Semana.com logró establecer que en la tarde del pasado martes 2 de octubre Luis Calle Serna, el último de los jefes del llamado clan de los 'Comba', se entregó a la justicia de Estados Unidos y ese mismo día fue recluido en una cárcel en Nueva York. Se trata de Luis Enrique Calle Serna, alias ‘Combatiente’, el segundo del clan de los ‘Comba’, y quien junto a su hermano y al capturado ‘Diego Rastrojo’, dio origen a los ‘Rastrojos’. “Luis Enrique Calle Serna prefirió asegurar sus acercamientos con las agencias federales norteamericanas y someterse a la justicia de ese país”, dice el comunicado de la Policía, el cual añade que “Serna se convirtió en uno de los cabecillas más buscados a nivel internacional, vinculado a la producción y el tráfico de estupefacientes en departamentos como Valle, Chocó, Cauca, Norte de Santander, Guajira, Magdalena, Cesar, Antioquia y Nariño”. “La Policía Nacional supo que el ‘Loco’ Barrera era justamente quien proporcionaba la seguridad y la protección a alias ‘Comba’ en Venezuela, situación que cambió desde el 18 de septiembre, cuando el señalado narcotraficante cayó frente a una cabina telefónica en San Cristóbal. A partir de ese momento, la presión binacional lo fue cercando, por lo cual contactó a sus familiares en España, principalmente a su hijo Camilo, con el fin de notificarle su determinación de entregarse. Hecho esto, Calle Serna por intermedio de su abogado contactó a la DEA y pactó su sometimiento en Panamá, situación que se concretó hace 48 horas”, agrega la misiva.   Tras la entrega, el ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, aseguró que "estos criminales no tienen más opción".    "La presión de la fuerza pública no les da más espacio, y por ello terminan tomando la única opción que les queda y tal vez la mejor decisión que pueden tomar, someterse a la justicia”, afirmó el titular.A comienzos de mayo pasado su hermano Javier, alias 'Comba', ya se había entregado a las autoridades americanas como parte de un proceso de sometimiento. El 2 de junio el jefe de la estructura militar de ese grupo, Diego Pérez, alias 'Diego Rastrojo', fue capturado en una operación en Venezuela. Tras ese arresto y la reciente entrega del menor de los hermanos Calle Serna, llega a su fin la historia de uno de los grupos criminales más importantes de los últimos años. Los 'Comba' quedaron al frente del temida banda de los 'Rastrojos' tras el asesinato en febrero del 2008 en Venezuela de Wílber Varela, alias 'Jabón'. El sometimiento en mayo del mayor del clan, Javier, hizo parte de un arreglo con autoridades estadounidenses que incluía su colaboración para desarticular toda su organización y buscar el sometimiento de sus líderes, entre los que estaba su hermano Luis, que se encontró con agentes antinarcóticos en Panamá y de allí fue trasladado a Nueva York. Como parte de la colaboración de los 'Comba' actualmente también se adelanta un proceso con la justicia colombiana que busca el sometimiento de 25 de los hombres armados que conformaban los 'Rastrojos', “incluido José Leonardo Hortúa Blandón, alias ‘Mascota’, heredero de los ‘Rastrojos’, y cuyo segundo al mando José Leonel Rodríguez Guevara, alias ‘Pinky’, fue capturado por la DIJIN en un exclusivo sector del norte de Bogotá cuando se reunía con presuntos emisarios de la mafia mexicana para pactar negocios de narcotráfico y lavado de activos”. De acuerdo con la Policía, ‘Combatiente’ sobresale como el principal traficante de armas desde China y Europa, “donde adicionalmente estableció nexos para la distribución de alucinógenos en Holanda, España y Alemania”. Esa institución asegura que el narco extendió sus alianzas a los carteles mexicanos, e incluso a las guerrillas de las FARC y el ELN “para custodiar los laboratorios de procesamiento de cocaína y afianzar el dominio de las rutas, especialmente por el Pacífico y la frontera con Venezuela”. Alias ‘Combatiente’ nació en Cali el 16 de agosto de 1976 y tiene orden de captura en Colombia por nueve delitos, incluido concierto para delinquir, tráfico de estupefacientes y tráfico de armas. Por su paradero se ofrecía una recompensa de hasta 5.000 millones de pesos.