En las filas de la Farc, especialmente entre su militancia rasa que entregó hace poco las armas, existe preocupación por lo que será su suerte jurídica tras los cambios que la Corte Constitucional y el Congreso introdujeron a lo pactado en materia de lo que será la Justicia Especial para la Paz (JEP). Eso, incluso, lo han hecho público sus máximos líderes. Uno de los encargados de hacer públicas las molestias por lo que consideran incumplimientos del Estado a los acuerdos firmados en La Habana –negociados para ponerle punto final a 50 años de guerra– ha sido el propio Rodrigo Londoño, conocido como Timochenko, jefe máximo del movimiento Farc y quien asumió la vocería directa para este tema.La semana pasada, en dos sendas cartas, Timochenko le dijo a la Corte Penal Internacional (CPI) y al propio presidente Juan Manuel Santos que lo negociado en Cuba se está desnaturalizando y que, contrario a lo que considera se pactó, se está poniendo en marcha un sistema de justicia transicional solo para juzgar a las Farc y no a todos los actores del conflicto. Una de sus principales quejas es que –a su juicio– el paramilitarismo quedaría impune.En ese orden de ideas fue que Timochenko le pidió al Jefe de Estado una cita personal para hablar directamente de todas estas preocupaciones que, según el jefe del movimiento Farc, podrían golpear duramente lo conseguido hasta ahora en materia de posconflicto y consolidación de la paz. Santos, cuya principal bandera política es el proceso de paz y cuya puesta en marcha le ha costado prácticamente todo su caudal político, tomó nota del llamado. Este lunes, precisamente, aseguró que la cita que pide Timochenko se dará y posiblemente sea este mismo viernes. “En respuesta a su solicitud, voy a proponer a Rodrigo Londoño que nos reunamos el viernes”, trinó Santos finalizando la mañana. Tan esperada era esta confirmación que las Farc, desde su cuenta oficial en Twitter, ayudaron a difundir el mensaje del Jefe de Estado. Este tipo de reuniones, luego de la firma de un proceso de paz, puede que no sean frecuentes, pero no es imposible que se den. De hecho, los canales de comunicación entre el Gobierno y la ahora exguerrilla se han mantenido abiertos para evitar que las complicaciones que surjan durante el posconflicto puedan dar al traste con lo negociado para acabar la guerra. Y eso es precisamente lo que se quiere evitar. La Casa de Nariño, en especial el equipo dedicado exclusivamente a los temas de paz, le aconsejaron al mandatario aceptar el encuentro con Timochenko para escuchar y analizar sus inquietudes. Santos aceptó pero se desconoce en dónde se dará. El comisionado de Paz, Rodrigo Rivera, explicó que “esa clase de encuentros pueden tener lugar y podrían servir para aclarar muchas cosas y para inspirar la confianza que es indispensable en el acompañamiento y cumplimiento de estos acuerdos de paz”. De los resultados del encuentro Santos-Timochenko del viernes dependerá, entre otras cosas, que disminuya o no esa sensación de la guerrilla que apunta a que el Estado les podría hacer ‘conejo‘ después de haber dejado las armas. En cualquier caso, lo negociado con las Farc estará en la agenda de la oposición como caballo de batalla para el debate electoral que se avecina. La última vez que Santos y Timochenko se vieron –y hubo resultados positivos– fue el pasado 26 de marzo en Cartagena.