Durante la sesión plenaria de la Cámara de Representantes fue hundido este miércoles el proyecto de ley que pretendía otorgar a los trabajadores una licencia de luto de dos días por la muerte de la mascota de compañía.
El proyecto fue presentado por el representante a la Cámara del Partido Liberal, Alejandro Carlos Chacón, y tenía como finalidad que el trabajador informara al empleador que dentro de su núcleo familiar existía un animal de compañía doméstico para poder acceder al beneficio.
El hecho fue aplaudido por el representante del Centro Democrático, Christian Garcés, quien de acuerdo con Noticias Uno, dijo que: “En Cámara de Representantes algunos insisten en aumentar costos a empresas. Intentaron aprobar licencia remunerada de hasta 5 días por muerte de una mascota. Hoy con nuestro voto hundimos esa iniciativa y así lo haremos con todo proyecto que ponga en riesgo generación de empleo e ingresos”.
De haber pasado el proyecto, el trabajador debía entregar una prueba que demostrara el deceso del animal de compañía, pues si se establecía la falsificación de este documento, podría ser sancionado.
“El empleador no estará obligado a otorgar la licencia remunerada por luto de dos días por la muerte del animal de compañía doméstico cuando el trabajador no cumpla con lo establecido”, explicaba el proyecto.
Y es importante tener en cuenta que esta licencia no aplicaba para los animales de la fauna silvestre y exótica.
El argumento del autor de este proyecto es que: “El vínculo sentimental entre humanos y animales domésticos de compañía es cada vez más importante para las personas. En consecuencia, cuando el animal fallece se genera una afectación emocional considerable en el ser humano. Razón por la cual es importante que las personas puedan asumir el duelo y sus diferentes etapas, en particular la primera fase, en un tiempo y espacio íntimo en el que compromisos o tareas laborales no inmiscuyan en ese proceso de aceptación y de traumatismo emocional”.
¿Cómo superar la muerte de una mascota?
Desde hace 100 años la psicología ha abordado el duelo y ha señalado que cualquier tipo de pérdida tiene una respuesta emocional.
El fallecimiento de una mascota no podría ser la excepción. Mientras que las relaciones humanas son difíciles, los animales de compañía, como perros y gatos, han demostrado, especialmente en tiempos de pandemia, su disponibilidad y afecto incondicional. De hecho, un estudio reciente, publicado en el Journal of Veterinary Behaviour, indica que los animales domésticos han representado beneficios para la salud mental, física y emocional de las personas durante el confinamiento.
Cada vez es más frecuente ver familias que les otorgan un lugar privilegiado en el hogar, por lo que cuando mueren se genera una conmoción por la partida de aquel ser que era símbolo de tranquilidad y afecto, que ayudaba a mitigar los momentos difíciles.
Es importante entender el duelo como el tiempo y el conjunto de actividades que se implementan para recuperarse de esa ausencia. Según el doctor Paulo Daniel Acero, psicólogo de la Universidad Nacional y miembro del Colegio Colombiano de Psicólogos, aquellas personas que asumen mejor esos procesos frente al luto tienen la posibilidad de salir fortalecidas y con una mejor perspectiva. “Las lecciones no son iguales para todas las personas, dependen mucho de diferentes factores, como si cuando perdí a ese animal de compañía quedé solo o no y si cuento o no con redes de apoyo. Todo eso va a influir en lo que cada cual extraiga de esa situación”, dice.
Según el estudio Posttraumatic Growth Following the Loss of a Pet, realizado por el departamento de Psicología de la Universidad de Palo Alto, en California, después de perder a una mascota, muchos de los participantes presentaron una mejoría en su capacidad para relacionarse con los demás, más fortaleza personal y mayor apreciación de la vida. Esta y otras investigaciones exponen que los aprendizajes después de este tipo de pérdida están orientados a vivir de una manera distinta y a replantear la exteriorización de las emociones.
Como cada vez se habla más de la cultura del duelo, es decir, ese conjunto de prácticas para dar sentido de estabilidad y seguridad tras una pérdida. La sociedad comienza a reconocer que también es válido lamentarse y dolerse por el deceso de una mascota, en especial cuando los que suelen estar más apegados a ellas son adultos mayores, quienes muchas veces no tienen otra compañía, y los niños. En el caso de estos últimos, es una oportunidad para enseñarles cómo se hace un duelo, pues puede ser su primera experiencia para entender la mortalidad, incluso antes de que pierdan a un ser querido.
“No se trata de reemplazar al animal fallecido”, como explica el doctor Acero, sino de demostrarles que, a pesar de la aflicción, hay maneras para seguir adelante. De no manejarse bien esta situación en los menores, puede dar origen a traumas o problemas de salud mental profundos y de largo alcance.
Para enfrentar la desaparición de ese querido perro o gato no basta con el paso del tiempo. Como en cualquier otro luto, son indispensables actividades que ayuden a cerrar el ciclo de esa relación que ya no forma parte de la cotidianidad. Un ritual de despedida, una carta o recolectar recuerdos pueden servir. Además, es conveniente expresar lo que se está sintiendo, bien sea con personas cercanas, grupos de apoyo o por medio de ayuda profesional. Lo más importante es tener presente que el dolor, el sufrimiento y la muerte son parte de la vida.