La Operación Esperanza, que adelantaron las Fuerzas Militares para encontrar a los cuatro niños perdidos durante cuarenta días en la selva del Guaviare y Caquetá, no terminó con su hallazgo el pasado 9 de junio. Las pesquisas continuaron porque hacía falta dar con el paradero de ser fundamental en la consecución del objetivo: el perro belga malinois Wilson.
A través de diversos mecanismos, las Fuerzas Militares han buscado sin éxito al canino. Actualmente, un equipo de 70 uniformados apoyados por dos perras en celo están tratando de ubicarlo, al tiempo que sus entrenadores, en Bogotá, esperan que esté usando “su instinto de caza” para sobrevivir.
Pese a que las Fuerzas Militares han indicado que la Operación Esperanza no concluirá hasta dar con la ubicación de Wilson, surgió una información que abre la posibilidad a la suspensión de la búsqueda del canino, pues con cada día que pasa se van desvaneciendo las posibilidades de hallarlo.
Supuestamente, de no haber resultados pronto sobre su paradero, la búsqueda sería suspendida, ya que la cantidad de hombres y recursos dispuestos para esta tarea no es poca.
Sin embargo, las Fuerzas Militares respondieron de manera contundente a SEMANA acerca de la posible suspensión de la Operación Esperanza para encontrar a Wilson: “La búsqueda continúa”.
“Hoy, 24 de junio, a las 9:37 a.m., no se ha dado ninguna orden o instrucción de suspender o detener la búsqueda”, indicaron, descartando que estén contemplando frenar las pesquisas para dar con el paradero del canino.
La esperanza está viva
El soldado Elvis Porras, instructor canino de la Escuela de Ingenieros Militares, donde se formó Wilson, tiene esperanza que el perro aparezca y que aún se encuentre con vida.
“Es un perro muy fuerte, muy bien formado, tenemos la confianza de que esté vivo todavía”, dijo Porras, quien está a la espera que este pastor belga de seis años esté “despertando su instinto de caza para sobrevivir”; al fin y al cabo es “descendiente directo del lobo”.
De acuerdo con la información de las Fuerzas Militares, además de las perras en celo, se ubicaron estratégicamente raciones de comida que permitirán mantener al animal con fuerza y, también, algunas prendas del guía en lugares “a donde puede llegar la tropa”.
Así las cosas, la institución espera que ‘Wilson’ siga el olor de la ropa guía y sea más fácil dar con su paradero, puesto que los perros tienen entre 200 y 300 millones de receptores olfativos.
La desaparición
Según las declaraciones del general Helder Fernán Giraldo Bonilla, comandante de las Fuerzas Militares, ‘Wilson’ se encontraba bajo el cuidado de su guía canino, el soldado profesional Cristián David Lara Cuaran, cuando se extravió debido a la complejidad del terreno, la humedad y las difíciles condiciones climáticas en la zona de búsqueda.
De acuerdo con el general Giraldo, los niños rescatados informaron que estuvieron con ‘Wilson’ durante algunos días y que el perro se encontraba en un estado delgado. Es probable que ‘Wilson’ haya intentado regresar a su compañero, Lara, y se haya desorientado nuevamente debido a la falta de comida y agua adecuada.
Entre los soldados que buscan a Wilson está Cuaran, quien se niega a abandonar la búsqueda, ya que ha sido compañero de ‘Wilson’ durante más de tres años. El general Giraldo enfatiza en que la orden es clara: no se dejará a ningún soldado atrás.
Antes del exitoso rescate de los cuatro niños indígenas, se informó que dos unidades militares avistaron al perro en el área y trataron de llamarlo, pero sin éxito. A pesar de este encuentro, su comportamiento sigue siendo un misterio, pues el perro huyó cuando intentaron acercarse a él, según confirmó un oficial.