El Inpec tomó drásticas medidas frente a José Manuel Vera Sulvarán, alias Satanás, el peligroso delincuente que pese a estar en prisión de máxima seguridad continuó realizando llamadas extorsivas y amenazas a comerciantes.

El director del Inpec, coronel Daniel Gutiérrez, manifestó que tras realizar el traslado a la cárcel de máxima seguridad de Satanás a la Tramacúa, en Valledupar, se ordenó que esté aislado y su celda vigilada las 24 horas para evitar que siga realizando acciones criminales.

El oficial indicó que Satanás, quien fue capturado a comienzos de noviembre, hizo uso de la llamada telefónica a la que tienen derecho todos los presos, para contactarse con uno de sus hombres para que grabara un mensaje en el que se amenazaba de muerte a aquellos comerciantes que no pagaran las extorsiones.

“Se pudo establecer que las comunicación que efectuó la hizo a través del teléfono público del cual tenía derecho y acceso una vez al día. Desafortunadamente aprovechó ese derecho para hacer una llamada y pedirle a un delincuente más que hiciera la grabación donde está la amenaza”, detalló el coronel.

Este mensaje le llegó a varios ciudadanos en las últimas semanas que, temiendo represalias y atentados a su integridad personal tomaron la decisión de acceder al pago de la extorsión. Satanás, quien intenta negociar un preacuerdo con la Fiscalía General, habría dado órdenes directas para amenazar a comerciantes, principalmente de Bogotá, a cambio de no atentar contra sus negocios y familiares.

El director del Inpec recordó que en los operativos que se le adelantaron a alias Satanás en su celda en la cárcel de máxima seguridad de Palogordo, en Girón (Santander) no se le encontró ningún teléfono celular gracias a las labores que adelantaron las autoridades carcelarias de evitar el ingreso de elementos prohibidos y las acciones que se han tomado para restringir las actividades delictivas.

El coronel fue más allá y advirtió que se ha encontrado que la “abstinencia” ha llevado a peligrosos delincuentes a ejecutar acciones criminales y amenazas en contra de las directivas carcelarias como de los diferentes guardias de seguridad.

“Tras aislar a los peligrosos delincuentes pues no tienen acceso a estupefacientes (...) por lo que empiezan a generar amenazas en contra del director del establecimiento, el director general, los servidores penitenciarios y demás”, aclaró. Con estas amenazas, intentan evitar que sean aislados. “No tienen voluntad de cambio”.

Fin a las llamadas

Por esta situación, desde el Inpec anunciaron medidas con el fin de restringir las llamadas telefónicas a los internos que representen y sean considerados como de alta peligrosidad. Este proyecto, señaló el director del Instituto, deberá ser presentado y aprobado en el Congreso.

“La idea es modificar esos artículos”, aclaró. Con esto se buscará que se limite el uso de estas llamadas diarias y acceso a teléfonos públicos puesto que se determinó que estas personas las utilizan para ejecutar crímenes y no para hablar con sus familiares.

“Estamos estudiando una propuesta que es una nueva tecnología que permite mitigar o restringir el espacio electromagnético y no afecta los exteriores”. Esta tecnología la están utilizando en el Ejército. “La idea es probar esto, mirar los costos y demás, y aplicarlos en los centros priorizados”.