Finalmente la semana pasada se concretó el negocio. Después de 4 meses de negociaciones el grupo Planeta de España, mayor accionista de la Casa Editorial El Tiempo, llegó a un acuerdo con Luis Carlos Sarmiento para venderle a él el periódico más importante de Colombia. La compra no le salió barata. El paquete de acciones que estaba en venta era de una holding con el 55 por ciento de las acciones, en la que Planeta tenía la mayoría y los socios de Pacific Rubiales una participación minoritaria. Aunque las cifras oficiales del negocio no se han revelado, se sabe que se había pactado un múltiplo de 11 veces el Ebitda. Esta es una medida de los resultados financieros de una empresa basada en el flujo de caja libre. Como el Ebitda del año pasado fue de 85.000 millones de pesos, la valoración de la Casa Editorial El Tiempo quedaría en una cifra cercana a los 500 millones de dólares. El 55 por ciento que acaba de comprar Sarmiento quedaría entonces con un valor superior a los 250 millones de dólares. Aunque es un precio alto, el banquero consideró que la posición dominante de El Tiempo lo justificaba. Todo indica que así es, pues la proyección de Ebitda para este año es de 97.000 millones de pesos. Antes de esta transacción Sarmiento era dueño ya del 33 por ciento de ese grupo editorial. El grupo español Planeta, cuando adquirió el control del periódico hace cinco años, había adquirido el compromiso de comprarles a los accionistas minoritarios su participación en la empresa a un precio pactado de 11 veces el Ebitda. Cuando esos accionistas decidieron ejercer esa opción, los españoles tenían algunos problemas de liquidez y le cedieron a Sarmiento la opción de compra al precio pactado. Fue así como entró primero con el 11 por ciento y posteriormente con otro 22 por ciento. Si a esto se le suma el 55 por ciento que acaba de comprar, su participación en la casa editorial asciende a un 88 por ciento. El otro 12 por ciento está en manos de Juana, Adriana, Rafael y Camilo Santos, así como de la familia de Abdón Espinosa. Estos tienen la opción de vender cuando quieran en las mismas condiciones que vendieron los españoles. Para una persona que supuestamente tiene el toque de Midas, la compra de El Tiempo definitivamente no es un gran negocio. Los periódicos en general se enfrentan al reto de internet y la gente joven ha crecido leyendo en computador y no en papel. Por eso ha despertado cierta curiosidad qué lleva a un hombre tan poderoso como Luis Carlos Sarmiento a meterse en un negocio tan complicado, tan incierto y tan poco rentable como la prensa escrita. Él lo justifica con el argumento de que no lo hizo por plata, sino para garantizar la supervivencia de un patrimonio nacional y, es previsible, como un instrumento de poder. El banquero agrega que el mayor aporte que él le ve al diario no es solo como fuente de información, sino como factor estabilizador de la institucionalidad. Por esto probablemente se refiere a la defensa de lo que normalmente se denomina el 'establecimiento'. La verdad es que el periódico durante su siglo de vida se ha comprometido contra viento y marea con esa causa. Sarmiento no pretende sino continuar esa tradición. No todo el mundo cree que el patriotismo es su única motivación. Para comenzar, el negocio de El Tiempo tiene elementos atractivos además del periodístico. Uno de ellos es el lote de 39.000 metros cuadrados, donde está ubicada su sede en la avenida Eldorado. Esa zona constituye el futuro urbanístico de Bogotá y el banquero está desarrollando a pocas cuadras la Ciudadela Empresarial Luis Carlos Sarmiento, de 105.000 metros cuadrados y una de las joyas de su corona. El nuevo dueño del diario ha manifestado que no ha pensado en sacar el periódico de su actual sede, que considera una de las construcciones emblemáticas de la capital. Sin embargo, esas buenas intenciones pueden cambiar con el transcurso del tiempo en la medida en que la rentabilidad de un desarrollo urbanístico sea muy superior a la de producir un periódico. La revista Vanity Fair en febrero de 2007 publicó un artículo titulado 'Periódicos y billonarios'. La teoría es que mientras el modelo económico de los periódicos del futuro no esté definido en internet, la única posibilidad de supervivencia que tienen los diarios en papel son los billonarios. En Colombia todo indica que se está cumpliendo este pronóstico pues El Espectador pertenece a la otra familia billonaria del país, los Santo Domingo. En la publicación se afirma que, aunque siempre se invocan motivos altruistas para estas adquisiciones, la verdadera razón es el poder. Cuando se tienen muchos miles de millones de dólares, tener más dinero no cambia el estatus de una persona. Tener un periódico sí. Este permite influir e inspira respeto. Y Luis Carlos Sarmiento, al igual que hizo con los bancos, ya está pensando en grande. Piensa participar en la licitación del tercer canal de televisión, pues cree que el futuro no es la prensa escrita sino la multimedia. El ingreso de Luis Carlos Sarmiento al mundo de la multimedia no está exento de controversia. Que el hombre más rico de un país compre el diario más importante no es un acontecimiento trivial. Reafirma una tendencia preocupante del mundo contemporáneo como es la concentración del poder tanto económico como mediático. Algunas voces ya han expresado sus reservas al respecto. María Elvira Samper en El Espectador se pregunta si puede ser neutral la información de un periódico cuando su dueño es propietario de "los bancos de Bogotá, Occidente, Popular y AV Villas, Leasing de occidente y Porvenir; y que además tiene millonarias inversiones en los sectores de la construcción, agroindustria, turismo y energía, así como participaciones en consorcios de concesiones viales, de aguas y aeropuertos, etcétera", y si "podrán los periodistas informar con plena libertad sobre pensiones, reforma tributaria, política de vivienda y agraria". El Colombiano de Medellín, por su parte, plantea el mismo interrogante afirmando que "el poderoso abanico económico que controla el Grupo Sarmiento Angulo estará sí o sí en la agenda noticiosa de los últimos años, bien sea por vía de decisiones del gobierno o por vía de la agenda legislativa. En ese orden de ideas, ¿cómo esa casa editorial cubrirá los temas que toquen intereses de sus empresas hermanas?". Estos interrogantes que se hacen hoy muchos medios y periodistas solo serán resueltos con el paso del tiempo. La realidad hoy es que en Colombia la mayoría de los medios de comunicación importantes ya están en manos de conglomerados económicos. La familia Santo Domingo tiene Caracol Televisión, El Espectador y un grupo de revistas. Carlos Ardila Lülle tiene el canal RCN y las 140 emisoras de radio de RCN Radio, así como la revista Caras y otras publicaciones. Los grupos exclusivos de medios de comunicación son cada día más pocos. Siempre que un conglomerado compra un medio surge un debate legítimo sobre la independencia de la información, su poder fiscalizador y espíritu crítico de la prensa. Cuando Planeta compró El Tiempo la crítica fue que se le estaba vendiendo una institución nacional a un grupo extranjero. La compra por parte de Luis Carlos Sarmiento, a pesar de las preocupaciones que despertará en muchos sectores, tiene la ventaja de que esa casa editorial regresa a manos colombianas.Todos los detalles del negocio de El Tiempo se sabrán la próxima semana cuando se firme el contrato de venta. No obstante, se puede anticipar desde ahora que en el futuro inmediato habrá más continuidad que sorpresas. Se da por hecho que permanecerá en la dirección Roberto Pombo, quien tiene el criterio y la experiencia para conducir esta nueva etapa del periódico, pero también tiene el desafío de mantener el equilibrio y la independencia editorial no solo frente al nuevo propietario, sino de cara a los lectores. También se ha dejado saber que no se esperan mayores cambios en el equipo periodístico. A Luis Carlos Sarmiento le interesa enviar un mensaje de tranquilidad a los colombianos y en este momento para él lo único importante es que el periódico siga con el lema que lo ha caracterizado en los últimos años: 'El Tiempo no se detiene'.