Es bien sabido que los parlamentarios tienen cuatro meses de vacaciones, aunque algunos lo llaman “trabajo en las regiones” y también es cierto que en la semana las sesiones presenciales por lo general son los martes, miércoles y jueves.
Actualmente, hay 108 senadores y 188 representantes a la cámara y hace poco más de 2 meses hubo una “renovación”, que también terminó con muchas caras conocidas, pero que le permitió aumentar la imagen favorable del legislativo al 25%, pero la desfavorable se mantiene en el 66%.
En las calles, Juan Diego Alvira conversó con varios ciudadanos y les preguntó ¿Qué se le viene a la mente cuando le hablan del Congreso? “Oportunidad”, “Incertidumbre”, “desastre”, “vagancia”, “mentirosos”, fueron algunos de los calificativos que utilizaron.
Será en el Congreso donde se le dará forma a las reformas que está proponiendo el gobierno de Gustavo Petro, que no son pocas, pues se pretende dar un revolcón a la manera como hasta ahora ha funcionado el Estado.
Las prioridades, las iniciativas que hoy tienen mensaje de urgencia, son la Reforma Tributaria y la Reforma al Código electoral. Pero son 11 las propuestas de iniciativa gubernamental y parlamentaria que están haciendo fila para el debido trámite en el Congreso.
En medio de estos desafíos: ¿Qué hace un congresista en un día? ¿Les alcanzará el tiempo?
El presidente del Congreso, Roy Barreras, con calendario en mano, dijo que tenían los tiempos justos para sacar esas iniciativas adelante, pero eso sí siendo juiciosos y disciplinados en el trámite de las iniciativas que ya en el pasado se han hundido por el famoso “ausentismo”.
En su visita al Congreso, Juan Diego se dio cuenta de que hay unos congresistas que son “camelladores” pero también se sabe que algunos trabajan muy poco.
Pasadas las 10 de la mañana se encontró con el senador Roy Barreras que le dijo a Juan Diego que a las siete de la mañana había tenido una reunión con el Fiscal General y con el director del DAPRE, Mauricio Lizcano, evaluando la posibilidad de monetizar rápidamente los bienes incautados por la Sociedad de Activos Especiales, para invertir esos recursos en programas sociales. También tuvo una reunión con Ascun, la asociación de universidades.
En la Comisión Primera estaba citado el ministro de Defensa, Iván Velásquez, para discutir la posible eliminación del servicio militar obligatorio. Allí, aunque Roy Barreras permitió que el micrófono de Juan Diego lo acompañara durante todo el día, en algunos momentos lo tapó para coordinar asuntos, quizá secretos, con algunos colegas parlamentarios.
Hubo tiempo para un almuerzo corto, unos sanduches con papas, junto a su equipo de trabajo en uno de los patios del Congreso. Eso sí, el senador Barreras prefirió una gaseosa, que un jugo, quizá más adelante se le encarecerá el mercado con el impuesto a las bebidas azucaradas que se propone en la reforma tributaria.
En la tarde se reunió en su oficina con algunos ministros del gobierno de Gustavo Petro, recuerden que el senador Barreras hace parte de la coalición del presidente Petro e incluso tuvo un encuentro con ciudadanos que estaban preocupados por asuntos de vivienda.
Y justo cuando Juan Diego le ponía el ojo al funcionamiento del Congreso, el senador Barreras decidió llevar a la plenaria a su perro “Covid” que según contó lo rescató justo cuando empezó la pandemia y ahora acompaña a su familia. La jornada terminó a las 8 de la noche.
Conclusión: probablemente el sueldo de un congresista esté justificado a juzgar por el ritmo que se encontró Juan Diego en el legislativo, sin embargo, para nadie es un secreto que no todos los días funciona así, quizá solo los martes y los miércoles.