Rosa Amelia Hernández lleva el conteo de las veces que la han intimidado y las denuncias que ha interpuesto por cada amenaza. El último mensaje que recibió, se lo envió una conocida desde Bogotá este martes por la mañana. En un panfleto que circula en la capital, firmado por las Aguilas Negras, aparece su nombre junto a cinco líderes más. Le recomendamos: Líderes socieles: ¿quién podrá defenderlos? "Es el momento de limpiar este país. A todos los colaboradores y llamados líderes y seguidores de la izquierda del guerrillero Gustavo Petro se les advierte a todos sus seguidores a los triple hijue..... Nuestras armas harán la justicia que otros han sido incapaces de asumir", advierte el documento dirigido a los colaboradores de la "causa de la Colombia Humana". 

Contrario a lo que dice el documento, Rosa Amelia asegura que nunca ha tratado con Gustavo Petro. "Ni lo conozco, ni lo he visto. He coordinado eventos de la Comisión de Paz del Senado en Planeta Rica (Córdoba), pero yo no tengo ningún vínculo con su movimiento. Le juro que estoy cansada, cansada de eso", asegura la mujer  que hacer parte del colectivo Comité de Evaluación de Riesgo y Recomendación de Medidas Colectivas (Cerrem), adscrito al ministerio del Interior en desarrollo de los compromisos del acuerdo de paz frente a las víctimas.   Rosa Amelia es líder de comunidades negras desplazadas del municipio Planeta Rica en Córdoba. El liderazgo que ejerce comenzó después de que ella fue víctima de desplazamiento en Colorado (Antioquia) por la guerrilla y despojada de la tierra por los paramilitares en 2004. A partir de ese momento creó una organización dedicada a la ayuda de familias víctimas del conflicto en la región.  Conocía la situación que enfrentaban las víctimas, pues había compartido en varios escenarios con Yolanda Izquierdo, la emblemática líder de tierras asesinada en Montería. Esta muerte generó miedo entre los reclamantes de tierras y sus líderes, pero Rosa Amelia no se arredró. Por el contrario, creó una organización, Odeprivicor, que ha logrado que centenares de víctimas encuentren el camino de atención en las instituciones del Estado. En su red hay por lo menos 600 personas adscritas, a las que les ha servido de puente para encontrar soluciones, siempre fiel a un principio: romper el silencio y la impunidad. Antes de salir huyendo, convirtió las sillas mecedoras de su casa en verdaderos divanes desde los que escucha las más insólitas historias de horror y violencia. Puede ver: El gobierno adorna las cifras de líderes asesinados Ahora, donde quiera que vaya, esta mujer de 67 años, va acompañada de dos escoltas, una camioneta y el celular que le asignó la Unidad Nacional para su Protección. Nada de esto, sin embargo, ha evitado que las intimidaciones lleguen. "Entregue a su mamá o se tiene que ir de Planeta Rica", llamaron a decirle a su hijo en diciembre pasado. Después de un mes de estar andando por San Juan de Nepomoceno, Cartagena, Turbaco y Carmen de Bolívar, regresé a mi casa. Lo hice porque voy a poner la denuncia. Este martes me reuní con la Policía. Ahí me tuvieron un rato pero al final no me dijeron nada. Se fueron y ni siquiera se despidieron", le contó Rosa Amelia a SEMANA.  Mientras la Fiscalía asegura haber resuelto más de 170 asesinatos de líderes sociales ocurridos en el país desde el 2016, a 302 se eleva el número de crímenes que han confirmado las Naciones Unidas. El último episodio registrado ocurrió en el departamento vecino de donde ella vive.  También le puede interesar: El país que recordó a sus líderes asesinados A 100 kilómetros, en línea recta, de Planeta Rica fue hallado flotando y con las manos atadas el líder social y aspirante al Concejo del municipio de San Jacinto del Cauca, Luis Eduardo Caldera Villamizar. Con él, van dos candidatos a Concejo que han sido hallados sin vida en el sur del Bolívar. El primer caso se registró hace tres meses cuando fue asesinado Belisario Arciniegas, aspirante al cabildo municipal de Morales. "Estoy cansada de esto. Quiero que investiguen quiénes son y por qué lo hacen. Si yo no le hago daño a nadie, ¿por qué ocurre esto?. Que investiguen. Eso es lo único que quiero en este punto. Si ellos no lo hacen me van a salir matando y mi caso quedará impune como ha ocurrido con otros", reiteró Rosa Amelia. Por ahora, según dice, su participación en los eventos de la Comisión de la Verdad, la Jurisdicción Especial de Paz (JEP) y la Comisión de Paz del Senado, quedan en veremos. A pesar que sigue pendiente de procesos como el que lidera en el Consejo Comunitario de Campo Bello donde la comunidad tiene proyectos productivos de cultivo de ñame y hortalizas, y corrales de pollos, no se quiere exponer más. "Aquí ella no puede entrar por problemas de seguridad. Desgraciadamente no la dejan trabajar. Ahora ella es la que nos está ayudando con el proceso de parcialización del Consejo Comunitario Ana Fabricia Córdoba, otra líder asesinada", le contó a este portal un miembro de la comunidad de Campo Bello, corregimiento de Planeta Rica. Hace un mes, durante un Consejo de Seguridad que se llevó a cabo en San Juan se acordaron medidas para protegerla a ella y varios líderes más, sin embargo, según dice, las medidas de protección nunca se pusieron a andar. "Me toca reunirme con las comunidades en los pasillos porque en el hotel donde me quedo no me dejan encontrarme con las personas por temas de seguridad. Lo que estoy sufriendo es lo peor que le puede pasar a una persona", concluye su relato.