Como en las grandes capitales del mundo que tienen dos y tres aeropuertos, Bogotá tendrá otra terminal aérea. El gobierno anunció la semana pasada que dará vía libre a la construcción de un segundo aeropuerto, El Dorado II, que entraría en operación en el año 2021. De esta manera se espera darle una solución al lío aéreo del país, con un aeropuerto que está desbordado por el incremento de viajeros, que se triplicaron en menos de una década, al pasar de 10 millones a cerca de 30 millones. Según las cuentas del gobierno, en cinco años los pasajeros que se movilizarán por la terminal de la capital de la República ascenderán a 40 millones. De este modo quedará totalmente copada su capacidad, a pesar de la reciente ampliación y modernización en la que se invirtieron 1.200 millones de dólares y de una segunda fase de obras que comienzan en febrero, en las que se invertirán 700.000 millones adicionales. Cabe destacar que El Dorado es el aeropuerto número uno en movilización de carga de América Latina y el tercero en pasajeros. Además, por él transita el 40 % de los pasajeros nacionales y el 78 % de los internacionales. Pero, con el mayor intercambio comercial producto de la firma de tratados de libre comercio, con el crecimiento de la economía y el arribo de más turistas se quedó pequeño. Desde que se inauguraron las obras de El Dorado, hace más de dos años, expertos del sector habían advertido que la nueva terminal no daría abasto. Ante esta realidad, el gobierno decidió esta vez pensar en grande, afrontar en serio el problema y buscar una solución de fondo. Para ello iniciará el proceso para construir un segundo aeropuerto, ubicado entre los municipios de Madrid y Facatativá (Cundinamarca). El nuevo terminal se construirá sobre un terreno de 1.350 hectáreas, más de las 900 hectáreas que tiene el terminal actual. Allí operarán los vuelos privados así como los comerciales de las grandes aerolíneas. Sin embargo, la operación militar no se trasladará inicialmente y se mantendrá en Catam. La decisión se tomó teniendo en cuenta que salía más costoso e implicaba mayores traumatismos mover esta base. La actualización del Plan Maestro de El Dorado, realizada por consultores internacionales y cuyos resultados fueron presentados en 2013, recomendaba construir un aeropuerto alterno para trasladar las operaciones militares (Catam) y los vuelos chárter y privados. Dicho terminal tendría solo una pista. Pero ahora, según Gustavo Lenis, director de la Aeronáutica Civil, la propuesta es más ambiciosa porque contempla dos pistas y un aeropuerto que demandaría inversiones cercanas a 5 billones de pesos. “Con El Dorado II estamos sobrados para atender la mayor demanda aérea por los próximos 25 años”, dice, por su parte, Luis Fernando Andrade, presidente de la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI). Según el funcionario, vale la pena pensar en grande porque con el ritmo de crecimiento de los viajeros se podría atender en los dos terminales hasta 80 millones de pasajeros al año. Es un número similar al que se moviliza en los grandes aeropuertos de Estados Unidos, los países europeos o incluso varias ciudades de América Latina que también han anunciado planes de expandir su sector aéreo. En la región varias capitales cuentan con más de un terminal. Ese es el caso de Buenos Aires, Sao Paulo o Río de Janeiro. Incluso Medellín tiene dos terminales, José María Córdova y el Olaya Herrera. Para evitar facilitar el desplazamiento entre El Dorado I y El Dorado II, uno de los proyectos alternos es construir un tren ligero que conectaría los dos terminales en cerca de 15 minutos. El proyecto está en estudio y se analizará con la Gobernación de Cundinamarca que tiene entre sus metas sacar adelante el tren de cercanías o Regiotram. El vicepresidente, Germán Vargas y la ministra de Transporte, Natalia Abello, dicen que comenzaron a tomar las medidas para que el segundo aeropuerto de Bogotá no se quede en el papel. Se separó el terreno y próximamente comenzará la compra de predios. Además, se realizarán los estudios y diseños y, posteriormente, se realizará una licitación pública. La obra se ejecutará mediante una asociación público privada. Otra ampliación Pero como la construcción de este segundo aeropuerto no se iniciará antes de dos años, se requieren medidas urgentes para evitar los cuellos de botella que se presentan en el actual, especialmente en las horas pico. La ANI junto con los concesionarios Opaín y Codac pondrán en marcha una serie de obras que mejorarán la operación en tierra y aire. Estas se desarrollarán en cinco fases y se harán en dos años. Para agilizar la operación aérea se mejorarán pistas, calles de rodaje, se reorganizará el tráfico aéreo y se hará un reentrenamiento de controladores y pilotos. El objetivo es pasar de 50 a 90 operaciones aéreas por hora (despegue y aterrizaje de aviones), con el fin de disminuir la congestión que se ha vuelto recurrente. Las obras en tierra son las siguientes: Se incrementarán en 70 % las posiciones de contacto de los aviones (sitios de parqueo) que pasarán de 27 a 46. Estas 19 posiciones se harán una vez se derrumben la vieja torre de control y el antiguo edificio, proceso que comenzará en el segundo semestre del año. Además, se utilizarán dos hangares de Avianca así como espacios adicionales en los terminales nacional e internacional. Las plataformas para el estacionamiento de aviones se incrementarán en 27 %. Adicionalmente, se construirán otros 62.000 metros cuadrados en los terminales nacional e internacional para ampliar el comercio y las salas de abordaje, que se sumarán a los 173.000 metros cuadrados que fueron construidos en los últimos años. También está prevista una sala VIP en el muelle nacional. Lo único que no se modificará es el Puente Aéreo. El presidente Juan Manuel Santos dice que con este paquete de medidas el gobierno se está anticipando a la mayor dinámica económica. El gran paso es ampliar El Dorado y la construcción de El Dorado II, pero vienen más iniciativas para mejorar la competitividad del sector aéreo colombiano que estaba muy atrasado. En los próximos meses se realizarán obras en 39 aeropuertos en los que se invertirán 2,8 billones de pesos. En la lista están remodelaciones y ampliaciones en los terminales de Cali, Santa Marta, Cúcuta, y Quibdó, entre otros. Gilberto Salcedo, presidente de la Asociación del Transporte Aéreo en Colombia (Atac), dice que con estas medidas el sector de la aviación queda como una de las principales prioridades en la infraestructura nacional, un tema fundamental para mejorar la competitividad del país. Fabio Villegas, presidente de Avianca, señala que las obras son una condición fundamental para mejorar el servicio y la conectividad del país. Lo cierto es que las expectativas en el sector y entre los viajeros por los nuevos proyectos que se avecinan son elevadas. Ahora hay que esperar que aterricen y que se ejecuten en los plazos prometidos para que la conectividad aérea deje de ser un problema para el país.