El ingeniero Rodolfo Hernández se ha convertido en un fenómeno político no solo por su repunte en las encuestas que lo tendrían muy cerca de pasar a segunda vuelta, sino también por sus peculiares propuestas.

Esta semana planteó, por ejemplo, convertir el río Magdalena en “un atractivo turístico lineal como el Rin de Alemania”, un afluente que cruza los países de Suiza, Austria, Liechtenstein, Francia, Países Bajos y Alemania.

“Con dragado para cruceros, generando decenas de polos de atracción a lo largo de su recorrido navegable atravesando 11 departamentos y 1.540 km, vertebrando ambas orillas del río. Así sumaremos miles de empleos más y nuevas empresas para el progreso del país”, dijo el candidato sobre su propuesta frente al río Magdalena.

En el momento, el río Magdalena está altamente contaminado por desechos, basuras y demás vertimientos tóxicos. También se afecta por constantes derrames de crudo y por la minería irregular, ya que esta utiliza sustancias como mercurio y cianuro, que terminan por envenenar las aguas.

Por esto y otras razones climáticas, se presenta por temporadas alta mortandad de peces. A su vez, según el Instituto Humboldt, cerca del 78 % de la cuenca del río Magdalena se encuentra erosionada por la contaminación.

Todavía no ha terminado el debate que generó este planteamiento cuando el ingeniero acaba de lanzar otra propuesta mucho más polémica: eliminar los exámenes de admisión de las universidades públicas.

“El examen de admisión se elimina para que la muchachada pueda tener igualdad de condiciones e ingresar a la educación pública. Si no cumple académicamente, el estudiante se saca solo”, indicó Hernández.

No obstante, el candidato no explicó de qué manera se podría implementar esta propuesta, si se tiene en cuenta que el número de cupos para universidades públicas es limitado.

Según un reciente estudio de la Universidad Javeriana, apenas el 39 % de los cerca de 500 mil jóvenes que se gradúan cada año de bachillerato ingresan luego a la educación superior.

Decreto

La semana pasada, Hernández dio a conocer una serie de polémicos decretos que firmaría en caso de llegar a la Presidencia. En uno de ellos, por ejemplo, promete fusionar ministerios y ordena recortar gastos de funcionamiento en la estructura administrativa del Estado.

Propone fusionar el Ministerio del Interior con el Ministerio de Justicia, así como el de las Tecnologías de la Información con el de Ciencia y Tecnología; el de Medio Ambiente con el de Cultura y el de Educación con el de Deporte.

Además, les pide a los directores de establecimientos públicos, superintendentes, directores de unidades administrativas, directores de agencias nacionales, directores de institutos científicos y tecnológicos, entre otras entidades del orden nacional, presentar una propuesta sobre las nuevas estructuras administrativas donde se reduzcan los gastos de funcionamiento alrededor del 30 %.

En un segundo decreto habla de ordenar el estado de conmoción interior durante 90 días con el fin de conjurar las causas que atentan gravemente contra la estabilidad institucional y “hacen peligrar la convivencia ciudadana originadas en la endemia en que se ha convertido la corrupción como un mal que socava los cimientos de la nacionalidad”.

Además, anunció que eliminará 15 consejerías que hoy forman parte del órgano administrativo de la Presidencia. Los recursos que sobran, según el oficio, será destinado para pagar las deudas de los beneficiarios del Icetex de los estratos 1, 2 y 3.