El presidente Juan Manuel Santos lamentó que a pesar de todos los cambios y ajustes los sectores más radicales del No se sigan oponiendo al nuevo acuerdo de paz, que se firmará este jueves a las 11:00 de la mañana en el teatro Colón de Bogotá, pero señaló que no hay tiempo que perder para pasar a la implementación.“Mi primera y principal preocupación es por el proceso de paz y por el riesgo, que crece cada día, de echar para atrás lo alcanzado, dada la fragilidad del cese al fuego”, señaló el mandatario la noche del jueves, apenas una hora después de que las delegaciones de las FARC y el Gobierno anunciaron la fecha y hora de la rúbrica, así como que la refrendación será vía Congreso.Le puede interesar: Nuevo acuerdo de paz se firmará este jueves en BogotáSantos recordó el reciente incidente en el que dos guerrilleros murieron en el sur de Bolívar, así como los crecientes atentados contra líderes sociales en los últimos días, para apuntar que “se han perdido vidas y hay muchas más en peligro. No podríamos perdonarnos no haber actuado con prontitud y firmeza para corregir esta situación”.“Tenemos que actuar. No hay tiempo que perder”, subrayó el presidente en su alocución del jueves.Santos aseguró que “la puerta está abierta” para dialogar con el propósito de lograr consensos sobre la implementación del nuevo acuerdo, que consideró tan importante como el acuerdo mismo, lo que deja ver que la renegociación con las FARC está sellada a pesar de que el Gobierno no consiguió montar a los voceros más visibles del No en el tren de la paz, entre ellos el expresidente Álvaro Uribe.El jefe de Estado aprovechó la ocasión para recordar, una vez más, el proceso de diálogo que echó a andar con los promotores del No después de la derrota en el plebiscito del 2 de octubre. Señaló que durante más de 40 días el Gobierno escuchó a diversos sectores para recoger sus propuestas.Aseguró que defendieron sus propuestas en la mesa de negociaciones de La Habana con “firmeza y lealtad” hasta alcanzar “un mejor acuerdo de paz, ajustado y modificado”, en el que se hicieron cambios de fondo y se atendieron la gran mayoría de las solicitudes y propuestas.“La respuesta de los colombianos ha sido muy positiva”, afirmó sin aludir a los inconformes. Destacó que los jóvenes, las víctimas, los empresarios, la iglesia católica, la mayoría de los pastores cristianos, los medios, los gobernadores y alcaldes han reconocido que “los cambios son de fondo, significativos y satisfactorios para ellos”. También destacó el amplio y evidente apoyo de la comunidad internacional, como ya había ocurrido con el acuerdo original.Con la fecha y hora de la firma despejadas, quedan pendientes los temas de refrendación e implementación, a los que también se refirió el presidente.La implementación necesariamente debe hacerse en el Congreso, aseguró Santos. Y la refrendación también se hará por esa vía, de modo que se descartan definitivamente las otras opciones que se habían barajado: un nuevo plebiscito (como han demandado algunos sectores) y la opción del cabildo abierto.“Una nueva campaña polarizaría de manera peligrosa al país y éste es el momento de la unión y no la división”, señaló el presidente al descartar un nuevo llamdo a las urnas.De común acuerdo con las FARC se concluyó que la vía más conveniente es el Congreso, explicó el presidente, pues cuenta con la legitimidad del voto popular, representa a todos los departamentos del país e incluye todas las opciones del espectro político, desde la extrema derecha hasta la extrema izquierda.“Tenemos ante nosotros la oportunidad única de cerrar este capítulo tan doloroso de nuestra historia”, remató Santos, antes de reconocer que el nuevo acuerdo no deja satisfecho a todo el mundo pero implementarlo a la mayor brevedad es un imperativo.“Ante esta coyuntura tan excepcional con todo respeto les pido que levantemos la mirada hacia el futuro… pensemos en las vidas que la paz salvará, en las víctimas que no tendrán que sufrir la violencia ni el desplazamiento”.