Tras 25 años de la muerte de Luis Carlos Galán, y a pesar de su memorable legado en la lucha contra el narcotráfico, académicos y analistas convergen en un mismo punto: la guerra contra las drogas ha sido un rotundo fracaso en términos de costos económicos y humanos.  El asesinato del líder político dio inicio a una lucha contra el tráfico de estupefacientes en el país. Una batalla que derivó en una vorágine de violencia que acabó con casi toda una generación política en un intento por controlar el fenómeno del narcotráfico. Pero ¿qué tanto hemos avanzado en las políticas antidrogas? Este fue el tema analizado el miércoles en la tercera emisión de Semana en Vivo, programa que conduce María Jimena Duzán y se transmite de lunes a viernes por Cablenoticias. La política antidroga se debe reformar. Esa fue la principal conclusión del Gobierno luego de que se entregó el informe de monitoreo de cultivos de coca del 2013, elaborado por la ONU, en el cual se mostró que no hubo variación en el área de cultivos ilícitos entre el 2012 y el año pasado. Uno de los tantos indicadores que respaldan la necesidad de reestructurar la estrategia que ha enmarcado esta lucha.   "El país se embarcó en una lucha contra un monstruo que no estábamos preparados para enfrentar. Un monstruo que tenía unos recursos enormes (...) el país se dejó meter en esa lucha y sólo ahora, 25 años después, estamos empezando a entender que las políticas que se han implementado no han servido y han resultado costosas", manifestó Daniel Mejía, director del Centro de Estudios sobre Seguridad y Drogas.  Esta misma premisa fue respaldada por el director de Dejusticia, Rodrigo Uprimny, quien destacó la actitud de Galán y su intento por distinguir el tema de las políticas frente a las drogas, de la lucha contra las mafias. "Uno las colapsa. Las mezcla porque las principales mafias que se han desarrollado han estado asociadas al narcotráfico. Pero distinguir los dos temas es clave porque la no distinción ha hecho que se haya marcatizado en Colombia a mucha gente que no tenía ningún vínculo con el narcontráfico pero que quiso tener políticas más inteligentes frente a las drogas".  El caso del exfiscal Gustavo de Greiff permite ilustrar la estigmatización que deben enfrentar aquellos que se atreven a proponer unas políticas que salen del esquema de regulación global. "En el año 93 planteó un debate sobre la legalización. Todo el mundo lo vinculó con un cartel, lo cual es ilógico porque la legalización es el golpe más fuerte al narcotrafico", manifestó Uprimny. Al igual que la actual política mundial contra las drogas, el caso colombiano se ha ajustado a un ejercicio de carácter represivo y prohibicionista. La espina dorsal de la lucha contra el narcotráfico se ha estructurado bajo los conceptos de extradición, interdicción y aspersión.  Estas medidas no arrojan los mejores resultados y, por el contrario, como resalta Daniel Mejía, estrategias como la aspersión comprometen el medio ambiente, los animales, la salud de los habitantes y dinamitan su confianza y su visión de las instituciones del estado.  Al menos el 58% de los líderes de opinión del país comparte esta misma posición. Hace algunos días la firma Cifras y Conceptos presentó un informe sobre las políticas contra las drogas y uno de los resultados que arroja el trabajo es que más de la mitad de los encuestados consideran que la aspersión con glifosato se debe eliminar.  Así mismo, para Juan Gabriel Tokatlián, sociólogo de la Universidad Torcuato Di Tella, las evidencias empíricas son muy concretas, el "problema de la fumigación tiene, entre otros, el hecho de que puede llegar a brindar victorias pírricas".  El debate sobre los avances que ha dado el país en las políticas antidrogas sigue abierto. Ya que Colombia aún no cuenta con una política efectiva que permita ponerle fin a este flagelo. No se pierda Semana en Vivo, de lunes a viernes a las 8:00 p. m. en streaming por Semana.com y en vivo por Cablenoticias. Tweets sobre "#GalánVive @semanaenvivo"