Al aeropuerto La Nubia, de Manizales, le llaman coloquialmente ‘Sal si puedes’, debido a las demoras y tropiezos que hay para salir de esa terminal que permanece cerrada la mayor parte del tiempo por problemas metereológicos, y alrededor del cual se está intentando, desde hace más de una década, buscar una solución. Es más, la idea del aeropuerto del Café, en el municipio de Palestina, ubicado en el mismo departamento (Caldas), viene rondando desde 1977.

Del Eje Cafetero, zona muy apetecida por los turistas, tanto nacionales como extranjeros, y una región que pinta como un polo de desarrollo para varios sectores de la economía, forman parte otros departamentos, como Quindío, cuyo aeropuerto El Edén, ubicado en Armenia, si bien tuvo recientes inversiones para adecuar sus espacios y modernizar la torre de control, está quedando ya muy pequeño para la demanda de pasajeros y la llegada de nuevas aerolíneas.

En consecuencia, el aeropuerto del Café parecía ser una esperanza para la movilidad aérea hacia el Eje Cafetero, pues ya estaba andando la obra, con un contratista escogido para la primera fase del proyecto.

Pero Colombia una vez más se equivoca con la elección de contratistas, como sucedió con el famoso aeropuerto del Café, una controvertida obra que tiene seguidores y oponentes, y que ahora vuelve a quedar en el limbo.

La Contraloría hizo un seguimiento al tema desde 2018, pues la inversión prevista en la obra es de 531.000 millones de pesos que deben ser aportados entre la nación y la región. Y, recientemente, el ente de control destapó la persistencia en los retrasos y los enredos existentes para la evolución del proyecto, alertando inclusive sobre el riesgo de que la obra quede inconclusa.

Luego de que el Gobierno nacional ordenara la liquidación del contrato, el Ministerio de Transporte salió a mostrar las cuentas y a decir que la plata está segura en una fiducia. “El anticipo por la suma de 42.049 millones de pesos se encuentra en una Fiducia, sujeta a las reglas previstas para su desembolso. En cuanto a los desembolsos al contratista, a la fecha se han girado con cargo al anticipo la suma de 16.066 millones de pesos, y de este monto se han amortizado 1.138 millones. Actualmente, se encuentran en revisión actas de avance de obra por valor aproximado de 7.378 millones de pesos, de las cuales se efectuará el respectivo cruce para el amortizar los valores faltantes del anticipo. La diferencia entre el valor total del anticipo ($42.049 millones) y el valor girado ($16.066 millones), se encuentran en la Fiducia constituida por el contratista para el correcto manejo del anticipo”.

Aeropuerto La Nubia, de Manizales.

Muchas preguntas

Pese a esa especie de ‘parte de tranquilidad’, muchas son las preguntas que surgen ahora. ¿Se salvará el proyecto de construcción del aeropuerto del Café? ¿Por qué Colombia sigue fallando en contratación pese a tantos anuncios de blindaje, como los contratos Tipo? Pero lo más importante que deben exigir los colombianos que se responda es ¿hasta cuándo el país seguirá en el mismo camino de contratar firmas que, como esta, han sido multadas por incumplimientos y otras situaciones? ¿Un nuevo retraso es un perjuicio más para el proyecto y encarecerá más la obra?

Un engaño

Para poner esas preguntas en el debate, SEMANA consultó al contralor delegado en infraestructura (ad hoc), para llevar este caso, Gabriel Adolfo Jurado.

SEMANA: Los colombianos nos estamos preguntando qué viene ahora después de la liquidación del contrato. El MinTransporte dijo que la plata está segura. ¿Cómo ve usted el panorama?

Gabriel Jurado (G. J.): Este contrato se diseñó con la constitución de un patrimonio autónomo en el que se transfirieron los recursos. Efectivamente, la plata, en principio, no se va a perder, porque no se puede pagar hasta tanto no se dé cumplimiento de los términos del contrato.

El contratista llegó a un avance cercano al 14 %. La excavación que alcanzaron a hacer los contratistas perfectamente se va a amortizar con ese anticipo que se entregó.

La gran afectación es el engaño que este contratista le hace al Estado, cuando presenta una oferta con unos precios y después empieza a alegar que las condiciones técnicas que tienen los términos de referencia, que han sido cambiadas y entonces ya el contrato no vale esa plata. Hace una solicitud de reajuste por casi el 30 % del valor del contrato. Una compañía grande no se equivoca en una magnitud de esas.

Muchas empresas lo que hacen es licitar a bajos precios para obtener el contrato y después pedir reajustes.

SEMANA: Y encima de todo demandaron a las entidades del Estado relacionadas con el tema.

G. J.: Los señores pretendieron que se hiciera un otrosí para alargar los plazos del contrato y evitarse la multa por 28.000 millones de pesos por incumplimiento del hito 2 (movimientos de tierra que debían cumplirse el 28 de marzo).

Presentan una demanda arbitral y creemos que pueden reformarla para incrementar su valor, alegando el tema técnico mencionado como alegato (el llamado manto drenante, por el cual están pidiendo $51.000 millones).

¿Se puede salvar?

SEMANA: Usted ha mencionado algunos perjuicios en este caso, pero no menciona el tiempo perdido. Liquidación del contrato suena a echar reversa y empezar de nuevo desde cero con el aeropuerto.

G. J.: Usted acaba de mencionar el gran perjuicio. Yo creo que la obra debe seguir porque Manizales tiene una necesidad inmediata de tener un aeropuerto alterno a La Nubia. Este aeropuerto sería el más importante para Manizales, pero, de paso, ayudaría mucho a toda la región del Eje Cafetero.

El gran perjuicio es porque esta orden de liquidación detiene la marcha, justo por el incumplimiento.

La Contraloría General venía haciendo seguimiento desde 2018 y advirtiendo sobre incumplimientos. | Foto: Revista Semana

SEMANA: Honestamente, ¿el aeropuerto se puede salvar?, ¿qué debe seguir?

G. J.: El aeropuerto se puede salvar, pero claramente lo que debería seguir, una vez quede en firme la terminación de este contrato, es que se abra una nueva licitación para que termine la excavación que el contratista no hizo y que haga la primera parte de la obra. Debían mover entre 6 y 7 millones de metros cúbicos afinando el terreno. Ya había otras excavaciones que se hicieron en 2010-2011 cuando se hizo la primera fase.

En Colombia se eligen contratistas, pese a estar sancionados

SEMANA: Se habla de que el contratista para el aeropuerto del Café tenía otras demandas por incumplimiento, ¿por qué eso no se tiene en cuenta al elegirlos?

G. J.: Ahora que se abra la nueva licitación, la idea es que inhabiliten a aquellos contratistas que tengan vigente una demanda en contra de la entidad.

SEMANA: ¿Por qué volvemos a cometer los mismos errores con los contratistas? Eso es parte del problema por el cual no avanzamos en infraestructura.

G. J.: Desafortunadamente así es, pese a que en los últimos gobiernos se introdujeron herramientas como los pliegos Tipo, siempre se cuelan, porque son compañías con experiencia técnica.

Pero sí debería haber en Colombia prohibición para que contratistas multados o que demanden al Estado no puedan participar licitación.

Para este contratista no es el único caso. Ellos tienen multas en la Aerocivil, en la agencia Virgilio Barco por incumplimiento en plazos de la entrega de los edificios de la Memoria Histórica en Bogotá. Tienen antecedentes de incumplimiento.