Dos peligrosos delincuentes acusados de homicidio se fugaron de las instalaciones del Distrito de la Policía del Espinal, confirmaron las autoridades este jueves.

El reporte oficial señala que el hecho se registró el pasado fin de semana pero sólo hasta ahora se dio a conocer a la opinión pública.

Según las versiones preliminares las dos personas dañaron las baterías sanitarias del lugar, rompieron la pared, abrieron un hueco y huyeron, sin que hasta el momento se haya podido lograr su recaptura.

Las autoridades confirmaron que se trata de Jhonatan Ortega Prieto, alias Gozzila, de 27 años, quien estaba detenido por el homicidio del mototaxista Anderson Silva Hurtado, víctima mortal de varios impactos de arma de fuego en junio de 2018 en el barrio Rojas, de Melgar.

Esta persona estaba detenida desde finales de noviembre de 2019, cuando fue capturado en Soacha (Cundinamarca) por una orden judicial emitida por el Juzgado Quinto de Control de Garantías de Ibagué por los delitos de homicidio agravado y fabricación, tráfico o porte ilegal de armas de fuego.

El segundo fue identificado como José Danilo Saavedra Castro, alias Película o Danilo, quien había sido capturado en marzo pasado por orden judicial por el Cuerpo Técnico de Investigaciones de la Fiscalía y de la Sijín de la Policía.

Se indicó que este delincuente, el 23 de mayo de 2021, habría participado en el asesinato de Jhon Jairo Moreno Núñez, en el sector El Canal de la vereda Patio Bonito, de El Espinal.

Según las investigaciones, alias Película habría recibido un millón 500 mil pesos por el crimen del hombre de 38 años, en un hecho que, al parecer, estaría relacionado con problemas pasionales.

Por este asesinato también fue imputado de cargos Franky Nicolás Moreno Sáenz, alias Bombolín, cuyo proceso se encuentra en etapa preparatoria.

Las autoridades municipales indicaron que en el centro de reclusión, de donde se fugaron los dos delincuentes, enfrenta una delicada situación de hacinamiento, ya que tiene una capacidad para 20 personas y hay más de 45 detenidos.

Otros hechos

No es la primera vez que se registra una fuga de presos en el departamento de Tolima. En 2021 las autoridades descubrieron que cinco internos de la Permanente Central de la Policía abrieron un boquete en el techo del lugar, por donde se fugaron.

En esa oportunidad varios lo hicieron, uno de ellos, Diego Fernando Soto Bohórquez, alias Ojo Picho, capturado el 6 de diciembre de 2020 en una población del departamento del Meta, tras ser buscado por los delitos de feminicidio agravado y porte ilegal de armas de fuego. En dicho delito, la víctima fue una niña de apenas 15 años de edad, crimen ocurrido en septiembre de este año en la Urbanización Nueva Castilla, de Ibagué.

Se información oficial este hombre era uno de los líderes del grupo delincuencial común organizado conocido como Los Arroceros, banda que fue desarticulada el 22 de octubre del año pasado. Esta persona presenta otra orden de captura, además, por el delito de concierto para delinquir con fines de tráfico, fabricación y porte de estupefacientes.

Las autoridades indicaron que en el centro de reclusión de donde se fugaron los dos delincuentes en el Espinal enfrenta una delicada situación de hacinamiento, ya que tiene una capacidad para 20 personas y hay más de 45 detenidos. (Foto referencia) | Foto: Hacinamiento en Cúcuta

Según la Fiscalía, alias Ojo Picho, presenta, además, registros en la base de datos de la Fiscalía por tentativa de homicidio, uno más por fuga de presos y uno por el delito de hurto.

Soto Bohórquez era requerido por el Juzgado Séptimo Penal Municipal de Garantías de Ibagué, cuya investigación adelanta la Fiscalía 11 Seccional de la Unidad de Vida.

Los otros cuatro fugitivos fueron identificados como Jhonny Anderson Aguirre Muñoz, Juan Felipe Arévalo Cruz, de quien se dijo pertenece aparentemente a la banda Los Arroceros; Marcos Andrés Bonilla Trujillo, señalado por las autoridades metropolitanas de pertenecer a la banda Los Músicos, dedicada al hurto a residencias, y Ronald Giovanni Cuenca Bolívar, presunto integrante del grupo delictivo denominado Los Persas.

Estos hechos se suman a los recientes escándalos por la fuga de presos como el del jefe de la banda criminal Cordillera Sur, Juan Larinson Castro Estupiñán, alias Matamba quien se fugó de la Picota.

Es uno de los más temidos criminales del Clan del Golfo, pedido en extradición y de quien hace apenas unas semanas se supo que tenía retenidos a un grupo de militares en Nariño.

Un video tomado por las cámaras del circuito cerrado de la cárcel, conocido en su totalidad por SEMANA, se convirtió en la prueba reina de la manera como este señalado narcotraficante logró escapar de uno de los penales más importantes del país.

En la grabación se ve, a la 1:04 a. m., cómo Matamba sale de su celda, uniformado de pies a cabeza y con una chaqueta negra con capota. Habla con un guardián del Inpec, quien, consciente de las cámaras, se ubica de forma tal que no quede registrado. La puerta de la celda no tenía candado ni cerrojo, la abrió como si se tratara de su casa.

Matamba se ve solo, pero siempre a unos metros de distancia se nota que recibe instrucciones del guardia, a tal punto que en un momento toma el camino equivocado y luego de unas señas corrige el rumbo hacia su salida. Las cámaras lo siguen por los pasillos del patio de la Unidad de Medidas Especiales, mientras sus compañeros duermen en las celdas.

Las imágenes se ven oscuras por la complicidad de la noche. No hay ninguna señal de alerta, todo parece normal mientras Matamba avanza. Al final, levanta la mano en señal de aprobación y casi de despedida cuando logra uno de sus objetivos. Otras cámaras, al parecer, fueron manipuladas para que no quedara prueba, incluso en algunos pasajes se ven imágenes borrosas.

Su salida no tuvo inconvenientes. Por las altas horas en las que sucedió la fuga, no hubo mayores tropiezos en cada uno de los controles de seguridad. Sus cómplices se encargaban de ayudarlo para cruzar las puertas sin reparo alguno, dando a entender que quien iba pasando era uno más de la guardia.

A la salida, Matamba se despidió de sus “compañeros” diciendo que terminaba turno y que ya se iba para su casa. Afuera de La Picota había un vehículo esperándolo, en el que emprendió la fuga.