Este lunes no fue un buen día para Tomás González. En esta jornada no solo dejó su cargo como ministro de Minas y Energía, sino que, al tiempo, fue informado de que la Procuraduría General de la Nación le abrió investigación disciplinaria por cuenta de los contratos de su esposa con el Estado. Definitivamente un mal día para el alto funcionario.Su dimisión fue aceptada a primera hora de ese lunes por el presidente Juan Manuel Santos, quien destacó que González asume de esta manera su "responsabilidad" por la crisis energética que vive el país. Una situación que, han predicho los expertos, podría terminar en un racionamiento.Según Santos “(el ministro) ha asumido la responsabilidad en la demora de esas medidas de ahorro. Hubiera preferido que el paquete de medidas lo hubiéramos tomado con anterioridad”. Aún así, anunció que como encargada estará la ministra de Presidencia, María Lorena Gutiérrez. (Ver: La mujer que manda en la Casa de Nariño)El mandatario, en declaraciones a la prensa este lunes, dio cuenta del retiro del ministro e insistió en que el país todavía no está abocado a un ahorro obligatorio de electricidad, aunque este iniciaría en efecto en las entidades públicas.Sin dar mayores detalles, Santos aseguró que la dimisión fue provocada por el fracaso en las cifras de ahorro de energía, pues aseguró que entre enero y febrero el consumo se incrementó en un 11 %.Y es que la situación para el ahora extitular de la cartera de Minas y Energía no era sencilla. A la dura sequía que afronta el territorio nacional por cuenta del fenómeno de El Niño, se sumaron las criticadas decisiones en torno de las termoeléctricas y las contingencias surgidas de la salida de servicio de las generadoras de Guatapé y Termoflores.Santos anunció una cruzada por el ahorro de energía y pidió el compromiso de los colombianos en ese empeño, pues fue tajante en afirmar que de esa actitud dependerá que no se presenten cortes de energía o racionamientos.“Que no tengamos racionamiento depende del esfuerzo que todos hagamos a partir de hoy”, declaró.La iniciativa buscará premiar el ahorro y castigar los desperdicios de energía. En los hogares, por cada peso de ahorro recibe un peso de incentivo, que se verá reflejado en la factura siguiente.Así mismo, el presidente dijo que todos los edificios de las entidades públicas deberán apagar sus luces desde las 6:00 p. m.La suerte del ministro quedó sellada el pasado sábado, cuando el presidente Santos hizo una visita sorpresiva a la hidroeléctrica de Guatape. Alli comprobó de primera mano la gravedad de la crisis energética y se dio cuenta que laa medidas adoptadas eran insuficientes.El presidente estuvo acompañado durante esta visita por Maria Lorena Gutierrez y al término de ella salio visiblemente molesto y no quiso dar declaraciones a los medios. El jefe de Estado pidió a las directivas de EPM adelantar los trabajos para reparar cuanto antes la central.El único que dio declaraciones due el ministro Gonzalez insistiendo en el ahorro de energía. Pero ya sabia que de este episodio había salido mal librado y no tenia opción distinta que presentar su carta de renuncia.Sin embargo, en varios sectores lamentaron la salida del ministro. Ese es el caso de la Asociación Colombiana del Petróleo (ACP) que señaló que el ministro venía trabajando con la industria en una serie de medidas orientadas a permitirle al sector de hidrocarburos mantener sus operaciones y preparar al país para volver a competir en medio del difícil entorno que vive la industria."Esperamos que el cambio de liderazgo no interrumpa los procesos y el trabajo conjunto que se viene adelantando", dijo el gremio.Por su parte el presidente de Ecopetrol, Juan Carlos Echeverry, afirmó que a González le tocó sortear muchas situaciones difíciles relacionadas no solo con los problemas del sector eléctrico sino con los efectos del cierre de la frontera con Venezuela y los obstáculos en el sector del gas. Si la semana pasada se descartó un posible racionamiento, esta posibilidad revivió este lunes. La caída del jefe de la cartera de Minas puede ser un reconocimiento tácito de que los cortes de luz están cada vez más cerca.