La desaparición de la periodista española Salud Hernández-Mora en el municipio de El Tarra (Norte de Santander), una vez más, dirige las miradas sobre una de las zonas que más ha padecido el accionar armado en el país: la región de Catatumbo.Tibú, Sardinata, El Carmen, Convención, Hacari, Teorama, El Tarra, San Calixto y la Playa son algunos de los municipios que comprenden este convulsionado terrotorio, una escarpada selva fronteriza con Venezuela.Allí, antes de que se perdiera el rastro de la conocida columnista de El Tiempo y reportera de El Mundo, cerca de 500 habitantes de El Tarra exigían la entrega de Javier Navarro Chinchilla y Cristian David Romero Rincón, dos jóvenes de 20 y 21 años respectivamente, que habían desaparecido desde hace varios días y que fueron hallados el domingo.En esa misma región, hace poco más de ocho días, miembros del Ejército rescataron a Melissa Trillos, de 26 años, quien había sido secuestrada por presuntos miembros del ELN en Ocaña (Norte de Santander).A estos tres casos se suma uno que está sin resolver: la desaparición hace más de cuatro meses del líder comunal Henry Pérez. Aunque miembros de ese grupo guerrillero han asegurado que no tienen nada que ver con el asunto, el hecho es todo un misterio en la región.Según el portal Verdad Abierta, hay dos versiones sobre lo que ocurrió con ese líder social. La primer indica que desapareció cuando se dirigía de su casa a la finca de su hermana donde trabajaría en un proyecto productivo. La otra, tiene que ver con una cita que tendría que cumplir con uno de los actores armados que se mueven en la zona.Desde hace más de 10 meses que se mantiene el cese al fuego unilateral declarado por las FARC. Sin embargo, eso no ha sido suficiente para menguar el accionar armado que se mueve en el Catatumbo. Atentados contra la infraestructura petrolera, vías y el asesinato de miembros de la fuerza pública a manos de francotiradores son algunos de los hechos que se han registrado."La Defensoría del Pueblo constató que los sectores donde por cuenta del cese al fuego de las FARC han disminuido las acciones de esta organización, han sido ocupados por el ELN y el EPL, que mediante amenazas, desplazamientos individuales, retenciones, instrumentalización de niños, niñas y adolescentes, así como la activación de artefactos explosivos improvisados", advirtió la entidad tras un encuentro con varios personeros.Por esta región del nororiente del país han pasado todos los grupos guerrilleros, además del bloque Catatumbo de las autodefensas de Salvatore Mancuso. Se sabe que actualmente hay varios frentes de las FARC, columnas del ELN y una disidencia del EPL moviéndose en la zona. Son estos grupos, según las autoridades, los que controlan las partes más inhóspitas de la frontera con Venezuela por donde transita el tráfico de estupefacientes.Para la Defensoría del Pueblo, las advertencias emitidas por el Sistema de Alertas Tempranas que dan cuenta de las confrontaciones y la vulnerabilidad para los derechos humanos en el El Tarra, Teorama, San Calixto, Hacarí y Playa de Belén no han sido suficientes para atajar las problemáticas de una población cuyo índice de necesidades básicas insatisfechas en las áreas rurales supera el 80 %. En el Catatumbo la violencia ha azotado las comunidades en todas sus formas. En medio de los fuegos cruzados entre bandas criminales y guerrilleros, están los campesinos. Aunque muchos creyeron que con la muerte de ‘Megateo‘, cabecilla de la disidencia EPL, las autoridades podrían recuperar el control, las cosas no han sido así y la zona se convierte en uno de los retos más grandes de cara a un eventual acuerdo paz.En el Catatumbo la tranquilidad que puedan volver a tener los pobladores, no sólo dependerá del acuerdo que se pacte entre el Gobierno y las FARC, sino también de las medidas que tomen las autoridades para frenar los demás grupos armados que operan en la zona: EPL, ELN y las bandas criminales.