La Comisión de Acusaciones de la Cámara de Representantes llamó al expresidente Ernesto Samper para una versión libre sobre el magnicidio de Álvaro Gómez Hurtado.
Durante esos años se ha relacionado a Samper con el hecho, aunque el expresidente siempre ha negado estar involucrado. La citación se da luego de que los excombatientes de las FARC reconocieran que fueron ellos quienes perpetraron el crimen contra Gómez Hurtado y señalaran que son los únicos responsables.
Carlos Antonio Lozada, senador del partido FARC, reconoció haber participado del crimen a través de la Red Urbana Antonio Nariño (RUAN), la cual comandaba y tenía presencia en la ciudad.
El intento de esclarecimiento del crimen por parte de las FARC ha abierto interrogantes. La representante investigadora Kelyn González determinó que luego de indagar sobre el expediente había encontrado el mérito suficiente para ordenar su reapertura.
Además de Samper, que tendrá que comparecer el próximo 27 de noviembre, también fueron llamados el senador Lozada, quien asistirá el 12 de noviembre, por haber confesado que cometió el magnicidio. La exsenadora Piedad Córdoba lo hará al siguiente día de Lozada.
En el caso de Córdoba, la exsenadora aseguró hace unos meses en el programa El Debate de SEMANA que ella tenía información del magnicidio y que iba a llevarla a la Comisión de la Verdad. Esto generó una serie de interrogantes que derivaron con la confesión de las FARC.
Las versiones sobre el magnicidio han generado una serie de cuestionamientos que aún no parecen esclarecerse. Con la confesión de las FARC se desencadenaron varias criticas en las que desde un sector se ha pedido la renuncia de Lozada a su curul como congresista o que los excombatientes comparezcan ante la Fiscalía.
Pero los antiguos comandantes de las FARC han dicho que solo rendirán sus testimonios ante la JEP, teniendo como precedente que esta es su jurisdicción derivada del Acuerdo de Paz y que, por lo tanto, todas las pruebas y la verdad la contarán en este tribunal.
En el caso de Samper, el expresidente ya había acudido ante la Comisión de la Verdad para dar su versión sobre el magnicidio y los demás hechos por los que se le relaciona. En febrero de este año dio su versión y dijo que, como lo ha repetido en otros escenarios, se trató de una conspiración que tenía como finalidad afectar su gobierno.
El escepticismo ha crecido porque la familia de Álvaro Gómez se ha negado a creer que simplemente fueron las FARC quienes perpetraron el crimen. Consideran que sí hubo una corresponsabilidad por parte del Estado y siempre han relacionado a Samper con los hechos.
En la conmemoración de los 25 años del magnicidio, el periodista Mauricio Gómez, hijo del líder conservador, comentó que no le parece creíble que fueran las FARC, más cuando Álvaro Gómez era uno de los pocos políticos y líderes que hablaba de buscar una salida negociada al conflicto con la guerrilla.
Comentó: “Yo tengo, no dudas, sino la seguridad, de que no fueron las FARC. El país, como ustedes saben, se estaba moviendo alrededor del Proceso 8.000. Mi padre le dio un tiempo a (Ernesto) Samper para ver qué tan graves eran las acusaciones, y cuando se comprobó que el dinero del cartel de Cali había entrado a la campaña tomó la posición de denunciar ese hecho y de todas las irregularidades que hubo alrededor”.
A esto se le sumó la carta que envió Jesús Santrich a sus antiguos compañeros en representación de las disidencias y en la que hostigó al partido FARC, especialmente a Rodrigo Londoño, Timochenko, y Carlos Antonio Lozada, a quienes calificó de “traidores”.
En la misiva, además de despacharse contra los excombatientes, en especial contra Timochenko, comentó que era mentira que ellos hubiesen perpetrado el magnicidio de Álvaro Gómez como se estaba contando a la opinión pública.
Aunque no negó que hayan sido los responsables del hecho, sí dejó el manto de duda de cómo se habría planeado el crimen, en momentos en los que se pensaba que se comenzaban a esclarecer los hechos y a conocerse la verdad.
Santrich dijo que no era cierto que la orden la haya dado el Mono Jojoy, sino que fue una decisión que se tomó en conjunto por los comandantes guerrilleros en una conferencia del grupo insurgente y que la orden siempre fue mantenerlo en secreto.
“Que se dejen de esa torpe táctica de echarles la culpa a los muertos, de lo que ocurrió en una guerra de más de medio siglo. Que no sea Timochenko más canalla y cobarde de lo que ha sido”, dijo Santrich en la carta.
Por ahora, el expresidente Samper, Lozada y Córdoba deberán asistir a la cuestionada Comisión de Acusaciones. En días pasados el nombramiento de Álvaro Hernán Prada, del Centro Democrático, causó revuelo por las investigaciones que enfrenta en la Corte Suprema de Justicia –a quien la Comisión tiene la facultad de investigar– por el mismo caso del expresidente Uribe. Además, los procesos en esta corporación no se han caracterizado por avanzar de la forma más eficiente a lo largo de su historia.
Por su parte, la Fiscalía seguirá investigando por su lado mientras que también se espera que en la JEP los excombatientes puedan dar sus testimonios sobre el hecho. Si no cuentan la verdad en el tribunal de paz, podrán enfrentar la pérdida de los beneficios derivados del Acuerdo.