El próximo 21 de septiembre se llevará a cabo una Corte Marcial en contra del capitán de navío Néstor Segura Mora, acusado de haber presentado documentos falsos que terminaron mandando a prisión al almirante Gabriel Arango Bacci.
La acusación, a la que tuvo acceso SEMANA, lo comprometería en graves comportamientos éticos e ilegales. No actuaba solo, acataba órdenes, pero la cuerda se podría romper por el lado más débil. Pagaría Segura, no sus superiores, quienes dieron la orden.
Segura era abogado y asesor jurídico del almirante Guillermo Barrera, excomandante de la Armada Nacional. Cumplía a rajatabla lo que le ordenaban, pero detrás había otra cabeza, el entonces ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, de quien Arango Bacci tiene dudas por una posible responsabilidad en el montaje. Barrera y Santos son amigos de vieja data, fueron compañeros en la Escuela Naval.
Bacci denunció a Segura por haber falsificado documentos para enlodarlo cuando fue acusado, como comandante del Comando Conjunto de San Andrés, de omitir controles para que grupos narcotraficantes realizaran envíos de droga a cambio de una millonaria comisión.
La explosiva resolución de acusación en contra de Segura, quien tras una década al fin tiene que poner cara ante la justicia, lo señala de haber actuado como perito elaborando el informe ‘Análisis operacional’ sin tener el conocimiento y, lo más grave, incluyendo información falsa.
En el rosario de irregularidades que plantea el documento de 114 páginas, advierte que hubo “actitud dolosa de causar daño y engañar”. Por ejemplo, llegó a “ubicar a la isla de Providencia al occidente de Quitasueño y este cayo al suroccidente de Serrana, cuando, en realidad, Quitasueño está al norte de Providencia y al occidente de Serrana”.
Segura señaló a Arango Bacci como responsable del envío de una fragata que estaba bajo su control a 140 millas de distancia de donde, supuestamente, permanecerían dos lanchas con la intención de no detectarlas y permitir el paso de una red de narcotráfico.
SEMANA buscó al almirante Arango Bacci para que diera su versión y afirmó que “Santos y el almirante Barrera tienen que responder si a ellos les presentaron un documento que tenía falsedades y lo enviaron a la Fiscalía. Me privaron de la libertad con mentiras y siguen campantes. Acá hubo una empresa criminal”.
No entiende cómo, aunque la Corte Suprema pidió investigar al expresidente Santos, “esto no pasó”. Con indignación señala que, a su juicio, “el exmandatario es lo peor que le pasó a Colombia”.
Para Arango Bacci la “empresa criminal”, en posible complicidad con Santos, buscaba sacarlo del servicio para poner al almirante Álvaro Echandía, quien también era el director de Inteligencia en la Armada y resultó involucrado en otro escándalo que resultó un montaje, el del famoso hacker Andrés Sepúlveda. “Echandía era el más interesado en que yo saliera.
Validaron un papel con una huella que no puse yo. En el DAS, muy cuestionado por esos años, terminan justificando el error diciendo que nunca les preguntaron si había sido puesta directamente o si había sido plantada”, cuenta Bacci.
El eslabón débil está a punto de romperse; mientras tanto, los almirantes Barrera y Echandía salieron del país y viven en Washington desde hace más de cinco años sin que los haya tocado la justicia.El almirante Bacci se atreve a dar una conclusión y es que pareciera haber un modus operandi en tres casos: la pesadilla que vivió privado de la libertad sin pruebas, el espinoso caso Uribe y el montaje del hacker para ensuciar la campaña de Óscar Iván Zuluaga.