Este viernes, un juez de Paloquemao impuso una condena por corrupción sin precedentes en la justicia colombiana. El exalcalde de Bogotá Samuel Moreno Rojas fue sentenciado a 39 años y 8 meses de prisión por las irregularidades que rodearon la fase tres de TransMilenio, malla vial y valorización.La sentencia supera por mucho el primer caso que lo enfrentó a la justicia. Ya había sido encontrado responsable del desfalco a través de un contrato para el servicio de ambulancias y por el que recibió, en 2016, una sentencia de 18 años de cárcel. Tras una apelación, el Tribunal Superior de Bogotá le subió el monto a 24 años. El exalcalde fue sancionado además a pagar una multa de 50.000 salarios mínimos legales vigentes y además de una inhabilidad para ejercer cargos públicos de por vida. En los próximos meses Moreno deberá seguir concurriendo ante los jueces escoltado por los agentes del Inpec que suelen trasladarlo desde la Escuela de Caballería del Ejército –donde continuaría purgando su condena– hasta el despacho judicial que lo requiera. El nuevo fallo provino del juez 11 de conocimiento quien durante varios años escuchó los testigos y valoró las pruebas que la fiscalía presentó contra Moreno, para finalmente concluir este viernes que el exalcalde es responsable de los delitos de peculado por apropiación, concusión e interés indebido en celebración de contratos. La colección de delitos -ya prescribió el de cohecho propio- terminó por configurarle una pena más severa de la que ya purga.Le recomendamos: Las deudas de los protagonistas del carruselEl togado explicó que su despacho contaba con abundante evidencia, documental y testimonial, para concluir que Moreno Rojas desde su posición como alcalde (2008-2011) usó el Instituto de Desarrollo Urbano, la Secretaría de Desarrollo Social y la Secretaría de Salud para pagar con contratos compromisos que adquirió en campaña y para desfalcar al distrito. En varios de los episodios el juez resaltó que el alcalde Moreno actuó concertado con su hermano Iván Moreno Rojas, también condenado por corrupción.Aunque el excongresista Iván Moreno, preso en la cárcel de San Gil, aparece como el cerebro de las operaciones de corrupción ni siquiera contra él la justicia fue tan drástica. La sentencia que purga llega a 14 años de cárcel. El juez explicó que los multimillonarios contratos eran esquilmados en cerca de un 10 por ciento, tajada que terminaba repartida entre “la casa Moreno”, intermediarios, concejales y otros funcionarios de la Alcaldía.Uno de los rubros afectados por la corrupción de la administración Moreno fue el contrato 137 de la malla vial proyectada para la fase tres de TrasMilenio. Dicho contrato era por 315.000 millones de pesos y su anticipo era del 30 por ciento, esto es, unos 85.000 millones de pesos que recibió el grupo Nule adjudicatario de la obra.Puede leer: ¿Estará descontaminado el río Bogotá en ocho años?El contratista debía amortizar ese anticipo con la ejecución progresiva del proyecto pero esa correspondencia no se vio (como se sabe, el Grupo Nule invertía en otros asuntos los anticipos que recibía). Ante la falta de cumplimiento lo que procedía era que la administración activara una póliza que podría ascender a 68.000 millones de pesos de respaldo, pero –según lo relató el juez– Moreno le exigió al contratista Miguel Nule 5.000 millones de pesos a cambio de que el IDU no procediera a activa el reclamo vía póliza.El juzgado señaló que la reunión en la cual Moreno habría hecho la exigencia ocurrió en un salón VIP del aeropuerto El Dorado, y que varios de los testigos, incluyendo al propio Miguel Nule, lo refrendaron ante el estrado. También la Fiscalía aportó los registros migratorios de los implicados que dan cuenta de que efectivamente el día de la señalada reunión estos se cruzaron en el aeropuerto.“Moreno Rojas abusó de su poder”, dijo el juez quien explicó que tras la exigencia, Moreno invadió la órbita del IDU, una entidad descentralizada, para lograr que no procediera el incumplimiento y revocatoria del contrato, además del cobro de la póliza. La influencia del entonces alcalde habría sido determinante para retorcer los instrumentos legales que blindan el erario, y a cambio abrir un espacio al contratista a través de los otrosí 5 y 6 que le surgieron al cuestionado contrato.El juez también trajo a colación el testimonio de Héctor Julio Gómez, uno de los contratistas involucrados en el carrusel de corrupción quien señaló que había ayudado a la campaña a la alcaldía de Moreno y que este había asumido el compromiso de incidir la asignación de contratos en el IDU y en varias secretarías. “Yo nunca le entregué plata directamente a Samuel Moreno, pero él era como el espíritu santo, estaba en todas partes, sin él los contratos no avanzaban y para eso había que cumplir con el pago de porcentajes para que estos fueran asignados”, dijo Gómez quien también puso en medio del esquema de corrupción al hermano del exalcalde, Iván Moreno Rojas.Lea también: Metro de Bogotá: estas son las cuentas que enredan a PeñalosaAsí mismo el juez reprochó la conducta de la entonces directora del IDU, Liliana Pardo Gaona y de Inocencio Meléndez, a través de quienes se traficaba información reservada para lograr que ciertos proponentes resultaran ganadores a la fija. En la telaraña también fue incluido Emilio Tapia, entre otros nombres atados al carrusel complejo entramado de corrupción. En la decisión, el funcionario judicial compulsó copias para investigar al exalcalde Luis Eduardo Garzón por su presunta participación en la celebración irregular de contratos durante su administración. El funcionario judicial señaló que habría omitido sus funciones de control frente al contrato 137: reparación de la malla vial. También pidió investigar a los altos funcionarios que acompañaron a Moreno durante su administración, así como a Conalvías y a varias empresas contratistas.En su nuevo panorama judicial, Moreno además de pagar sus dos sentencias seguirá compareciendo en Paloquemao frente a otros tres casos en los que también figura como protagonista acusado de corrupción su alcaldía.