Emilio Tapia, quien se hizo famoso en el país por ser protagonista de uno de los escándalos de corrupción más grandes de país, el Carrusel de la Contratación en Bogotá, declaró este miércoles 30 de marzo ante la Procuraduría en medio de la investigación por el entramado ilegal de la licitación que fue entregada a la Unión Temporal Centros Poblados, por más de un billón de pesos.
Siguen “embolatados” más de 70 mil millones del primer anticipo que dio el Gobierno, para este proyecto que buscaba llevar internet a las zonas más lejanas. En la audiencia que duró casi una hora, Tapia reveló nuevos detalles sobre lo ocurrido. Lo que hizo Tapia fue aliarse con Juan Carlos Cáceres y Juan José Laverde para crear una unión temporal conformada por cuatro empresas para ganarse esa millonaria licitación.
“Yo aporté dos de las cuatro empresas. La otra empresa fue la que aportó Juan José Laverde y otra Juan Carlos Cáceres Finalmente, queda con el contrato Centros Poblados. A mí me buscaron porque necesitan empresas con buen soporte financiero”, relató.
“Fue un contrato que desde que estaban los prepliegos el señor Juan Carlos Cáceres (quien fue el fundador de la empresa Novotic) me hace el comentario del proyecto y me dice que por qué no estructuramos una UT para presentar la propuesta”, dijo Tapia. Y agregó: “Yo estuve lejano inicialmente, él era la persona que se encargaba de todo y lo que necesitaba de mí eran las empresas con el soporte financiero, porque él tenía una fundación sin soporte financiero”, explicó.
Luego Tapia dio detalles sobre el rol de Laverde: “Rave era la corredora de seguros que nos suministraba las pólizas de seguros, para este contrato se les requirió a ellos y ellos eran los encargados de conseguir las pólizas. Luego Laverde me dice que en esta ocasión estaba complejo y me dijo que iba a hablar con el Mintic porque conocía a personas allí en el tema de riesgos. Pero luego me dice Laverde que no pueden bajarle al riesgo y que está complejo el tema”.
Tapia contó cómo Laverde le dijo que había una opción que “él ha manejado con un cliente de Rave, un constructor, y que con él ha manejado un tipo de garantías que equivalen a las pólizas de cumplimiento, y me dijo que era un cupo de crédito con el Banco Itaú, que él lo conseguía y que había que pagarle una contraprestación por un lote en Santa Marta”.
“Le digo a Juan Carlos de la otra opción y él me dice que le hagamos. Laverde me dice que no hay problema, que habló con el señor Jorge Molina, que además era su socio en otras empresas y contratos. Jamás dudé de eso porque Rave es una empresa de más de 40 años, reconocida a nivel nacional”.