Rodolfo Hernández, candidato presidencial que se encuentra en su pico de popularidad por su buen desempeño en las encuestas, compartió una propuesta que implementaría en un eventual gobierno suyo. Se trata de impulsar el desarrollo de zonas con potencial turístico y uno de sus objetivos sería el río Magdalena.
“Como presidente de la República voy a impulsar el desarrollo de todas esas zonas del país tan llenas de belleza, pero tan faltas de oportunidades y servicios que cubran las necesidades de su gente. Zonas que tienen todo para ser centros de turismo internacional”, compartió en Twitter.
Entre ellas, también mencionó la región Caribe, en la cual quiere una zona franca desde Santa Marta hasta Riohacha. “Libre de impuestos, para promover que las cadenas hoteleras que ya han manifestado su interés construyan un gran puerto deportivo”.
Este puerto deportivo también sería de estilo europeo. Contará con 500 amarres “como los del Mediterráneo”, hoteles, playas y centros comerciales con cines y teatros. Todo esto generará 60.000 empleos, según afirma el candidato.
Fue ahí donde habló del río Magdalena, el cual asegura querer convertir en “un atractivo turístico lineal como el Rin de Alemania”.
“Con dragado para cruceros, generando decenas de polos de atracción a lo largo de su recorrido navegable atravesando 11 departamentos y 1.540 km, vertebrando ambas orillas del río. Así sumaremos miles de empleos más y nuevas empresas para el progreso del país”, dijo el candidato.
En el momento, el río Magdalena está altamente contaminado por desechos, basuras y demás vertimientos nocivos. También se afecta por constantes derrames de crudo y por la minería irregular, ya que esta utiliza sustancias como mercurio y cianuro, que terminan por envenenar las aguas.
Por esto y otras razones climáticas, se presenta por temporadas alta mortandad de peces. A su vez, según el Instituto Humboldt, cerca del 78 % de la cuenca del río Magdalena se encuentra erosionada por la contaminación.
Esta es la principal diferencia entre el río Magdalena y el río Rin, que cruza los países de Suiza, Austria, Liechtenstein, Francia, Países Bajos y Alemania, tal como lo mencionó el ingeniero Hernández.
En la actualidad, los ríos no se salvan de la contaminación, pero el cuidado que se le da a este afluente en Europa es mucho más constante. Incluso, surge de iniciativas ciudadanas.
En 2018, voluntarios en 58 ciudades diferentes en Europa decidieron recolectar la basura que arrastra la corriente. El principal argumento es mantener la belleza del Rin, la cual se ve afectada anualmente por más de 1.000 toneladas de basura que terminan en el mar del Norte.
Sin embargo, según el medio alemán Deutsche Welle, los esfuerzos por mantenerlo limpio logran que sea una fuente de agua de alta calidad para más de 30 millones de personas.
Otra diferencia entre el Magdalena y el Rin es que el afluente colombiano es de mayor longitud y solo recae bajo la responsabilidad de Colombia. Son 1.540 kilómetros de río con una superficie de cuenca de 257.438 km².
Por su parte, el Rin tiene una longitud de 1.230 kilómetros y una superficie de cuenca de 185.000 km². Seis países se encargan del mantenimiento y la atención a la salud del afluente. En cambio, en Colombia, un país de menores ingresos y con una compleja situación social en las orillas del río, es más complicado su manejo.
Mientras el Rin suele ser la vía fluvial más utilizada por la Unión Europea, la navegabilidad del río Magdalena es un problema que se debe solucionar antes de crear una propuesta con él como centro.
En el momento, el Gobierno aún no cuenta con un privado que asuma las obras de mejoramiento del río Magdalena, las cuales le devolverían la navegabilidad en 668 kilómetros de su extensión.
Según Hernández, en cuatro años de gobierno logrará cambiarle la cara al río Magdalena y lograr que se parezca al Rin. Sin embargo, existen varios factores que podrían jugar en contra de la propuesta del candidato presidencial.