La agencia internacional EFE envió al mundo una nota en la que destaca el sorprendente cambio del presidente de Colombia sobre el caso del seguimiento ilegal a ciudadanos: “Santos pasa en un día del 'fuerzas oscuras' al espionaje 'totalmente lícito'”, tituló. Apenas 24 horas después de acusar a “fuerzas oscuras” de estar detrás de las escuchas del Ejército a los negociadores del Gobierno en La Habana, el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, dijo hoy (miércoles) que esas operaciones de inteligencia son “totalmente lícitas”. “Las fachadas de inteligencia, como la que se allanó (registró), son totalmente lícitas. Son operaciones de inteligencia que están contempladas dentro de la Ley de inteligencia, y eso no tiene nada de irregular”, dijo el mandatario colombiano en un acto en Bogotá. Estas declaraciones distan mucho de las hechas el martes, pocas horas después de destaparse el escándalo, cuando Santos responsabilizó directamente a “fuerzas oscuras que están tratando de sabotear procesos, como el proceso de paz”. El mandatario también ordenó abrir una “investigación a fondo” que derivó en el “relevo” esa misma noche del jefe de Inteligencia del Ejército, el general Mauricio Ricardo Zúñiga, y del director de la Central de Inteligencia Técnica del Ejército (CITEC), el general Óscar Zuluaga. Semana.com reveló el martes que un grupo de militares, exmilitares y expertos en informática espiaron desde una central clandestina de Bogotá a líderes de la izquierda y a los negociadores del Gobierno en el proceso de paz con las FARC. Entre los investigados gubernamentales están el jefe negociador, el ex vicepresidente Humberto de la Calle; el alto comisionado para la Paz, Sergio Jaramillo, y el director de la Agencia Colombiana para la Reintegración (ACR), Alejandro Éder. Desde La Habana, el jefe negociador de las FARC, alias ‘Iván Márquez’, no dudó en señalar al expresidente colombiano Álvaro Uribe como las “fuerzas oscuras” de las que habló Santos. “Álvaro Uribe está detrás de todo eso. No se les olvide que Álvaro Uribe es el enemigo público número 1 de la paz en Colombia”, dijo Márquez, quien calificó de “realmente grave” el escándalo. El propio Uribe, que no se dio por aludido con los señalamientos de Márquez, dijo que el relevo de los dos oficiales militares “es otro golpe de desmotivación a las Fuerzas Armadas de la patria por complacer al terrorismo de las FARC”. El viraje de Santos sorprende especialmente, pues el miércoles el comandante del Ejército, el general Juan Pablo Rodríguez, dijo que 'Andrómeda', nombre del operativo de espionaje, estaría destinada a interceptar ilegalmente a los negociadores de paz y manifestó que la prioridad es actuar dentro de la legalidad. “No seremos un obstáculo para la paz”, subrayó el comandante, para aclarar: “Las investigaciones se llevan a cabo dentro del debido proceso y estamos muy pendientes de las mismas. En estos casos hay que esperar. Nuestro Ejército es un Ejército cohesionado”. Santos no sólo justificó la legalidad del espionaje sino que aseguró que el fiscal general, Eduardo Montealegre, con quien habló el miércoles, le dijo que “si él hubiese sabido que eso (el local registrado) era una fachada de inteligencia, no habría hecho ese allanamiento”. Colombia cuenta con unos 500.000 militares y policías, ambos cuerpos dependientes del Ministerio de Defensa, y algunos de sus sectores se han mostrado inquietos ante los diálogos de paz por el papel que les aguarda en una etapa de posconflicto. Los hombres del Gobierno, encabezados por Humberto de la Calle, negocian con la insurgencia desde noviembre del 2012 en La Habana para alcanzar una anhelada paz que se resiste desde hace más de medio siglo, concluye la nota de la agencia EFE.