Una fuerte preocupación hay en la Fuerza Pública por el hurto de 11 toneladas de explosivos que se dio en las últimas horas de una fábrica en Uramita, Antioquia.
El director de la Policía, el general Henry Sanabria, reveló que con el material que se llevaron los delincuentes se pueden armar 12 mil bombas, sobre las hipótesis dijo que los explosivos podrían ser utilizados en minería ilícita, para presionar a quienes no paguen extorsiones o en ataques contra la Fuerza Pública.
Indicó que sobre los responsables del robo ya se tienen unas primeras pistas que se están validando con los investigadores que fueron asignados al caso.
“Esperamos tener resultados pronto porque tenemos que recuperar estos elementos (…) la información fundamental que se tiene apunta a un grupo delincuencial que delinque en este sitio, pero sí tenemos informaciones de la autoría de este hecho”, manifestó el oficial.
De igual manera, indicó que “mover esta cantidad de elementos requiere una coparticipación importante (…) las personas que se encontraban en ese sitio infortunadamente fueron copadas, tenemos la obligación de recuperar esos elementos, ya hay imágenes que se han recolectado”.
Quien alertó en un primer momento sobre el hurto de los explosivos fue el gobernador de Antioquia Aníbal Gaviria, quien dijo que “por información preliminar que hemos tenido podría tener algunos infiltrados dentro de esa organización que podrían haber facilitado ese robo del material explosivo. Ya hemos estado en constante comunicación con los organismos de seguridad y justicia. La Gobernación de Antioquia ha dispuesto la recompensa de 60 millones de pesos para quienes nos den información que nos aclaren el hecho y nos pueda llevar a la recuperación de esta dinamita y el día de mañana voy a presidir un consejo de seguridad para abordar esta temática”.
La empresa responsable del explosivo es Chec, que está enfilada en la concesionaria Autopistas Urabá S. A. S. y encabeza la construcción del proyecto Autopista Mar Dos, entre las subregiones del occidente y el Urabá.
En la zona hace presencia el Clan del Golfo, organización criminal que ha pedido pista para ‘aterrizar’ en lo que el gobierno ha llamado la paz total, con lo cual busca acuerdos o negociaciones con los diferentes actores criminales del país.
Es de recordar que el Clan del golfo sufrió uno de sus más duros golpes el mes de octubre del año pasado, cuando en un operativo de la Fuerza Pública fue capturado su máximo cabecilla, alias Otoniel.
Luego de su detención, el país se sumergió en un espiral de violencia, en donde las diferentes estructuras que hacen parte del Clan del Golfo emprendieron lo que denominaron un plan pistola, es decir, asesinar a policías en retaliación a la captura de Otoniel.
De manera paralela ordenaron paros armados en diferentes departamentos, generando caos, temor y zozobra con la quema de vehículos, ataques contra integrantes de la Fuerza Pública y amenazas contra quienes no acataran sus órdenes.
La situación fue tan compleja, que luego de varias reuniones, el gobierno de turno y los comandantes de la Fuerza Pública decidieron crear un bloque de búsqueda, al estilo de los años 90, cuando se unieron distintas unidades para buscar al temido capo del narcotráfico Pablo Escobar.
En esta ocasión, el bloque de búsqueda tenía como propósito ubicar y capturar a quienes estaban ordenando los paros armados y habían declarado como objetivos a los integrantes de la Policía.