EDITORIAL
Es cierto, SEMANA cambió. Nuestro proceso de transformación está en marcha y continuará.
Somos conscientes de que desconocer la realidad de la modernización, los avances tecnológicos y su impacto disruptivo en los medios de comunicación solo nos garantizaría el fracaso. Desde hace un año, iniciamos un proceso de transformación digital para adaptarnos a los nuevos retos de un mundo que exige innovación. No podemos tenerle miedo al cambio.
Mientras que algunos ven la democratización de la información como una amenaza, nosotros la vemos como una oportunidad. A quienes decidieron no acompañarnos en esta nueva etapa, todo nuestro respeto y agradecimiento. A los cientos de colaboradores de esta casa editorial que entienden y creen en la evolución, infinitas gracias. A las nuevas generaciones de periodistas, bienvenidos. Esta será siempre su casa y una escuela donde podrán crecer.
La transformación tecnológica es necesaria para crear un modelo eficiente de distribución de contenidos. Pero lo más importante será cómo abordaremos el periodismo. De acuerdo con la última encuesta de Invamer Gallup, solo el 39 por ciento de los colombianos tienen una opinión favorable de los medios de comunicación, mientras que hace una década, de acuerdo con la misma encuesta, esa cifra era del 82 por ciento. ¿Por qué pasó esto? Hay muchos matices y explicaciones. Tal vez necesitaríamos muchas páginas y, aun así, la discusión seguiría abierta. Lo más fácil sería culpar a las redes sociales y a internet. Estamos obligados a ir más allá. Despojándonos de la arrogancia seamos autocríticos.
Los medios de comunicación se han caracterizado por ser un oligopolio en el que algunos han querido perpetuar el statu quo anclado en el pasado. Hemos fallado en entender al colombiano de a pie y tal vez la prepotencia de haber manejado durante siglos la información nos ha cegado.
Los paradigmas del pasado han cambiado. En esta nueva era, buscaremos fortalecer la confianza de los colombianos en nuestro trabajo porque sabemos que tienen múltiples opciones para informarse. Todos los días pondremos a su disposición nuestro talento y nos esforzaremos por ganarnos nuestro espacio. Por esta razón, hemos desarrollado y seguiremos implementando nuevos formatos, entendiendo que las audiencias también han cambiado y son cada vez más exigentes. También valoramos la importancia de la revista impresa para nuestros lectores.
En el editorial de la fundación de SEMANA en 1946, Alberto Lleras Camargo aseguró que una de las razones de la existencia del semanario era que los colombianos, ya en esos tiempos, estaban asediados por un exceso de información que era imposible de digerir. Treinta y cinco años después, Felipe López refundó la revista y dejó claro en su primer editorial que esa preocupación no había cambiado.
En la Colombia de 2020, el flujo de información resulta aún más caótico para los ciudadanos. Vivimos en el mundo de las redes sociales, las noticias falsas, la polarización y la velocidad. Estamos en la era del internet. Los medios de comunicación tenemos la obligación de ser una garantía a la hora de informar. Nuestra misión será la búsqueda de la verdad.
En esta nueva etapa SEMANA será más incluyente. Procuraremos hacer un periodismo que refleje las preocupaciones de los colombianos. Colombia es un país de regiones. Queremos escuchar, no imponer nuestras opiniones. Esta casa editorial se construyó bajo un precepto fundamental que determinó que SEMANA no sería una revista política ni doctrinaria. Hoy nos apegamos a esa misma filosofía, entendiendo que, aunque cada individuo, incluidos los periodistas, es libre de tener sus convicciones y preferencias ideológicas, SEMANA jamás deberá estar al servicio de ningún grupo político ni de intereses particulares. Ni caer en la trampa de sesgo ideológico alguno. El activismo acaba con el periodismo.
SEMANA ha jugado un papel determinante en la historia del país durante las últimas décadas con Felipe López a la cabeza, Alejandro Santos, Ricardo Calderón y sus valientes periodistas. Nos comprometemos a continuar con el legado de quienes construyeron lo que es SEMANA, reconociendo que la realidad del país ha cambiado.
Nuestra lealtad será únicamente con nuestros lectores y nuestra patria.