De lo que pasó en la petrolera Emerald en Caquetá se ha hablado mucho. Pero hasta ahora pocos se habían adentrado en el Caquetá, en San Vicente del Caguán, para mostrar la crueldad con la que una supuesta guardia campesina irrumpió en esas instalaciones y arrasó con todo. Salud Hernández-Mora recorrió la zona. En la región, nadie habla de ellos. No los conocen. Pero sí hablan del Frente Jorge Briceño de las disidencias de las Farc, que estaría detrás de lo que pasó.
La situación generó una enorme polémica, pues se conoció la orden del Gobierno Petro de no intervenir. “Ahora sabemos que fue una orden directa del presidente y del ministro de Defensa de no intervenir. De abandonar a los policías y a los civiles a su suerte. De dejarlos en manos de hordas violentas, salvajes”, sostiene la periodista.
Vea el video de Salud Hernández-Mora
La realidad es que el grupo detrás de la supuesta manifestación atemoriza a la población civil. “Exigieron 5.000 pesos por res, 100.000 diarios a cada manifestante. Encima, pusieron multa de 120.000 si no cumplían, y si usted quería librarse de ir, tenía que darles cinco millones”, señala Hernández-Mora.
Esta es el relato de ese recorrido de Salud Hernández-Mora
Gustavo Petro y sus ministros no deberían seguir engañando al país. Cuando uno recorre las instalaciones de la Emerald, lo que constata es que no fue pacífica. Aquí hubo manos criminales, unos hilos que movieron las Farc. Aquí a esa guardia campesina no la conocía nadie en San Vicente del Caguán. Casi todos los manifestantes fueron obligados a venir y los ganaderos y comerciantes tuvieron que pagar vacunas para financiar el paro. Fue el triunfo de la violencia y la derrota del Estado de Derecho.
Perdió Colombia, ganaron las Farc
El ministro de Defensa, Iván Velásquez, pide ecuanimidad a la hora de analizar lo sucedido. Pues que empiece por decir la verdad, por admitir que sabe, pero no dice, que fue un paro orquestado por el Frente Jorge Briceño de las Farc.
Exigieron 5.000 pesos por res, 100.000 diarios a cada manifestante. Encima, pusieron multa de 120.000 si no cumplían, y si usted quería librarse de ir, tenía que darles cinco millones.
Eduardo Cedeño, presidente del Concejo Municipal en San Vicente del Caguán, aseguró que “para nadie es un secreto que a las comunidades las obligaron a salir, a que tenían que hacer presencia en esa zona para hacer presión”.
Y la Guardia Campesina es un invento que le responde a la guerrilla. Pero el Gobierno, que conocía todos esos datos, humilló a la Policía y al Ejército, y firmó unos acuerdos sólo con los violentos.
Fueron tan descarados los ministros que estando en San Vicente del Caguán no dejaron entrar a la reunión al alcalde. El liderazgo lo llevó Ascal G, asociación de San Juan de Losada, ligada a las Farc, según me dijeron campesinos.
El presidente del Concejo Municipal de San Vicente del Caguán dijo: “Yo quiero hacer un llamado a las guardias campesinas de todo el país. Si ustedes defienden los derechos humanos de los campesinos en especial, ¿por qué no los defienden frente a las extorsiones que están haciendo las disidencias?”.
“Me preocupan los niños que se quedan sin universidad, porque los papás tienen que pagar las extorsiones, me preocupan las familias que tiene que salir desterrados del Caquetá porque tienen que pagar las extorsiones”, aseveró.
Y agregó: “Llevamos 20 años luchando contra el estigma que nos dejó la zona de distensión. Nos estamos levantando de ese estigma, pero estos hechos vuelven otra vez a dejar a nuestros ciudadanos sanvicentunos en un estigma muy feo ante la opinión pública a nivel nacional”.
Aunque San Vicente es la capital ganadera de Colombia (con un millón de cabezas de ganado), la petrolera china generaba empleo formal, pero ya anunció que se va.
¿Y los ministros no pensaron en los 423 empleados que se quedan sin sustento, que dejan a sus familias en el aire, que no saben ni cómo pagar los créditos que adquirieron pensando que tenían un trabajo fijo? ¿Y en los contratistas? ¿No importan? ¿Son ciudadanos de quinta?
Además de los 423 empleos directos, formales, con buenos salarios, hay otros mil indirectos que se pierden. ¿No hay nada para ellos? ¿Como no son bandidos y ni matan ni queman nada, ni caso?
En cuanto a que evitaron una masacre atando las manos al Ejército, es otra falsedad. Tuvieron seis semanas para organizar la defensa de empresa y trabajadores, como ordena la Constitución. Y lo único que hicieron fue mandar a 79 policías del Esmad frente a 5.000 campesinos, y ni siquiera tenían un plan de evacuación. Cuando los acorralaron, los policías fueron hacia el Batallón.
La retirada fue hasta este punto. Buscando el apoyo del Ejército, al otro lado de la verja, pero no encontraron respaldo.
Ahora sabemos que fue una orden directa del presidente y del ministro de Defensa de no intervenir. De abandonar a los policías y a los civiles a su suerte. De dejarlos en manos de hordas violentas, salvajes.
Además de asesinar a sangre fría al policía, quemaron a dos perros y mataron a otros dos a machetazos. Y manosearon a las empleadas de Emerald que secuestraron.
Por supuesto que hay razones para protestar. Pero no de esa manera y empujados por una guardia campesina que responde a la guerrilla.
Las comunidades llevan años pidiendo que pavimenten los 42 kilómetros entre San Vicente y Las Delicias. Que mejore el puesto de Salud de Los Pozos, que acondicionó la petrolera y pagaba a una enfermera. Y otras necesidades. Pero no quedó claro que pidieran a Emerald un millón de dólares en efectivo, como si fuese una vacuna guerrillera.
Al aceptar de interlocutor a la guardia campesina y el liderazgo de Ascal G, fortalecieron a las Farc de Iván Mordisco. Pero no fue la única funesta consecuencia de lo sucedido.
Quebraron la confianza de inversores nacionales y extranjeros. Ahondaron la desmoralización de policías y militares y dejaron la sensación en el colombiano del común de estas áreas de influencia de bandas criminales de que no estará la institucionalidad para defenderlo cuando lo necesite.
Bueno, estará el Ejército y el Esmad, si los que están detrás de un paro salvaje, violento, inaceptable, como ahora en el Bajo Cauca, son las Autodefensas Gaitanistas o Clan del Golfo. Pero si es la guerrilla, nada de intervención policial y militar y a los secuestros los llamarán cercos humanitarios.