En los últimos meses se ha vivido una fuerte tensión en los cultivos de caña ubicados en el norte del Cauca, donde organizaciones indígenas han entrado a invadir. Incluso, en las últimas horas se presentó el más reciente caso, en el que al menos 100 personas ocuparon de manera ilegal la Hacienda Japio, de la familia Eder Garcés, en Caloto, Cauca.

Aunque en este hecho no resultaron lesionados, la tensión crece y los cultivadores de los ingenios azucareros temen por sus vidas. Esta vez, los indígenas llegaron hasta este predio con banderas y emblemas del Consejo Regional (CRIC) reclamando el terreno, una disputa por la tierra entre los colonos y nativos desde el siglo XVI; en esa época sacerdotes jesuitas sembraron los primeros cultivos de caña.

Los indígenas que llegaron hasta la Hacienda aseguran ser nietos de Quintín Lamen y reclaman liberar la madre tierra. Aunque no hubo agresiones, los trabajadores expresan que la presencia de estas personas les causa intimidación.

Hasta el momento, la familia Eder, propietaria del Ingenio Manuelita, de quien forma parte Alejandro Eder, quien fue candidato a la Alcaldía de Cali y concejero para la reintegración y negociador de paz del gobierno de Santos, no se ha pronunciado al respecto.

Se conoció que en los alrededores de la Hacienda hay presencia de la fuerza pública a la espera de una orden para proceder al desalojo.

Pero esta situación se viene presentando en las últimas semanas. Cabe recordar que el pasado primero de agosto, personas encapuchadas expulsaron con amenazas a trabajadores en los municipios de Corinto y Miranda.

Incluso, por lo anterior, los corteros de caña decidieron bloquear la vía que conduce de Corinto a Miranda para exigir a la fuerza pública protección.

En videos que fueron compartidos en redes sociales, los trabajadores señalaron que los invasores los amenazaron y quemaron los sembrados. “Nos encontramos en la Hacienda García caucana, Suerte 14, aquí podemos ver como los invasores van saliendo después de estar haciendo los daños. Nos están invadiendo la hacienda, pretenden dejarnos sin trabajo”, se le escucha decir a uno de los obreros.

Los trabajadores aseguran que se vieron obligados a tomar acciones al bloquear una de las vías más importantes del norte del Cauca para ser visibilizados.

“Nos dirigimos a las zonas de trabajo, llegaron los indígenas y nos sacaron con amenazas, por eso nos vimos obligados a taponar la carretera. Como trabajadores y comunidad, estamos cansados de la problemática que estamos viviendo”, manifestó uno de los cañeros.

Medios locales aseguran que esto es parte del conflicto social que se vive en el departamento hace varios años, puesto que los indígenas reclaman que ellos son propietarios milenarios y ancestrales de todos los predios donde se cultiva caña; incluso, esta situación se habría intensificado más con la llegada de Gustavo Petro a la Presidencia de Colombia, posesión que se hará efectiva el próximo domingo 7 de agosto.

Una circunstancia similar se presentó a finales del pasado mes de julio en Padilla, Cauca, cuando organizaciones indígenas entraron a invadir. Algunos trabajadores detallaron que la irrupción fue hecha con violencia, por lo que muchos decidieron no ir a cumplir con sus obligaciones, mientras que se garantice su seguridad.

Ante esta penosa situación, se pronunció la presidenta de Asocaña, Claudia Calero: “Este es un llamado que hace mucho tiempo estamos haciendo en Asocaña, sus ingenios azucareros afiliados, los cultivadores y todo ese componente o ese entramado de la industria que siempre ha sido y ha estado proclive al diálogo”, manifestó.

Calero insistió en que se debe propiciar un diálogo enmarcado en el respeto a los derechos, a la vida, al trabajo, a la libre empresa y a la propiedad privada. “En ese caso, nosotros con garantías, por supuesto, y siempre alineado en ese respeto a los derechos, estamos listos para dialogar”, recalcó la presidenta de Asocaña.

Gremios responden

Varios gremios del Cauca y Valle del Cauca, entre ellos Procaña y Asocaña, rechazaron nuevamente de manera conjunta estas invasiones ilegales. Estas acciones, aseguran, atentan “contra la vida, el trabajo, la libre empresa y la propiedad privada”.

“En los últimos dos meses se han presentado más de 15 afectaciones a fincas en los municipios de Padilla, Guachené, Caloto y Miranda, acompañadas de acciones que ponen en peligro la vida de los trabajadores agrícolas y de los habitantes de esta región. Tan solo hoy, 4 de agosto, se han presentado avasallamientos en tres fincas de diferentes agricultores”, exponen los gremios en un comunicado.

En la comunicación resaltaron los esfuerzos de la fuerza pública por impedir las invasiones e instaron al Gobierno a buscar soluciones que protejan los derechos constitucionales de todos los involucrados.

“Hacemos un llamado a la sociedad colombiana a que manifieste su rechazo a estas acciones de hecho, acompañadas de actos violentos, que ponen en vilo la vida e integridad de quienes trabajan por el norte del Cauca, así como la productividad y sostenibilidad de los miles de empleos que genera el sector agropecuario e industrial en esa zona y, por ende, el desarrollo social y económico de la región”, concluye la misiva.