Una de las banderas del gobierno del presidente Iván Duque ha sido la política de economía naranja, la cual consiste en brindar apoyo y acceso a las industrias creativas de Colombia para fortalecer su desarrollo.

Sobre ese tema, el mandatario colombiano realizó desde Cartagena una férrea defensa de su política de economía naranja, la cual motivó en su momento al jefe de Estado a escribir un libro detallando a profundidad las características de esa política.

No obstante, en ese discurso el presidente indicó que, una vez su gobierno empezó hablar en forma de la economía naranja, algunos la ignoraron y otros se burlaron, atacándola y desconociendo las bondades y la proyección que tenía, pero que, según el mandatario, ya es una realidad para el país.

“Cuando empezamos a hablar de #EconomíaNaranja la ignoraron, después se burlaron de ella y luego la combatieron. Pero hoy ha triunfado y no le pertenece a una sola persona; es de todos los colombianos, los jóvenes y quienes apuestan por las industrias creativas”, trinó Duque.

La economía naranja se consolida

Hace varios días se conoció que el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) aprobó dos préstamos por un total de 600 millones de dólares en favor de Colombia para incentivar el impacto de la economía naranja y la implementación de medidas que contribuyan al crecimiento sostenible, promoviendo la adecuada gestión del capital natural y del cambio climático, que son parte de una agenda de trabajo acordada con el país que incluye, a futuro, el financiamiento de proyectos de inversión en ambos sectores.

Sumado a ello, se aprobó una facilidad por hasta 1.200 millones de dólares para financiar iniciativas de inversión que contribuyan al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y las metas definidas en la Contribución Nacionalmente Determinada (NDC, en inglés) de Colombia.

“La reactivación es en las regiones. Pensando en los territorios se aprueban estos 1.200 millones de dólares para ir invitando a los entes territoriales a que participen de esta apuesta de desarrollo regional que busca la inclusión social, el mejoramiento en infraestructura y una mejor dinámica de los territorios de Colombia”, indicó el ministro de Hacienda y Crédito Público, José Manuel Restrepo.

El primer préstamo de 300 millones de dólares será para promover las industrias culturales y creativas e incrementar su contribución a la generación de riqueza, empleo, crecimiento económico y mejoramiento de la calidad de vida de las comunidades de creadores y los territorios.

Concretamente, los fondos se destinarán a promover la generación de información efectiva para el desarrollo de las industrias creativas; fortalecer el entorno institucional para su consolidación y articulación público-privada; potenciar la oferta estatal; impulsar las agendas creativas para municipios, ciudades y regiones, y el desarrollo de las ADN; fomentar su integración con los mercados internacionales y otros sectores productivos; generar condiciones habilitantes para la inclusión del capital humano, así como promover la propiedad intelectual como soporte a la inspiración creativa.

El segundo préstamo, también de 300 millones de dólares, se enmarca en un financiamiento conjunto con otros bancos multilaterales y contribuye a impulsar los esfuerzos del Gobierno nacional en el desarrollo de políticas que mejoren la gestión de la biodiversidad y la acción climática.

Los fondos fortalecerán la planificación, gestión y monitoreo de la acción climática, y generarán más oportunidades económicas a partir del aprovechamiento del capital natural y de modelos de economía circular.

Finalmente, la CAF aprobó un financiamiento externo con garantía soberana por hasta 1.200 millones de dólares, que se convierte en un marco de financiamiento para que las entidades territoriales, sus descentralizadas y las empresas prestadoras de servicios públicos de entidades públicas de orden subnacional del país puedan acceder a recursos de financiamiento con garantía soberana.

El objetivo de los fondos es disminuir las brechas de infraestructura y contribuir a un desarrollo económico sostenido de las regiones, a través del financiamiento de sus planes de inversión.