretario de la Presidencia, Alfonso Prada, dio declaraciones intentando bajarle la espuma a la famosa reunión. Incluso aseguró que había sido un encuentro por pura coincidencia. Los segundos, por su parte, guardaron un silencio estratégico para que los medios especularan, lo que en efecto ocurrió.Contexto: El encuentro social entre Trump, Uribe y PastranaEl día en que comenzó a difundirse la noticia de la reunión, Semana.com buscó a Uribe, quien nunca trinó sobre el tema. Respondió que se trató de un encuentro social por invitación de terceros, lo que de entrada dejó en evidencia que no fue una reunión formal.Pastrana había intentado dejar la impresión de que había existido un encuentro en el que se trataron temas importantes. “Gracias a @POTUS @realDonaldTrump por la cordial y muy franca conversación sobre problemas y perspectivas de Colombia y la región”, dijo.No obstante, es muy poco probable que un contexto social que no estuvo en la agenda de Trump ni reseñado por la prensa que lo acompaña hubiese sido propicio para abordar contenidos profundos y trascendentales para ambas naciones.Ahora bien, también es improbable, distinto a lo que aseguró el secretario de la Presidencia de Santos, que solo la coincidencia haya puesto en el mismo escenario y a la misma hora a Trump con Uribe y Pastrana. Mar-a-lago es un club que queda a hora y media de Miami y que se sepa ninguno de los dos exmandatarios colombianos son muy dados al golf, que es una de las actividades más apetecidas por quienes cuentan con la membresía del club de propiedad de Trump. Por lo tanto, si Uribe y Pastrana estaban allá es porque tenían alguna señal de que el presidente de Estados Unidos iba a estar ahí y de que por lo menos lo saludarían. La seguridad de Trump es tan impresionante que es díficil darle la mano, al menos, sin la autorización de él. Más allá de las especulaciones lo que es un hecho es que si hubiese existido una reunión formal entre Trump y la oposición colombiana, el Gobierno de Santos estaría ante un escenario de desaire diplomático. Antes de que CNN afirmara que no había existido reunión formal, el mismo embajador de Colombia ante Estados Unidos, Juan Carlos Pinzón, ya había salido a dar explicaciones en prensa, algo muy poco usual en esos escenarios. También es difícil de explicar que un presidente con los problemas que enfrenta Trump tenga el interés de fijar como prioridad reunirse con dos exmandatarios de un país que para él hoy no es relevante. En el esquema geopolítico que tiene el actual presidente de los Estados Unidos, Colombia juega un papel marginal. Es seguro que si le piden citas los ex presidentes de México, Ecuador o Chile, Trump no tendría tiempo para recibirlos. Si a eso se suma que los visitantes colombianos a Mar-a-Lago ya no están el poder político y lideran la oposición, una reunión formal, por ahora, tampoco suena prioritaria. Es seguro que si los enemigos del presidente de Ecuador, Rafael Correa; o los de Enrique Peña Nieto, de México; o de cualquier otro mandatario le piden cita al hombre más poderoso del mundo, es muy posible que no la consigan. Trump enfrenta una semana díficil, como casi todas las suyas, frente a un problema con Corea de Norte que amenaza la seguridad mundial. Un fuente cercana a Álvaro Uribe asegura que el encuentro sí tuvo lugar y que fue coordinado por dos congresistas del Partido Repúblicano que han seguido de cerca la situación colombiana. Agrega que nunca hubo interés por parte del ex presidente de hacer público ese momento.En el cruce de versiones que existen, todos concuerdan en que esa reunión informal entre Uribe, Pastrana y Trump se realizó. Lo que no sabe es ni cuánto duro, de qué se habló, qué expectativas tenían los dos ex mandatarios y quién los hizo verdaderamente ir hasta allá.