El ministro de Justicia, Néstor Osuna, advirtió que desde el Gobierno “repudian” las amenazas de muerte que recibieron el pasado fin de semana el magistrado Alejandro Ramelli Arteaga y el magistrado auxiliar Hugo Escobar.
Los dos magistrados, quienes lideran la investigación en el expediente por los falsos positivos que se presentaron en Dabeiba (Antioquia), recibieron coronas fúnebres en sus respectivas viviendas con un mensaje en el que se les advertía por “desenterrar un pasado”.
La primera hipótesis de las autoridades es que la banda criminal del Clan del Golfo estaría detrás de estos amedrantamientos, lo que pone en riesgo una negociación con esta organización en el marco del ambicioso proyecto de la Paz Total. “Ningún juez en Colombia debe tener miedo”, advirtió el ministro de Justicia, Néstor Osuna.
El Ministro de Justicia recordó que el presidente Gustavo Petro, en días pasados, envió un ultimátum a esta organización para ver si están interesados en someterse a la justicia. “Necesitamos que hablen con verdad, claridad y saber si realmente hay una voluntad. Ahí está ese proyecto de ley, una voluntad generosa del Estado de respetar el debido proceso, un juicio justo, imponer unas penas dignas pero a cambio de verdad, cese de actividades y reparación de las víctimas. Si no están, pues dejemos de perder el tiempo”.
Frente al pronunciamiento enviado por uno de los abogados que representa al Clan del Golfo en el que se mostró rehacío a adoptar la figura de sometimiento a la justicia, el Ministro de Justicia respondió claramente que eso es lo que hay sobre la mesa.
“La oferta del Estado es suficientemente buena cuando el futuro que les espera a estas personas sino se entregan a la justicia, como se han visto en tantos casos en el pasado, es morir en un tejado, morir asesinado por otra banda, estar huyendo de la justicia permanentemente, tener a sus familias siempre asustadas”, precisó.
En la oferta que está sobre la mesa desde hace varios meses el Gobierno les ofrece -según palabras del Ministro- “es llegar a viejos, que después de pagar una pena puedan pasar el final de su vida con sus familias”.
“Es posible que en estos momentos se sientan unos dioses, dioses de barro, que miren la historia de lo que ha pasado con las estructuras organizadas anteriores a ellos. Que se lo piensen, esa es la oferta”, añadió Osuna en medio de una rueda de prensa en la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP).
Recientemente, la voluntad de paz del Clan del Golfo ha sido puesta en entredicho por varios sectores. Esto debido al incremento de actividades delictivas en varios departamentos, y las amenazas que han hecho en contra de víctimas del conflicto armado, agentes de la Fuerza Pública y profesores de escuelas rurales.
El gobernador de Santander, Mauricio Aguilar sostuvo que en el corregimiento de Puerto Olaya, jurisdicción del municipio de Cimitarra, departamento de Santander, el Clan del Golfo estaría amenazando a los docentes, lo que llevó a la suspensión de clases.
Al parecer, miembros de esa estructura delincuencial irrumpen en las aulas y, en medio de amenazas y torturas, intimidan a los docentes.
“Este grupo llega a los salones y amenaza y tortura a los profesores delante de los niños. Por eso, esa situación no la podemos seguir permitiendo”, dijo el mandatario departamental.
Ese mismo panorama también se estaría presentando en los municipios de San Vicente y El Carmen de Chucurí.
“Hemos recibido informaciones de inteligencia y hace poco señalaban que había sujetos de esta organización merodeando por estos municipios. No podemos permitir que estos grupos ilegales quieran seguir atemorizando a nuestra población”, argumentó.
Aguilar indicó que se necesita aumentar el pie de fuerza, sobre todo en inmediaciones del río Magdalena porque los criminales estarían aprovechando el afluente para movilizarse por la región y hacer el tránsito hacia Antioquia y el sur del Bolívar.