El presidente Juan Manuel Santos está jugado a encontrar la paz. Tras sentarse a hablar con la guerrilla de las Farc, el Jefe de Estado confesó que tiene abiertas las puertas para conversar con el ELN. El miércoles, durante la celebración del Día del Ejército y los 194 años de la Batalla de Boyacá, el mandatario había señalado que el país debe independizarse para siempre de la violencia “construyendo una paz definitiva, una paz que nos dé la certeza de que para las próximas generaciones el conflicto interno no será más que una pesadilla del pasado”.Y ahora volvió a tocar el tema de una manera más precisa. En efecto, el presidente admitió que se han hecho contactos con el ELN, la segunda guerrilla del país, para un eventual diálogo de paz que se desarrollaría en paralelo al que se lleva a cabo con las Farc en Cuba.“Se han hecho algunos contactos”, dijo Santos en una entrevista con el canal de televisión Caracol Noticias. Santos señaló además que espera que esas “conversaciones se inicien pronto”.El mandatario, quien entró el pasado miércoles en el último año de su cuatrienio de gobierno, no entregó más detalles sobre la posible sede de los eventuales diálogos ni sobre el mecanismo que se seguiría.Santos precisó, sin embargo, que de un posible equipo oficial no hará parte el exvicepresidente Humberto de la Calle Lombana, jefe negociador del Gobierno en los diálogos con las Farc, que se llevan a cabo desde noviembre pasado en La Habana.“No ensillemos las bestias antes”, señaló Santos al protegerse de entregar más detalles de los primeros pasos para entablar diálogos de paz con el ELN, que ha manifestado interés en negociar con el Gobierno.El presidente ha condicionado una negociación con el ELN a la liberación de todos los secuestrados que esa guerrilla tiene en su poder.Entre los secuestrados está desde hace seis meses el geólogo canadiense Jernoc Wobert al que el ELN ha prometido liberar porque, asegura, la empresa minera Braewal Mining, para la cual trabaja, ha dado “muestras de buena voluntad”.El grupo guerrillero exige que la compañía devuelva cuatro títulos mineros que le fueron adjudicados en detrimento de algunas comunidades del norte de Colombia en las que opera la compañía.