En diciembre pasado la Superintendencia Financiera dejó en firme la inhabilidad impuesta a Rodrigo Jaramillo Correa, presidente del Grupo Interbolsa, por el término de cinco años -máximo previsto en la ley del mercado de valores- para realizar funciones de administración, dirección o control de las entidades sometidas a la inspección y vigilancia permanente de esta Superintendencia. Ese fue el primer golpe que recibió el señalado por haber manejado información privilegiada, a la cual tuvo acceso en su calidad de miembro del consejo directivo de la Bolsa de Valores de Colombia y con la que pudo influir en favor de su firma, Interbolsa. Días antes la Superintendencia de Sociedades lo inhabilitó por diez años para ejercer actividades de comercio por haber cometido todo tipo de actos fraudulentos con miles de millones de los ahorradores de Interbolsa. Jaramillo, quien nunca fue a la cárcel y vive bajo arresto domiciliario en un lujoso apartamento en Medellín, se presentó este martes para oír del juez 40 del circuito de conocimiento la condena por dos delitos que aceptó (manipulación de especies y administración desleal) dentro del grueso de infracciones a la ley penal imputadas por la Fiscalía por el caso Interbolsa. Para el ente acusador Jaramillo manipuló créditos obtenidos sobre la acción de Fabricato que no podía apalancar. Al mismo tiempo, incrementó ilegalmente el precio de esta acción para obtener beneficios. "Se pudo concluir que existió un manejo amañando operacional entre la compra y venta de acciones entre los directivos de la compañía, afectando el precio de la acción de Fabricato" dijo la Fiscal Ladino. Dentro de la investigación la Fiscalía determinó que Jaramillo y Alessandro Corridori manipularon préstamos por un valor de 248 mil millones de pesos, que fueron utilizados por los directivos de Interbolsa para su uso personal. Por estos delitos el juez dio este martes el sentido de fallo condenatorio y se espera que el mismo funcionario judicial revele los años de condena que debe cumplir el otrora reconocido empresario, que cayó en desgracia por los malos manejos con el dinero de cientos de ahorradores. Queda pendiente un juicio por operaciones no autorizadas y concierto para delinquir. Estos dos delitos son mucho más complicados para Jaramillo y le podrían acarrear muchos años de cárcel.