Después de tres meses desde la primera conversación telefónica entre los mandatarios, hoy se reunirán en la Casa Blanca para hablar de seguridad, drogas, el proceso de paz y la crisis de Venezuela. Semana.com habló con Andrés Molano, internacionalista y director académico del Instituto de Ciencia Política, Hernán Echavarría Olózaga, para analizar el trasfondo de la reunión. Semana.com: ¿Cuál es la Colombia que recibe Trump?Andrés Molano (A.M): Es la Colombia que de alguna manera ha querido presentar el gobierno ante la comunidad internacional en un esfuerzo sistemático por legitimar el acuerdo alcanzado con las Farc y el proceso de implementación. Es un país que para Trump no es una prioridad debido a la propia coyuntura interna que atraviesa el presidente de los Estados Unidos. Sus preocupaciones están en otros lugares del mundo.Le podría interesar: Según CNN, Pastrana y Uribe no se reunieron con Trump Semana.com: En Colombia se ha presentado el encuentro como la gran reunión… A.M.: La forma como se ha presentado en Colombia, de una reunión entre el premio nobel de paz 2016 con el presidente de la nación más poderosa del mundo, contrasta con solo un párrafo como la presentó la Casa Blanca, en el que dijeron que van a hablar de unos temas comunes relacionados con la seguridad, las drogas, el proceso de paz y de cómo enfrentar el deterioro de la democracia en Venezuela. Esto último lo ha tratado el presidente Trump de manera más precisa con el presidente de Perú, Pedro Pablo Kuczynski, con quien ha conversado en varias ocasiones. Semana.com: Entonces, ¿no cree que esta reunión pase a mayores?A.M.: Es que en Colombia tenemos la tendencia de presentar un encuentro de estos de forma grandilocuente, pero ni el contexto es lo más favorable y lo que dicen de Colombia, que es el aliado más importante de Estados Unidos en la región, es bastante relativo. Yo no sobredimensionaría esta visita. Semana.com: El saludo o el encuentro que se dio en abril entre los expresidentes Uribe y Pastrana con Trump ¿cree que puede afectar la visita de hoy? Algunos expertos lo presentaron como una “bofetada diplomática”. A.M.: Es que no sabemos si realmente hubo conversación o no. Me parecería muy poco digno del presidente de Colombia que el tema de conversación con el presidente de Estados Unidos sea el de un encuentro aparentemente informal. Eso no puede ser tema relevante de la agenda de dos presidentes. Semana.com: Fue un encuentro que generó mucha polémica y agudizó más la polarización que vive el país en este momento...A.M.: La polarización lo que afecta es la gobernabilidad del presidente Santos en Colombia y la legitimidad de todo el proceso de implementación. El presidente Santos puede estar recibiendo todas las bendiciones que quiera para el proceso de paz desde afuera, pero mientras no construya un entorno político y un consenso social favorable a la implementación, de nada sirven esas bendiciones.Semana.com: ¿Cree que Donal Trump le ha restado importancia a las relaciones con Colombia, lo que para algunos lo diferencia con el expresidente Barack Obama? A.M.: Es que yo no creo que Obama soñara con Colombia o se despertara pensando en Colombia. Los colombianos tendemos a sobrestimar la importancia que tenemos para los interlocutores y en particular para los Estados Unidos. Lo que ocurra en Colombia para Trump, que tiene a Corea del Norte, que tiene al Medio Oriente, específicamente a Siria, no lo desvela.Puede leer: "Estoy listo para ayudar a Mocoa": Trump Semana.com: Durante años han repetido que Colombia es el amigo estratégico de Estados Unidos en la reunión… A.M.: Nosotros nos hemos inventado eso. El presidente Donald Trump ha hablado más veces con el presidente peruano Pedro Pablo Kuczynski. Eso forma parte de la grandilocuencia con la que, por ejemplo, se pronunció la Embajada de Colombia en Washington acerca del encuentro; contrasta mucho con la comunicación de la Casa Blanca acerca del tema, pues lo hicieron solo en un párrafo, mientras que la Embajada de Colombia escribió un comunicado larguísimo, en el que se refirió al encuentro como una reunión entre dos grandes líderes y no, ¿el presidente Santos es un líder de qué?Semana.com: ¿No cree que fue por lo de su Nobel de Paz?A.M.: Es que el presidente Trump no se está reuniendo con el nobel de paz, se está reuniendo con el presidente de Colombia. Semana.com: La primera vez que el presidente Santos conversó con el presidente Trump fue el 11 de febrero y ahí más o menos se cuadró el encuentro. ¿Cree la visita debió darse antes?A.M.: ¿Y antes para qué? El Congreso de Estados Unidos aprobó una partida, que no es una partida para la implementación del acuerdo de paz. Eso responde a unos rubros que son independientes de la implementación del acuerdo de paz y aunque pueda haber coincidencias, no se aprobó para la implementación del acuerdo. Y mucho antes que con Colombia, el presidente Trump se había reunido con el presidente de Perú, Pedro Pablo Kuczynski, y con el de Argentina, Mauricio Macri. No estamos en el primer puesto de los invitados. Eso no quiere decir que no seamos importantes, solo que no somos el interlocutor número uno en América Latina. Semana.com: En las recientes semanas el presidente Santos ha criticado algunas decisiones del gobierno Trump, varias de ellas relacionadas con el cambio climático y el muro en la frontera con México. ¿Cómo lee esas críticas? A.M.: A Trump no le importa. ¿Por qué va a afectar a la política exterior de Estados Unidos lo que Santos opine?.Semana.com: Otro tema es el aumento de los cultivos ilícitos, que inclusive ha denunciado la oposición. Es uno de los principales puntos en la política exterior estadounidense. ¿Afectará? A.M.: “No solo la oposición, son cifras reales. Eso lo ha dicho la Oficina de las Naciones Unidas para la Droga y el Delito, también son las cifras del propio gobierno. Es decir, no es un discurso de la oposición. Y ese aumento en los cultivos ilícitos es visto con preocupación por los Estados Unidos, que además no están muy convencidos de la credibilidad que tenga la idea de que las Farc van a pasar de beneficiarias del narcotráfico a convertirse en parte de la estrategia en la lucha contra el narcotráfico y la erradicación”.