Un documento desclasificado reveló que el empresario colombiano Álex Saab fue informante de la DEA entre los años 2018 y 2019. En su acuerdo de colaboración —según reza el documento— entregó información sobre actividades ilegales adelantadas por el régimen de Nicolás Maduro. Igualmente, fijó una hoja de ruta sobre su colaboración para revelar la entrega de sobornos a funcionarios y militares para recibir millonarios contratos, principalmente uno para la repartición de alimentos en Venezuela.
Para demostrar su compromiso, sostuvo diferentes reuniones en Colombia y los Estados Unidos con agentes de la DEA. En dichos encuentros entregó 10 millones de dólares (en cuatro entregas) producto de las actividades ilegales que había hecho con uno de sus principales socios venezolanos. El objetivo de esta colaboración era entregarse y ser juzgado por el lavado de dinero, sin embargo, esto nunca llegó a concretarse y por eso se le puso fin al acuerdo.
En una comunicación conocida por SEMANA, los abogados de Saab hicieron varias precisiones frente a este documento, señalando que las reuniones que sostuvo con los agentes de la DEA solamente tenían como finalidad “confirmar que ni él ni las empresas asociadas con él habían hecho nada malo”. Todas estas reuniones —reiteran— fueron avaladas por el régimen de Venezuela.
“Cualquier supuesta interacción que tuvo lugar con el Departamento de Justicia y varios agentes de las fuerzas del orden público de Estados Unidos, se llevó a cabo con el pleno conocimiento y apoyo de la República de Venezuela”, precisa el comunicado firmado por el abogado David B. Rivkin Jr.
A nombre de Álex Saab sostienen que la divulgación de este documento, fechado cuando él se encontraba en una prisión en Cabo Verde (Sudáfrica) no es más que un “intento por perjudicar los intereses de la República Bolivariana de Venezuela, por tratar de debilitar la solidez de la relación entre Álex Saab y Venezuela y evidencia aún más la debilidad de las acusaciones penales”.
El empresario colombiano, quien enfrenta un proceso por delitos relacionados con el blanqueo de dinero, considera que se ha intentado minar su credibilidad con el régimen de Nicolás Maduro, el cual incluso le ha dado cargo diplomático y de representación.
“Álex Saab sigue siendo un ciudadano leal y diplomático de la República Bolivariana de Venezuela y nunca hará nada que perjudique los intereses del país y del pueblo que tanto le ha dado”, concluye.
¿Cómo fueron los encuentros?
En un encuentro celebrado el 2 de junio de 2018, Saab le entregó a los agentes de la DEA un informe en el que reconocía el pago de sobornos a funcionarios del régimen venezolano, así como otros aportes ilegales para recibir millonarios contratos para la entrega de alimentos. Debido a esta colaboración y su compromiso, se firmó el 27 de junio de 2018 el acuerdo formal de colaboración.
En los meses siguientes, según reconoció la misma DEA, Saab realizó una “cooperación proactiva” en el desarrollo de la investigación. Para demostrar su compromiso presentó una hoja de ruta para revolver las ganancias de las actividades ilegales que adelantó junto a su socio Álvaro Pulido Vargas, conocido como Germán Enrique Rubio Salas.
En agosto de 2018, se registró una transferencia electrónica por un valor aproximado a los 3.2 millones de dólares. Un mes después, hizo otro envío por 3.3 millones de dólares. El 1 de noviembre, en la misma cuenta controlada por la DEA, se hizo una transferencia de 3.1 millones de dólares. El 5 de febrero de 2019 se presentó la última transacción por 2.9 millones de dólares.
La fecha del 30 de mayo de 2019 es clave, puesto que este era el límite que le había impuesto la DEA para entregarse a las autoridades. Debido a que no cumplió esta parte del pacto se le puso punto final al acuerdo y se le acusó penalmente en el Distrito sur de Florida.